Bajo tejados de lona
Desde la carretera y situados en los l¨ªmites de la ciudad, se divisan esos enormes recintos pregonados con una curiosa se?al que siempre parece presagiar la presencia de una tribu de pieles rojas. Ah¨ª est¨¢ el c¨¢mping. Los verdaderos aficionados a esta forma de pernoctar en d¨ªas de ocio son aquellos que prefieren notar el relieve del terreno en cada una de sus v¨¦rtebras. Campistas de pro que, a pesar de ir muy bien equipados, miran con ciertas ganas a esos coches-casa que, en apenas seis metros de largo, son el hotel m¨¢s barato para toda una familia que no se priva de sus c¨®modas literas, televisi¨®n, luz a discreci¨®n, cocina, nevera, ba?o ducha, calefacci¨®n, aire acondicionado y todo un derroche tecnol¨®gico para generar agua blanca y eliminar aguas grises y negras.El c¨¢mping Osuna, situado en el pueblo de Barajas, no disimula cierto aire europeo, al que colabora el vecino aeropuerto madrile?o. Excavado en sus entra?as, permanece un extenso pasadizo utilizado en tiempos de guerra civil, mientras en la superficie presume de estar entre el privilegiado parque del Capricho y el futuro Olivar de la Hinojosa, lugar que sirvi¨® de escenario a las pinturas de Goya y que en breve ser¨¢ el jard¨ªn m¨¢s grande del continente europeo. Hay 60 bungalows de las 300 plazas totales del recinto, un lugar curioso por lo extra?o de su suave temperatura bajo la sombra de ¨¢rboles milenarios.El de Osuna es uno de los 2 c¨¢mpings de nuestra comunidad, abiertos todo el a?o, por donde han acampado desde un general algo exc¨¦ntrico apellidado Asensio, que se hospedaba con su escolta y com¨ªa huevos fritos a la puerta de su tienda, hasta la familia B¨®dalo o la princesa Margarita de Holanda. Hoy, con la crisis del turismo, los europeos pasan de largo hacia Marruecos.
Casa de nailon
Las estad¨ªsticas no dudan en colocar a Espa?a en un segundo puesto de carest¨ªa para los aficionados a la acampada, despu¨¦s de Italia y por encima de Austria Yugoslavia o, los reyes de esta afici¨®n a la casa de nailon, los alemanes. "En Espa?a, los m¨¢s caros y los peores", afirman categ¨®ricos en la Federaci¨®n Internacional de C¨¢mping, con 40 a?os de experiencias, "350 por persona, algo menos los ni?os; m¨¢s . 275 por tienda, 350 por coche o caravana, 300 toma de corriente, incluso 150 pesetas por el perro".Lo cierto es que en los 900 c¨¢mpings espa?oles, frente a los 6.500 en Francia, los macuteros no buscan la econom¨ªa. Hay equipos que arrastran hasta 10 millones de pesetas.
La Direcci¨®n General de la Juventud explota sus albergues para todos aquellos que, sin pasarse de los 30, no reparan en compartir una habitaci¨®n con cuatro camas, adem¨¢s de dos duchas para cada ocho, si miramos el tama?o m¨¢s com¨²n de las estancias. Las instalaciones m¨¢s hermosas, como El Escorial o La Cabrera, suelen ser puntos de encuentro para la afici¨®n nacional del fin de semana, deportistas o excursiones colegiales. Si el campo no viene a Mahoma, Mahoma se va de c¨¢mping.
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