El Gobierno italiano invertir¨¢ un bill¨®n de pesetas en la salvaci¨®n de Venecia
El concejal Salvadori arremete de nuevo contra el 'turismo pobre'
La llamada salvaci¨®n de Venecia tiene por lo menos ya una fecha: 1999. Para ese a?o, y para celebrar el nuevo milenio, la capital de los dux debe estar vestida de fiesta con sus nuevas compuertas en la laguna que impidan la llegada de la temida agua alta que acaba carcomiendo los cimientos de las casas y palacios, y con el plan global de limpieza del ambiente para poder as¨ª vivir tranquilos, ecol¨®gicos y felices en la ciudad m¨¢s bella y rom¨¢ntica del mundo. El Gobierno italiano invertir¨¢ un bill¨®n de pesetas en el plan de salvaci¨®n de Venecia.
Por lo menos as¨ª lo ha asegurado, el presidente del Gobierno, Glulio Andreotti, en una carta enviada al ministro del Ambiente, Giorgio Ruffolo; y el ministro de Obras P¨²blicas, Glovanni Prandini, lo ha anunciado a las m¨¢ximas autoridades venecianas.El Gobierno ha decidido ya la inversi¨®n a realizar: un bill¨®n de pesetas. En los pr¨®ximos meses, REA (Reequilibrio y Ambiente), que es el organismo que deber¨¢ gestionar el plan desalvaci¨®n de Venecia, podr¨¢ ya disponer, para empezar, de 33.000 millones, y de 50.000 millones en los pr¨®ximos dos a?os.
Mientras tanto, el fogoso abogado Augusto Salvador?, que se hab¨ªa hecho famoso cuando era concejal del Ambiente, por su cruzada contras los b¨¢rbaros mochilistas, es decir, contra los j¨®venes que, seg¨²n ¨¦l, convert¨ªan a Venecia en un "dormitorio y retrete p¨²blico", ha vuelto al ruedo con nueva furia. Despu¨¦s de tres a?os de ayuno de bast¨®n y mando, ha conseguido -ahora que reina en Venecia, despu¨¦s de una eternidad, otra vez un alcalde democristiano- ser otra vez concejal; esta vez, como responsable de los guardias urbanos. Y con ellos ha decidido dar de nuevo la batalla para "devolver a Venecia la limpieza y el decoro".
Y este verano ha empezado de nuevo su guerra contra los pic-nic por calles y campos de la ciudad, contra los desnudosde los J¨®venes que "se quitan la camisa como si estuvieran en el mar" y contra los v¨¢ndalos de la pip¨ª, es decir, contra quienes no encontrando donde orinar, porque en los bares ya no dejan hacer uso de los lavabos a los turistas que no consuman algo, lo hacen -dice el concejal democristiano- "en los rincones oscuros" de la ciudad. Y para que la plaza de San Marcos no sea tomada al asalto por el llamado turismo pobre, ha colocado en ella, a turno, cuatro guardias d¨ªa y noche.
Lo mismo quer¨ªa hacer en los traghetti para que all¨ª pudieran vigilar mejor a los motoscafi que corren como locos y "se divierten en levantar oleaje". Pero esta vez los sindicatos se lo han prohibido, afirmando que est¨¢ bien el celo pero que todo tiene un l¨ªmite.
De cualquier modo, el tremendo concejal no cede y asegura que a donde no lleguen los guardias llegar¨¢ ¨¦l en persona, ya que ha prometido que "¨¦l mismo vigilar¨¢ todos los d¨ªas, sin tomarse ni vacaciones", la situaci¨®n de los canales contra los locos del tr¨¢fico.
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