Pasatiempos

De vuelta de vacaciones y despu¨¦s de no haber le¨ªdo durante un mes m¨¢s que el Wall Street Asian Journal con tres semanas de retraso, me sent¨¦ en la moqueta de casa, dispuesta a realizar un serio trabajo de descompresi¨®n, antes de enfrentarme con el telediario. En la Cinco la goc¨¦ con una de las mejores historias de amor de Cor¨ªn Tellado, que casi siempre suele ir de hombres maduros que a¨²n no han encontrado a la mujer de su vida, que tambi¨¦n es algo crecida y con la que me identifico en general a pesar de mi nuevo look posbalin¨¦s que ya quisiera Amparo Mu?oz estar con esta l¨ªnea, y adem¨¢s soltera.Me iba realizando a tope con la interpretaci¨®n tropical de las claves rastreras de Cor¨ªn, as¨ª que, me dije despu¨¦s, por qu¨¦ no un concurso, El tiempo es oro en la TVE-1, con el concienzudo Constantino Romero, que si cierras los ojos es como si repartiera dinero Clint Eastwood, que para eso le ha doblado cantidad. Y ,hete aqu¨ª que me encontr¨¦ de verdad con Harry el sucio, exactamente en el apartado Los 80, para empollones de la ¨²ltima d¨¦cada.

"El tantos de tantos de mil novecientos tantos, ETA coloc¨® una bomba en un supermercado llamado Hipercor. ?Sabe usted en qu¨¦ ciudad?". "?Barcelona!". "?Muy bien! ?Y d¨®nde pusieron la carga explosiva?". "?En el aparcamiento subterr¨¢neo!". "?Espl¨¦ndido! D¨ªganos ahora el n¨²mero de v¨ªctimas mortales, teniendo en cuenta que a las que fallecieron en el lugar se sumaron las que murieron en el hospital". "?Veintiuna!1", respondi¨® el otro sin vacilaci¨®n, cosa que agradec¨ª por lo que tuvo de toque sobrio. "?Cien mil pesetas!", se regocij¨® Harry.

Entonces puse el telediario y me dediqu¨¦ a memorizar, porque si sobrevivo a lo del Pato Donald y sus sobrinos en el Golfo no me quiero perder la millonada que puede caerme dentro de unos a?os.

Me chifla instruirme deleit¨¢ndome.