El mundo, visto desde Bagdad
La capital iraqu¨ª es estos d¨ªas una ciudad a un m¨¢s inundada por la voz y la imagen de Sadam Husein
El mundo, visto desde Bagdad, es ajeno y hostil. Lo domina una fuerza demoniaca, Estados Unidos, que se aprovecha de las dificultades internas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica para imponerse como guardi¨¢n del globo. Los pueblos ¨¢rabes son buenos, pero los Gobiernos se dividen en dos: los de buena voluntad, que apoyan a Sadam Husein, y los corruptos, maniacos de los harenes, que son los que mandan tropas para luchar contra Irak. Bagdad es una ciudad con una sola imagen y una sola voz: la del presidente Sadam Husein.
Su retrato y su fotograf¨ªa oficial est¨¢n por todas partes, pero no se puede decir que el big brother is watching you (el gran hermano te vigila). El l¨ªder iraqu¨ª raramente tiene los ojos en la c¨¢mara, ni aparece en la pantalla para leer sus discursos.Su visi¨®n del mundo, sin embargo, es la de la prensa oficial. Sus argumentos son repetidos con gran fidelidad por los funcionarios del Gobierno y por mucha gente en la calle. Las apariencias indican que Sadam no s¨®lo ejerce tambi¨¦n sobre los medios de comunicaci¨®n su poder de hierro, sino que sabe captar igualmente lo que piensa la gente en la calle.
Los iraqu¨ªes son gente acostumbrada a la guerra. De la que todos se acuerdan todav¨ªa es de la que dur¨® ocho a?os contra Ir¨¢n. Pero ya antes, en 1973 y 1975, Irak tuvo problemas militares con sus vecinos.
Algunos, como Siria, jam¨¢s escondieron su hostilidad. Con tal experiencia acumulada en dos d¨¦cadas, el iraqu¨ª com¨²n sabe que hablar poco y guardar muchos alimentos en su casa pertenece al repertorio b¨¢sico de supervivencia. "La gente tiene aqu¨ª una cantidad muy grande de arroz, harina, leche y todo lo que sea comestible en su propia casa", dice un jefe de familia iraqu¨ª, de 45 a?os, con mujer, dos hijas y que trabaja en un ministerio. "Por eso el Gobierno no est¨¢ muy preocupado con el racionamiento".
La gente, sin embargo, lo est¨¢. Los iraqu¨ªes desarrollan la t¨ªpica actitud de las poblaciones de los antiguos pa¨ªses socialistas europeos, que consiste en ponerse en la cola y comprar inmediatamente algo, aunque no lo necesiten, simplemente por el hecho de que sea posible comprarlo. La falta de pan blanco y de aceite comestible provoca los ¨²nicos comentarios negativos.
Dinast¨ªas corruptas
Por lo general, quien habla con periodistas extranjeros trata de decir que la vida es normal y que la culpa por las dificultades cotidianas hay que atribu¨ªrsela a los americanos, que invadieron el golfo P¨¦rsico para defender los intereses econ¨®micos de dinast¨ªas corruptas.
Sadam Husein es sin duda alguna un l¨ªder popular. Una parte importante de su poder se basa en el hecho de que ¨¦l no permiti¨® la formaci¨®n de cualquier tipo de oposici¨®n efectiva y que controla el partido, el aparato del Estado y las fuerzas armadas, adem¨¢s de ser un maestro en el arte de la conspiraci¨®n. Pero otro elemento decisivo es su paternalismo hacia las masas iraqu¨ªes.
"?ste era un pa¨ªs retr¨®gado, dividido en tribus, sujeto a la intervenci¨®n extranjera, lleno de analfabetos y gente hambrienta", dec¨ªa un profesor universitario que participaba la semana pasada en una protesta frente a la Embajada norteamericana. No quiso identificarse El r¨¦gimen iraqu¨ª conmemora de manera megal¨®mana, casi al borde de la idolatr¨ªa, los hechos militares de los ¨²ltimos a?os.
Bagdad tiene monumentos impresionantes dedicados al piloto desconocido, al soldado desconocido, a la victoria y, sobre todo, a la genial conducta de Sadam. Cuatro copias de su mano con una cimitarra confeccionadas en acero y aumentadas 40 veces forman dos portales en los extremos de la avenida de los Triunfos.
Orgullo iraqu¨ª
Sadam, lo mismo que los iraquies comunes, no esconde su orgullo por la fuerza militar iraqu¨ª. En conversaciones informales, tanto los ciudadanos como las personalidades no dan gran importancia al potencial b¨¦lico acumulado por Estados Unidos en el Golfo.Todo edificio alto en Bagdad es defendido en su tejado por una bater¨ªa antia¨¦rea, y los iraqu¨ªes creen que los americanos no tendr¨¢n m¨¢s ¨¦xito que los iran¨ªes cuando intenten atacar su capital. La prensa local tiene la costumbre de no publicar con gran relieve los hechos desfavorables a Irak. As¨ª es que la gente sabe que Edvard Schevardnadze hizo un discurso agresivo hacia Irak solamente por los editoriales furiosos reaccionando a las palabras del ministro de Exteriores sovi¨¦tico.Otro elemento central de la percepci¨®n del mundo por los iraqu¨ªes es la valoraci¨®n muy positiva que se hace en Bagdad del apoyo verbal ofrecido por cualquier grupo ¨¢rabe isl¨¢mico o palestino, no importa su peso espec¨ªfico real. Quien lee los peri¨®dicos en Irak tiene la sensaci¨®n de que todos los d¨ªas las masas ¨¢rabes y una parte importante de las poblaciones de pa¨ªses europeos se levantan en protesta contra la presencia norteamericana en esta regi¨®n.
Es muy raro que un iraqu¨ª com¨²n se informe de lo que pasa en el mundo por las radios extranjeras. La idea de que la guerra pueda ser algo inminente se la trae sobre todo la revalorizaci¨®n de las monedas fuertes en el mercado negro, la falta de repuestos para coches, el racionamiento de alimentos y el pan negro. Pero todo esto a¨²n est¨¢ muy lejos de provocar cualquier manifestaci¨®n de desesperaci¨®n. Hasta que funcione psicol¨®gicamente el embargo comercial a¨²n hay un largo camino.
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