Barreras rotas
Sea como fuere, y acabe como acabe el conflicto del Golfo, la entrada de los ej¨¦rcitos occidentales a Arabia Saud¨ª traer¨¢ consecuencias imprevisibles en el pa¨ªs. Las costumbres, la pol¨ªtica y la vida saud¨ªes han salido a la luz p¨²blica con toda su crudeza (m¨¢s de 1.000 periodistas extranjeros han visitado el pa¨ªs desde el 2 de agosto) y la influencia exterior acabar¨¢ rompiendo muchas barreras en el reino.Lo mismo suceder¨¢, con toda seguridad, en el resto de los peque?os Estados del Golfo. Adem¨¢s de Kuwait, cuyo futuro depende de los acontecimientos (aunque se restaurara su legitimidad como Estado es posible que la familia Al Sabah pierda su poder), los otros cuatro pa¨ªses se encontrar¨¢n con problemas similares a los de Arabia Saud¨ª. Todos ellos son ricos por el petr¨®leo y est¨¢n dominados por el emir o el jeque local, que mantienen las formas religiosas con mano dura.
La dinastia de los Al Sabah consigui¨® mantener a Kuwait independiente de las invasiones de otomanos, persas o brit¨¢nicos gracias a una h¨¢bil negociaci¨®n con unos y otros. Sin embargo, el emir Jaber no ha podido evitar que las tropas de Sadam Husein le invadieran con las armas que ¨¦l mismo hab¨ªa financiado.
Bahrein era una isla importante justo antes de que el petr¨®leo la hiciera inmensamente rica. Las perlas, los astilleros, la pesca, la industria textil y el comercio hicieron de su capital, Manama, una ciudad destacada en el Golfo; aunque su sistema pol¨ªtico sea igual de feudal que el de sus vecinos, hay grandes diferencias derivadas de la mayor¨ªa shi¨ª que compone su poblaci¨®n y en su mayor tolerancia religiosa (all¨ª est¨¢ permitido el alcohol y otras costumbres occidentales).Lujo y riqueza
Qatar tiene problemas similares, aunque es m¨¢s rico que su vecino del Norte. En el pasado fue un est¨¦ril Estado del desierto, habitado por beduinos n¨®madas, y el petr¨®leo cambi¨® el panorama del d¨ªa a la noche. El emir Khalifa Ibn Hamad al Thani est¨¢ en el poder desde 1972 y, junto a sus hermanos, controla un duror¨¦gimen pol¨ªtico y religioso, sustentado, como el saud¨ª, sobre la doctrina wahhabita. El lujo y la riqueza de la familia real se extiende por la capital, Doha, que fue arrasada para ser reconstruida.
Algo similar sucede en los siete territorios que conforman los Emiratos ?rabes Unidos: Abu Dabi, Dubai, Sarja, Ras Al Khaimah, Fujairah, Umm al Qaiwain y Ajman. Cada uno tiene su emir y sus familias reales, aunque est¨¦n unidos en una federaci¨®n cuyo presidente es el jeque Zayed, de Abu Dabi.
Por ¨²ltimo, el sultanato de Om¨¢n es el Estado m¨¢s al Sur de los que conforman el Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo. Y tambi¨¦n el m¨¢s diferente de todos ellos. Su capital, Mascate (que literalmente quiere decir lugar de escala), vio salir de su puerto al c¨¦lebre Simbad el Marino y fue dominada por persas y brit¨¢nicos. El actual sult¨¢n, Qaboos, a pesar de haberse formado en el Reino Unido y de sus formas refinadas, mantiene un r¨¦gimen patriarcal con ciertas concesiones.
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