El dif¨ªcil parto de la nueva 'mili'
216.344 j¨®venes sabr¨¢n hoy d¨®nde y cu¨¢ndo se incorporan a filas en 1991
Como la gestaci¨®n humana, a partir de 1992, el servicio militar durar¨¢ 40 semanas aproximadamente. Lo acaba de decir el secretario de Estado para la Administraci¨®n Militar, Gustavo Su¨¢rez Pertierra: "La mili durar¨¢ en torno a nueve meses". O sea, que pueden ser menos. Un alto cargo de Defensa explica as¨ª esta ambig¨¹edad: "No hay una f¨®rmula matem¨¢tica que nos diga con exactitud cu¨¢nto debe durar la mili, pero creemos que nueve meses es el tiempo adecuado".
Tampoco el congreso del PSOE, que se celebra estos d¨ªas en Madrid, ha querido consagrar los nueve meses de mili prometidos en el programa electoral. Ha preferido dejar abierto el tema, para que el Gobierno tenga un margen de maniobra si considera conveniente recorrer el tramo que separa la oferta gubernamental de los ocho meses que propone el PP. O si es posible encontrar un punto de acuerdo que salve el pacto parlamentario con el CDS.El Ministerio de Defensa, por su parte, est¨¢ dispuesto a aceptar que la duraci¨®n de la mili se reduzca a algo menos de nueve meses, pero rechaza de plano los tres meses que pretende Adolfo Su¨¢rez o los seis que lleg¨® a sugerir el Grupo Socialista en sus conversaciones con aquel, antes de que el Gobierno le ordenara dar marcha atr¨¢s. Por debajo de cierto l¨ªmite, argumentan los colaboradores de Narc¨ªs Serra, sin atreverse a fijar la frontera, se abortar¨ªa el modelo de Servicio Militar Obligatorio y se pasar¨ªa a otro modelo: un cursillo acelerado para reservistas a lo sumo, pero no un Ej¨¦rcito de reclutamiento forzoso.
Pese a que el actual presidente de la Comisi¨®n de Defensa del Congreso, Carlos Sanju¨¢n, propuso la profesionalizaci¨®n de las Fuerzas Armadas en unos estudios previos a lo que luego ser¨ªa el Programa 2.000, la defensa de la conscripci¨®n parece hoy firmemente asentada en las filas del PSOE, como demuestra la decisi¨®n de incluir marineros de reemplazo en las dotaciones enviadas al golfo P¨¦rsico, a pesar de su coste electoral. Ha sido, precisamente, la crisis del Golfo la responsable de que la nueva ley del Servicio Militar, que el Gobierno) ten¨ªa previsto remitir a las Cortes este mes, se haya aplazada al menos hasta la primavera del asilo pr¨®ximo, para entrar en vigor, seg¨²n Su¨¢rez Pertierra, el 1 de enero de 1992.
Un largo a?o
En consecuencia, los 216.284 j¨®venes que deben incorporarse a filas a lo largo de 1991 y que hoy van a ser sorteados tendr¨¢n un largo a?o de mili por delante. Al menos la mayor¨ªa, pues quienes se incorporen en noviembre podr¨ªan beneficiarse de una licencia anticipada, si el Ministerio de Defensa aplica la reducci¨®n total de tiempo al primer llamiento del 92 y si cumple su compromiso de que ni) acabe antes la mili quien la empiece despu¨¦s.
La bola que esta ma?ana saldr¨¢ del bombo instalado en el madrile?o Cuartel de Conde Duque, correspondiente a uno de los 366 d¨ªas del a?o, no repartir¨¢ tanta suerte como en 1987, cuando hasta una cuarta parte de los sorteados se libraban del servicio militar por haber nacido un d¨ªa antes o despu¨¦s que los dem¨¢s. Hace ya dos a?os que se terminaron los excedentes de cupo y la ¨²nica inc¨®gnita a despejar en el sorteo, que ser¨¢ retransmitido en directo por la segunda cadena de TVE, es el Ej¨¦rcito, la Regi¨®n Militar y el llamamiento que corresponde. S¨®lo el 30% de reclutas a los- que tocar¨¢ hacer la mili fuera de su regi¨®n de origen puede considerarse no agraciado por la suerte; aunque tambi¨¦n eso es discutible, pues, en virtud de la peculiar divisi¨®n territorial militar, un catal¨¢n al que le corresponda ir a Cartagena con la Armada figurar¨¢ como destinado en su misma regi¨®n.
La quinta del 91 podr¨¢ beneficiarse, no obstante, de algunas mejoras con respecto a sus antecesores. Desde el 11 de octubre, un decreto regulla. minuciosamente las indemnizaciones y pensiones que corresponden a quienes sufran accidentes en acto de servicio. Defensa negocia actualmente la suscripci¨®n de un seguro privado que cubra los percances no previstos en dicho decreto, que por otra parte no ha venido sino a llenar con bastante retraso el doloroso vac¨ªo abierto por el propio Gobierno en 1985, cuando congel¨® los Ingresos en el Cuerpo de Mutilados.
Otra novedad es la posibilidad que tendr¨¢n los reclutas de dirigirse al Defensor del Pueblo para expresarle sus quejas respecto al funcionamiento del servicio militar, en virtud de un convenio recientemente suscrito entre la instituci¨®n que dirige GilRobles y el Ministerio de
Defensa. Es cierto que este derecho ya exist¨ªa, pero tambi¨¦n lo es que los derechos s¨®lo se ejercen cuando se conocen y la campa?a divulgativa que har¨¢ el Defensor del Pueblo en los cuarteles puede acabar con la sensaci¨®n de indefensi¨®n que tienen los j¨®venes al incorporarse a la vida militar.
Nuevo cuadro m¨¦dico
Frente a las evidentes desventajas que supone para la quinta del 91 ser la ¨²ltima regida por la ley en vigor, es probable que algunos de sus integrantes puedan alegrarse de ello. Por ejemplo, quienes se han librado del servicio militar gracias a un cuadro m¨¦dico de exclusiones que ser¨¢ profundamente reformado. Con una mili cada vez m¨¢s corta y un contingente cada vez m¨¢s reducido por factores demogr¨¢ficos, Defensa se propone endurecer las condiciones de exclusi¨®n, para que quienes fisicamente no puedan superar la pista americana, cumplan otras funciones. Se trata, en frase que gustan repetir los responsables del departamento, de que haya "menos mili, pero que la hagan todos".
Sin embargo, la reforma del cuadro m¨¦dico no llegar¨¢ hasta el punto de permitir la incorporaci¨®n de la mujer al servicio militar forzoso, como pretende el j¨®ven alicantino que ha recurrido ante la Audiencia Nacional. En los planes del ministerio no figura la ampliaci¨®n al sexo femenino del deber de empu?ar las armas y s¨®lo con car¨¢cter voluntario contemplar¨¢ la nueva ley la contribuci¨®n militar de la mujer.
Los altos cargos del departamento niegan que la exclusi¨®n de la mujer de la obligaci¨®n de hacer la mili constituya una discriminaci¨®n, "pues lo discriminatorio ser¨ªa tratar de forma igual a desiguales". La raz¨®n de fondo, para dichos altos cargos, estar¨ªa en una cierta compensaci¨®n por la desventaja objetiva que, a efectos de su incorporaci¨®n al mercado de trabajo, supone la materilidad para la mujer. Quiz¨¢ sea ¨¦se el motivo subconsciente que ha llevado al PSOE a fijar en nueve meses la duraci¨®n de la mili
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