El 'WaIras espa?ol'
A finales de los a?os sesenta y principios de los setenta frecuent¨¦ como estudiante la Facultad de Ciencias Econ¨®micas de la Universidad Complutente de Madrid, primero en la Moncloa y luego en Somosaguas. En aquellos tiempos destacaba un joven catedr¨¢tico desgarbado, que muchos d¨ªas vest¨ªa con unos espantosos y ampl¨ªsimos jerseys portugueses, y que era conocido por sus ideas izquierdistas. Sucesor de Rojo en la c¨¢tedra de Teor¨ªa Econ¨®mica III -despu¨¦s de los a?os de Casta?eda- Julio Segura asombraba por su rigor en momentos en que otros profesores, dentro de una universidad superpolitizada, acostumbraban a sus alumnos con aquellos inolvidables aprobados generales que serv¨ªan para deteriorar la ya hundida imagen acad¨¦mica del anterior r¨¦gimen.Hoy, por mor de la rigidez de la ley de incompatibilidades, esta misma universidad y esta misma facultad tienen que ense?ar sin la colaboraci¨®n de gentes como Rojo y como Segura, aunque parezca ins¨®lito. En una reciente entrevista (de las poqu¨ªsimas concedidas) en El Sol, Julio Segura recordaba esta contradicci¨®n: "Luis ?ngel Rojo era director del Servicio de Estudios del Banco de Espa?a y fue declarado incompatible. Estoy encantado de que Enrique Fuentes Quintana haya podido seguir en la universidad. No lo estoy con que Rojo no pueda seguir en ella. Aqu¨ª se produce algo rid¨ªculo. La persona que ha estado haciendo la pol¨ªtica monetaria en este pa¨ªs, desde 1972, se llama Luis Angel Rojo. En cualquier pa¨ªs civilizado una universidad dar¨ªa lo que fuera porque esa persona pudiera explicar teor¨ªa monetaria. Nuestro pa¨ªs tiene la la posibilidad, incluso gratis, de que Rojo d¨¦ esas clases y lo que hace es prohib¨ªrselo. Estando de acuerdo con el principio de la ley de que nadie puede ganar dos sueldos de', sector p¨²blico, el resultado de esa ley es negativo". As¨ª, Julio :Segura se ha refugiado en la Fundaci¨®n Empresa P¨²blica (en la que lleva a?os publicando la revista Investigaciones Econ¨®micas) y en el consejo del Banco de Espa?a, en los que es muy activo.
Eficacia y distribuci¨®n
Durante estos ¨²ltimos a?os Julio Segura ha dirigido numerosos estudios de investigaci¨®n, no qued¨¢ndose en sus meros aspectos te¨®ricos. Adem¨¢s, al menos una vez al a?o suele dar una colaboraci¨®n a la prensa, casi siempre pol¨¦mica, sobre alguno de los aspectos de la pol¨ªtica econ¨®mica, lo que le hace aparecer inc¨®modo en algunas estructuras de poder que preferir¨ªan la figura de un economista solvente, absorbido en exclusiva por las distintas variables de la macroeconom¨ªa y de la eficacia.
Y sin embargo, Segura se ha preocupado desde siempre tambi¨¦n por todo lo relacionado con la distribuci¨®n. En la entrevista citada, a la pregunta de si es la sociedad espa?ola m¨¢s equitativa, responde: "La sociedad espa?ola siempre ha sido poco equitativa. Para precisar, llam¨¦mosle poco igualitaria. Se ha producido un fen¨®meno en la estructura de distribuci¨®n de la renta personal: una mejora en las posiciones de los tramos altos de la renta. Dicho de otra manera, hay m¨¢s ricos ahora de los que hab¨ªa hace diez a?os. Pero tambi¨¦n es verdad que que las prestaciones de protecci¨®n social han aumentado significativamente ... Posiblemente se esperaba m¨¢s de un Gobierno socialista en lo que se refiere al grado de equidad en la distribuci¨®n, pero tampoco hay datos fiables sobre el tema".
Esta frase, tan matizada, corresponde a un pensamiento que le he oido repetir muchas veces a Julio Segura: en econom¨ªa hay que huir siempre de las soluciones simples de validez universal; tras ellas siempre se encuentra la defensa de intereses de un grupo.
En realidad, con este economista que milit¨® en las las del Partido Comunista hasta que le expulsaron por aperturista, se puede hacer una analog¨ªa que, sin duda, ser¨¢ de su agrado. En el a?o 1987, Segura editaba la principal obra de Leon WaIras (Elementos de econom¨ªa pol¨ªtica pura), aquel hombre de quien Schumpeter dijo: "es el economista m¨¢s grande". WaIras (1834-1910) fue un economista franc¨¦s de la escuela de utilidad marginal que vivi¨® los grandes movimientos y de la Comuna de Par¨ªs en 1871. En el pr¨®logo de esa obra, Julio Segura comenta de Walras algunas de las caracter¨ªsticas que se le pueden atribuir a ¨¦l mismo: librepensador, republicano, pacifista, planfletista y conferenciante.
El espa?ol escribe de Walras que fue en un corrosivo cr¨ªtico de las instituciones econ¨®micas de su ¨¦poca y un reformador social que clam¨® en el desierto, lo que le cost¨®, frecuentes acusaciones de socialismo y la imposibilidad de ense?ar en su propio pa¨ªs. "Su perfil ideol¨®gico y su peripecia personal", dice Segura, "le separan mucho de lo que cabr¨ªa esperar de un tranquilo te¨®rico dedicado al an¨¢lisis del equilibrio general, y le sit¨²an m¨¢s en la l¨ªnea del romanticismo europeo y del reformismo radical de la ¨¦poca".
Walras mantuvo siempre una posici¨®n que calific¨® de s¨ªntesis entre el socialismo y el liberalismo; consideraba que la articulaci¨®n pol¨ªtica de la sociedad que proporcionaba el liberalismo era la mejor y que la revoluci¨®n francesa hab¨ªa obtenido unos resultados que deb¨ªan conservarse; sin embargo, la revoluci¨®n de 1848, en demanda de cambios sociales hab¨ªa fracasado y calificaba al socialismo como superior al liberalismo.
Es, de nuevo, una s¨ªntesis que huye de las soluciones f¨¢ciles que a veces proporcionan los intelectuales egregios. Se trata, dice Segura parafraseando a Joan Robinson, de "evitar ser enga?ado por los economistas". Idea por la que sin duda y parad¨®jicamente, tambi¨¦n ha merecido el premio que hoy se le entrega.
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