Un dudoso honor

Miquel Barcel¨® viaja esta semana a Costa de Marfil para dirigirse a Mali , v¨ªa Burkina Faso. Permanecer¨¢ en el continente africano hasta el verano. Ser¨¢ su tercer invierno en ?frica. El pintor no quiere hablar demasiado de lo ocurrido en los dos ¨²ltimos meses en los que se ha llevado a cabo la operaci¨®n policial y legal contra el fraude."Es un honor dudoso ser falsificado", afirma con sorna y con un cierto hast¨ªo. S¨ª quiere agradecer "el trabajo eficaz y la perspicacia policial" del grupo de obras de arte de Madrid, que ha realizado una tarea precisa pese a la escasez de medios de que dispone.

El pintor mallorqu¨ªn prepara sus b¨¢rtulos en Par¨ªs y concluye cuatro proyectos editoriales de envergadura que ver¨¢n la luz en los pr¨®ximos meses: una novela de Paul Bowles, de la que ¨¦l es protagonista y que ha ilustrado; un libro que recoger¨¢ su extraordinaria serie sobre toros, pintada el pasado verano y que ser¨¢ expuesta en mayo en Zurich; una obra-objeto con dibujos para un poema de Enrique Juncosa, y una espectacular y original edici¨®n de textos en Braille e ilustraciones con relieve para ciegos.

Trabajo intenso

Ha tenido poco tiempo para distraerse. Ha seguido trabajando con la misma intensidad y pasi¨®n en su estudio de Mallorca y en el de Par¨ªs. Antes de partir ver¨¢ las obras iniciadas de su nuevo centro de trabajo en la capital francesa.

Barcel¨® entiende que no necesitan respuesta aquellos argumentos que apuntaban hacia una utilizaci¨®n interesada por su parte de las falsificaciones, "al estilo de Dal¨ª". "Es una estupidez decir que la falsificaci¨®n de una obra representa la consagraci¨®n definitiva de un artista. No encuentro ning¨²n tipo de placer a una cosa como esa", asegura el artista.

La semana pasada, en una subasta celebrada en Madrid, un cuadro de Barcel¨® alcanz¨® la m¨¢xima cotizaci¨®n en Espa?a por una obra suya: 28 millones de pesetas.