Nochebuena en la f¨¢brica
Las empleadas de la factor¨ªa de camisas Ike cumplen seis meses de encierro
Esta noche habr¨¢ luz en la f¨¢brica de camisas lke de Gij¨®n. M¨¢s de veinte familias cenar¨¢n junto a maquinaria abandonada, con luz industrial, sin agua ni calefacci¨®n. Pero no ser¨¢ la primera vez que comen y duermen en estas condiciones. Desde el pasado verano, cuando rescindieron el contrato a las 277 personas que integraban la plantilla, 180 trabajadores decidieron mantener una postura de fuerza hasta que la Consejer¨ªa de Industria del Principado de Asturias les d¨¦ una soluci¨®n, "ya que ellos tomaron cartas en el asunto con dinero del contribuyente", afirman.
"Somos ya como una gran familia; dentro del encierro surgen cosas maravillosas", explica Rosi, una de las 177 mujeres que participan en el encierro. Los maridos est¨¢n en casa mientras la mujer est¨¢ aqu¨ª", explica con entusiasmo y cuenta c¨®mo han aprendido a vivir y a conocerse en la f¨¢brica. Mientras algunas ense?an a andar y a hablar a sus ni?os m¨¢s peque?os, otras, "que entraron a trabajar aqu¨ª cuando ten¨ªan doce o trece a?os", aprovechan para hacer los deberes y poder sacar el graduado escolar antes de pasar la barrera de los 40 a?os.Confecciones Gij¨®n ¨¦sta es la raz¨®n social de la compa?¨ªa- tiene una deuda contra¨ªda con el Banco de Cr¨¦dito Industrial, otras entidades financieras, Hacienda y Seguridad Social que asciende a 2.800 millones de pesetas. El pr¨®ximo d¨ªa 26 saldr¨¢ a subasta en Madrid por un precio de salida, dicen las trabajadoras, de 50 millones de pesetas. El grupo que la adquiera s¨®lo dar¨¢ trabajo a un centenar de personas. Las trabajadoras exigen un "empleo digno" para cada uno de los 277 afectados. Y si no pueden recolocar a todas, que se incentiven las bajas voluntarias o se den jubilaciones anticipadas.
Sim¨®n Gonz¨¢lez, director provincial de Trabajo de Asturias, afirma que no pueden compromoterse a recolocar a los 70.000 parados con los que cuenta el Principado de Asturias. Pero las trabajedoras de los sindicatos Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) y Uni¨®n Sindical Obrera (US0) mantienen sin desfallecer su encierro y legitiman su reivindicaci¨®n afirmando que "fue la Administraci¨®n la que torn¨® cartas en el asunto con dinero del contribuyente".
La empresa empez¨® a agonizar en 1984, cuando agot¨® su capacidad de endeudamiento con entidades financieras y proveedores. Entonces entr¨® en el Plan de Reconversi¨®n Textil del Ministerio de Industria y la Consejer¨ªa de Industria de esta comunidad uniprovincial toma las riendas del tema comienza una lluvia de subvenciones (72,3 millones), beneficios fiscales y 550 millones en forma de avales, seg¨²n informa el comit¨¦ de empresa, que no consiguieron evitar que la que fuera una rentable y moderna empresa en los setenta comenzara su declive.
En los ochenta comienzan a perder mercado, la cartera de pedidos empieza a menguar. El mercado de las camisas ha dado un giro radical en esa ¨¦poca, y Confecciones Gij¨®n no sabe adaptarse. Mientras tanto se repiten las reducciones de plantilla. De 537 empleados en octubre de 1982 a 277 antes del pasado 15 de Junio, cuando se rescindieron todos los contratos.
En 1988, la consejer¨ªa lleva a cabo una cura de urgencia con ayuda de un empresario. Se crea una distribuidora, y la f¨¢brica queda como entidad productora. La distribuidora tiene 50 millones de capital, 30 de los cuales son capital privado y 20 son de la Administraci¨®n, que invierte 250 millones m¨¢s, y los empresarios particulares, otros 40 millones. Al cabo de a?o y medio, la distribuidora quiebra con unas deudas de unos 500 millones, y el empresario abandona el proyecto. "La Administraci¨®n era empresario, adem¨¢s no se tomaba una decisi¨®n sin que pasara por la consejera de Industria, Mari Paz Fern¨¢ndez", dice Bernardina, la trabajadora encargada de los temas de finanzas. Por ello, asegura, "tienen el deber de darnos una salida y no dejarnos tirados en la calle despu¨¦s de meter tantos millones aqu¨ª".
Despu¨¦s vino un acuerdo propuesto por el Principado que es aprobado durante el pasado oto?o por CC OO y UGT, pero no es aceptado por la Corriente Sindical de Izquierdas y la USO, que consideran que ese acuerdo no da garant¨ªas de recolocaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.