Juan Pablo II defiende en una nueva enc¨ªclica la funci¨®n misionera de la Iglesia
El papa Juan Pablo II promulg¨® ayer la octava enc¨ªclica de su pontificado titulada Redemptoris missio (La misi¨®n del Redentor) en la que se aborda el delicado problema que debe afrontar la iglesia cat¨®lica para presentar el evangelio en un mundo profundamente transformado, en el que el di¨¢logo se ha impuesto al proselitismo de anta?o y la radio, la televisi¨®n y la prensa son los nuevos p¨²lpitos desde los que se pregona el mensaje de Cristo.
El texto se mueve en ocasiones en la tradicional l¨ªnea conservadora de este Papa y por ello culpa a "falsas interpretaciones del Concilio Vaticano "el desaliento de tantos misioneros que ya no saben c¨®mo presentar el Evangelio en un mundo en el que se ha impuesto el respeto a la libertad de conciencia y en el que se favorece el encuentro con otras religiones a las que se reconoce su dignidad".
Signos aperturistas
Pese a estas referencias el documento tiene, no obstante, p¨¢ginas muy aperturistas inconcebibles en cualquier otro documento papal sobre el tema de las misiones. Por ejemplo, hace una referencia a que la Iglesia, en el pleno respeto a la libertad religiosa propone y no impone nada, respeta las personas y las culturas y se detiene ante el sagrario de las conciencias".El Papa cita a Mac Luhan en la Redemptoris missio cuando alude al hecho de que la humanidad se ha convertido en una "aldea global" gracias a los medios de comunicaci¨®n de masas y afirma que la Iglesia no debe limitarse a usar dichos medios de comunicaci¨®n sino que, adem¨¢s, debe integrar el mensaje cristiano en la nueva cultura creada por las comunicaci¨®n de masas.
La misi¨®n de la Iglesia debe tener en cuenta, por otra parte, "los nuevos escenarios mundiales tales como el empe?o por la paz, el desarrollo y la liberaci¨®n de los pueblos, los derechos del hombre, especialmente los de las minor¨ªas, la promoci¨®n de la mujer y del ni?o y la defensa de la creaci¨®n". En la enc¨ªclica se admite que aumenta continuamente "el n¨²mero de los que ignoran a Cristo y abandonan la Iglesia" pero se se?ala que por ello la Iglesia debe empe?arse en una nueva evangelizaci¨®n.
Se?ala adem¨¢s el pont¨ªfice que los nuevos campos de misi¨®n no son los rincones del mundo todav¨ªa sin descubrir sino las grandes ciudades donde est¨¢ naciendo una humanidad nueva y donde, especialmente en el sur, "confluyen emigrantes en masa y millones de pr¨®fugos, gente que huye del hambre y de la guerra y donde pululan mesianismos y sectas religiosas".
La enc¨ªclica pone en guardia a los misioneros para que no reduzcanla evangelizaci¨®n, que en parte ha perdido su br¨²jula y antigua identidad frente a los nuevos problemas y desaf¨ªos del mundo, a una mera sabidur¨ªa humana, casi una ciencia del bien vivir.
Por otra parte, informa Reuter, Juan Pablo II ha abierto el camino hacia la canonizaci¨®n del cardenal John Henry Newman, que abandon¨® la Iglesia Anglicana de Inglaterra el pasado siglo para convertirse al catocilismo. El Papa firm¨® un decreto en el que reconoce "virtudes her¨®icas" en el cardenal y afirma que podr¨¢ ser beatificado despu¨¦s de que se le reconozca un milagro.
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