No hubo ni fr¨ªo
La feria de Valdemorillo empez¨® con mal signo y en su festejo inagural no hubo casi de nada. Bueno, quiz¨¢ el signo con que empez¨® la feria de Valdemorillo, tradicional avanzadilla del a?o taurino, sea premonitorio de lo que traer¨¢ la temporada, y eso supondr¨ªa males peores, ya que el ganado result¨® inv¨¢lido, los toreros, pegapases, y acabada la funci¨®n no hab¨ªa nada que comentar; ni siquiera el fr¨ªo que se hab¨ªa pasado.Porque no hizo fr¨ªo, lo cual supone una bendici¨®n para los cuerpos pero, si bien se mira, es frustrante para quienes los hab¨ªan envuelto en franelas, pieles de distintas procedencias, gorros en sus m¨¢s sofisticados estilos, boinas de racial hechura, por si aca, que dicen los castizos en general y Di St¨¦fano en particular. Dicta la experiencia que la afici¨®n, en Valdemorillo, corre riesgo de congelarse, y no le importa en absoluto; antes al contrario, le complace, pues, al parecer, con la extremosa prueba valdemorillana queda purificada, legitimada y fortalecida para afrontar la larga temporada que se avecina.Luego result¨® que no hac¨ªa falta tanto esp¨ªritu de sacrificio -ni tanta ropa- y la afici¨®n pudo contemplar pl¨¢cidamente, al amor del solete serrano, una corrida inaugural en la que no suced¨ªa nada. Al primer novillo le faltaban cuernos, como si alguien se los hubiera robado a punta de navaja (pudo ser a diente de sierra, que los hay muy brutos), le faltaban fuerzas tambi¨¦n, y rodaba continuamente por la arena. Antonio Punta se puso pesad¨ªsimo intentando torearlo, mientras el p¨²blico le ped¨ªa que lo matara de una vez, por favor. Se ve que ten¨ªa ganas de torear Antonio Punta. Y pudo hacerlo a satisfacci¨®n con el cuarto novillo, un pastue?ito infeliz. Pero se puso a pegarle los dos consabidos pases, sin ning¨²n prop¨®sito art¨ªstico y con abusivo empleo de los trucos muleteros habituales, por lo que de nuevo el p¨²blico acab¨® pidi¨¦ndole que lo matara de una vez, por favor.
Navarro / Punta, Caballero, Mej¨ªas
Novillos de Concha Navarro, escasos de presencia excepto 6o, sospechosos de pitones, pastue?os, muy flojos, varios inv¨¢lidos. Antonio Punta: pinchazo y estocada ca¨ªda (silencio): pinchazo y, estocada (silencio). Manuel Caballero: estocada perdiendo la muleta (aplausos); estocada tendida ca¨ªda (oreja). Marcos S¨¢nchez Mej¨ªas: media delantera atravesada (silencio),estocada trasera y, descabello (silencio). Plaza de Valdernorillo, 4 de febrero. Primera corrida de feria Tres cuartos de entrada.
Torero m¨¢s placeado, vivaz e imaginativo Manuel Caballero, lance¨® muy bien por ver¨®nicas al quinto, remat¨® con tres revoleras, y si finalmente perdi¨® el capote y hubo de salir corriendo, ese es borroncillo carente de importancia. Despu¨¦s mulete¨® al nobil¨ªsimo novillo con vibrante ligaz¨®n, acabado temple, incuestionable, dominio sobre la boyante embestida, y todo ser¨ªa perfecto si, adem¨¢s, hubiera hecho el toreo. Porque el placeado, vivaz e imaginativo Manuel Caballero descargaba la suerte en lugar de cargarla; perd¨ªa un paso -o varios- cuando de ligar se trataba, y esos son alivios que el toreo verdadero no acepta de ninguna de las maneras.
Caballero hab¨ªa ejecutado al segundo novillo, otro inv¨¢lido, una faena de parecido fuste -no tan lucida- y S¨¢nchez Mej¨ªas hab¨ªa intentado en el tercero sacar de la monoton¨ªa el festejo, ensayando un toreo de distinto corte, precisamente el bueno; mas esa es empresa dif¨ªcil para cuyo correcto desarrollo se precisan mucho valor y sabidur¨ªa t¨¢urica, atributos que posiblemente a¨²n no re¨²na el joven espada. El cuajadito sexto novillo, aquejado de invalidez, en lugar de lidiador necesitaba enfermero y S¨¢nchez Mej¨ªas se hab¨ªa dejado la bata blanca encima del piano. As¨ª que tampoco en su ep¨ªlogo tuvo la fiesta historia y la afici¨®n abandon¨® el coso sosegadamente, pues no necesitaba precipitarse a los bares cercanos para entonar el cuerpo con dos copazos o un cafelito, como ven¨ªa siendo tradicional en Valdemorillo.
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