Desgaste por 'fricci¨®n'
La famosa ley de Murphy seg¨²n la cual si algo puede ir mal ir¨¢ mal tambi¨¦n tiene su validez en el mundo de la guerra. Doscientos a?os antes que Murphy, Clausewitz escrib¨ªa: "Todo en la guerra es simple, pero incluso la cosa m¨¢s sencilla se vuelve complicada". Para ¨¦l, la acci¨®n en el combate era como moverse en un elemento resistente y a esa resistencia la llam¨® la fricci¨®n del combate. Esto es, un riesgo org¨¢nico de que errores, complicaciones, fallos, y no la oposici¨®n del enemigo, impidiera alcanzar los obetivos deseados.Los m¨²ltiples accidentes que se suceden en el seno de las tropas de la coalici¨®n antiiraqu¨ª -y presumiblemente tambi¨¦n en las fuerzas iraqu¨ªes-, aviones que se estrellan, helic¨®pteros que caen, marines que son bombardeados por su mismo ej¨¦rcito, todo son muestras de la fricci¨®n del combate.
Sin embargo, no hay motivos para alarmarse. Nadie se asusta porque las agujas de los tocadiscos se degraden, las bombillas se fundan o haya que cambiar de coche cada cierto tiempo. En lo militar es igual. El ¨²nico problema consiste en no rebasar una cierta tasa de desgaste por encima de la cual la merma de las capacidades operativas fuera grave. El desgaste por fricci¨®n que se sufre en el Golfo no es, ni mucho menos, importante, aunque no deje de ser a veces espectacular, como esa p¨¦rdida del B-52 en el oc¨¦ano ?ndico.
Para empezar, la fricci¨®n est¨¢ en relaci¨®n directa al volumen de fuerzas empleadas. Es l¨®gico que una divisi¨®n, con 16.000 hombres, tenga m¨¢s problemas organizativos que una compania de 200. Estudios realizados por el Centro de Investigaciones T¨¢cticas del Ej¨¦rcito de Estados Unidos (TRADOC) concluyen que, efectivamente, la fricci¨®n aumenta proporcionalmente con el tama?o de la unidad, de un 1% en una corripa?¨ªa y el 4,5% en una brigada, al 10,1% en un cuerpo de ej¨¦rcito.
En segundo lugar, la fricci¨®n tambi¨¦n aumenta con el uso intensivo de las tropas y el material. La fatilga del combate afecta a los reflejos, disminuy¨¦ndolos. Los equipos, por su parte, se gastan. As¨ª, aunque materialmente haya unos 3.000 aviones aliados en el Golfo, lo aue interesa en realidad es el n¨²mero de veces que cada uno de los aparatos despega. Si se han realizado hasta la fecha 30.000 salidas, es como si hubiera habido similar cantidad de aviones. En estudios que preve¨ªan la campa.fia aereoterrestre en Centroeuropa, el Pent¨¢gono estimaba como aceptable una tasa de fricci¨®n del 0,03% y una de p¨¦rdidas del 3%. En ambos casos, las cifras actuales est¨¢n muy por debajo.
Tambi¨¦n es verdad que todav¨ªa no se ha puesto en marcha toda la maquinaria militar all¨ª desplegada y que s¨®lo entonces ser¨¢ cuando todas las peque?as dificultades se sumen, justo cuando la niebla de la guerra las haga m¨¢s dif¨ªciles de reparar.Rafael L. Bardaj¨ª es director del Grupo de Estudios Estrat¨¦gicos.
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