Metulla, tranquilidad israel¨ª junto a L¨ªbano
En el pueblo atacado por la OLP no hay huellas de Katiushas y sus habitantes se sienten seguros
La zona de seguridad pr¨®xima a Metulla, el pueblo m¨¢s al norte de Israel, fue atacada con cohetes Katiusha en la madrugada del pasado martes 28 de enero por comandos de la Orgartizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) con base en el sur de L¨ªbano. Las fuerzas israel¨ªes bombardean ahora intensamente enclaves libaneses de los palestinos. Un frente que estaba neutralizado desde 1982 y totalmente inactivo desde 1985 ha vuelto a entrar en erupci¨®n como un¨¢secuela de la guerra del Golfo.
ENVIADO ESPECIALLos hechos son confusos. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) apenas informan de ellos y los intentos de contactar con sus portavoces en la frontera norte resultan vanos. Durante el fin de semana tampoco ha estado disponible Antoine Lahad, el comandante de la milic¨ªa cristiana conocida como Ej¨¦rcito del Sur de L¨ªbano (TSL) que, en plena coordinac¨ª¨®n con Israel, controla una franja de 10 kil¨®metros de territor¨ªo liban¨¦s.La prensa israel¨ª y algunas agencias internacionales hablan, entre tanto, de ataques palestinos continuados que resultan al menos imperceptibles sobre el terreno, porque Metulla era estos ¨²ltimos d¨ªas uno de los lugares m¨¢s tranquilos del Estado hebreo. Tras visitar la zona, lo m¨¢s veros¨ªmil es que se produjera un ¨²nico ataque de la OLP, que no alcanz¨® su objetivo, seguido, hasta hoy, de cinco d¨ªas de bombardeos israel¨ªes sobre objetivos palestinos.
"Un d¨ªa cayeron unos 30 Katiushas, pero ninguno en el pueblo; se quedaron fuera. Hubo represalias fuertes y ahora todo est¨¢ bien. Aunque oiga alg¨²n boom boom no tiene por qu¨¦ preocuparse", asegura Bialik Belsky.
"La guerra ha tra¨ªdo una intensificaci¨®n de las operaciones en esta zona y tenemos la impresi¨®n de que el fuego empez¨® del lado norte, aunque resulta dif¨ªcil decirlo. El fuego nortesur es m¨¢s perceptible porque es mucho m¨¢s potente", afirma el teniente Liabq, oficial de un batall¨®n noruego de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para la Pacificaci¨®n del L¨ªbano (Unifil).
El teniente Liabq estaba el domingo por la ma?ana en el hotel Arazim, propiedad de Bialik Belsky, con parte de su unidad que hab¨ªa cruzado la frontera para un rato de relajo. Porque Metulla es una localidad pintoresca por los cuatro costados. Tres de ellos dan directamente sobre L¨ªbano.1.000 habitantes
Rodeada de alambradas y torretas, horadada por refugios que remiten invariablemente a una historia de bombardeos con Katiushas e infiltraciones de comandos, aloja a unos 1.000 habitantes en peque?os chal¨¦s de monta?a. Tiene su polideportivo, con una envidiable piscina cubierta, e incluso su curiosidad humana: Henrietta van Hakeven, cristiana holandesa de 87 a?os, que se ha establecido en Metulla porque queda cerca del valle de Josafat, donde dicen que empezar¨¢ la resurrecci¨®n de los muertos.
Por el norte, la l¨ªnea fronteriza, con sus minas y dispositivos de seguridad, puede verse desde el hotel Arazim, una instituci¨®n en la zona donde para con frecuencia Antoine Lahad. Al oeste, la localidad libanesa de Marjay¨²n, con su minarete mudo desde que, en 1976, el Ej¨¦rcito del Sur del L¨ªbano estableci¨® all¨ª su feudo, parece al alcance de la mano. Siete kil¨®metros m¨¢s all¨¢, pero fuera de la vista, se encuentra Nabatiy¨¦, importante centro palestino, tambi¨¦n en L¨ªbano, que ha cruzado mucho fuego con Marjay¨²n. Las relaciones entre Marjay¨²n y Metulla son intensas. "Unas 200 personas pasan a trabajar a Israel todos los d¨ªas", dice Francis Rizk, ex colaborador del fallecido Saad Hadad, antecesor de Lahad en el mando del ESL. Rizk cruza tambi¨¦n con frecuencia la frontera para tomar su cafelito en el Arazim. El due?o del hotel est¨¢ algo contrariado porque las noticias de los Katiushas le han afectado al negocio.A falta de turistas, que se desv¨ªan s¨®lo unos kil¨®metros para esquiar en la seguridad del monte Hermon, sobre los altos del Gol¨¢n, Metulla es un pueblo desierto a las cinco de la tarde. Belsky da un consejo sencillo para la noche a sus clientes inexpertos: "Oiga lo que oiga, usted no se mueva de la habitaci¨®n. Si hace falta bajar al refugio, yo le aviso".
Al margen de una explosi¨®n aislada, este informador no oy¨® nada anormal durante la noche del pasado s¨¢bado. Francis Rizk, que vive en Marjay¨²n, tampoco. El teniente Liabq, de la Unifil, cont¨® en cambio 50 explosiones, y probablernente est¨¢ en lo cierto porque afirma: "Cuando hay disparos lo ¨²nico que podemos hacer es contarlos". Otra cosa es decir qu¨¦ bando los lanza y ad¨®nde se dirigen. En ese terreno nadie se compromete.
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