V¨ªas pecuarias: caminos para la conservaci¨®n
En la Comunidad de Madrid el sistema de v¨ªas pecuarias suma m¨¢s de 4.000 kil¨®metros de longitud, lo que totaliza una superficie conjunta superior a las 14.000 hect¨¢reas. Ello equivale a la extensi¨®n del monte de El Pardo o, lo que es lo mismo, al 2% de la superficie de la regi¨®n. Territorios longitudinales de dominio p¨²blico, id¨®neos nexos naturales entre la ciudad y el campo, los ecologistas de Aedenat han comenzado una esforzada campa?a en favor de su conservaci¨®n. Este patrimonio de todos aparece progresivamente destrozado a causa de las usurpaciones privadas, vertidos municipales o incontrolados, o por la desidia de los organismos oficiales encargados de su salvaguarda.
Resulta curioso observar c¨®mo en Espa?a desaparecen las v¨ªas pecuarias a marchas forzadas mientras que en otros pa¨ªses (EE UU, Francia, Suecia, Alemania, Holanda o Italia) los respectivos Gobiernos est¨¢n empleando ingentes fondos para la adquisici¨®n de territorio sobre el que establecer senderos de gran recorrido, rutas de la naturaleza interurbanas o redes de interconexi¨®n entre sus diferentes espacios protegidos.T¨¦cnicamente conocidos como greenways o corredores medioambientales, este tipo de rutas ecol¨®gicas constituyen ya la base de un amplio movimiento ciudadiano y pueden ser lo suficientemente elaboradas como para permitir conjuntamente viajar por ellas a caballo, en bici o simplemente caminando; o pueden resultar tan simples -pero ecol¨®gicamente tan importantes- como una ribera fluvial mantenida intacta en sus condiciones naturales. En cualquier caso, el sistema de v¨ªas pecuarias heredado de la trashumancia espa?ola constituir¨ªa todo un tesoro para cualquiera de los pa¨ªses mencionados.
Destinados principalmente al tr¨¢nsito de ganados, seg¨²n su tama?o puede ser ca?adas (las m¨¢s grandes de las v¨ªas pecuarias, con 90 varas (unos 75 metros de anchura), cordeles (hasta 37,5 metros), veredas (20 metros) o coladas (las m¨¢s peque?as y locales). Un moj¨®n situado en la Puerta de Alcal¨¢ junto a la parada de autob¨²s que se halla frente a la entrada al parque de El Retiro) indica que la calle de Alcal¨¢ es, todav¨ªa hoy, por ejemplo, legalmente una ca?ada.
Importancia fundamental
Durante siglos las v¨ªas pecuarias han tenido una importancia econ¨®mica, hist¨®rica y ecol¨®gica fundamental en la comunidad madrile?a. Han significado el c¨ªclico y milenario trasvase de millones de cabezas de ganado entre las dehesas del sur y los pastizales de monta?a septentrionales, pero adem¨¢s siempre fueron corredores ecol¨®gicos preciosos que han facilitado la dispersi¨®n de m¨²ltiples especies vegetales, la interconexi¨®n faun¨ªstica entre diferentes espacios naturales y han servido para garantizar la supervivencia, de un sistema de bosques, matorrales y pastizales longitudinales de gran importancia, como elemento diversificado del paisaje de vegas y campi?as.
Bienes de dominio p¨²blico, las v¨ªas pecuarias garantizan su uso libre por todo el mundo pero su propiedad no puede ser de nadie. Su ¨²nico propietario es, pues, la sociedad en conjunto, y su gesti¨®n, la Administraci¨®n (la Consejer¨ªa de Agricultura y Cooperaci¨®n en el caso de Madrid). Adem¨¢s, las v¨ªas pecuarias no se pueden comprar, vender, permutar ni gravar. A pesar de ello, el intrusismo sobre las ca?adas est¨¢ a la orden del d¨ªa. En ocasiones es la propia Administraci¨®n, central o auton¨®mica, que traza las nuevas carreteras ilegalmente sobre ellas, o las corta transversalmente sin establecer los necesarios pasos ganaderos que son obligados por la ley. Por otra parte, casi todos los embalses ejecutados por el MOPU han anegado v¨ªas pecuarias, pero en ning¨²n caso se han trazado, tras nuevas por las orillas resultantes. Los labradores tambi¨¦n han ara?ado buena parte de las v¨ªas pecuarias desde sus terrenos colindantes y tambi¨¦n es muy frecuente su uso para vertedero salvaje, para establecer en ellas merenderos o para levantar simplemente sobre terreno p¨²blico unas urbanizaciones ilegales. La de La Moraleja, sin ir m¨¢s lejos, se asienta en parte sobre la llamada colada de los Toros, en el t¨¦rmino de Alcobendas. Y el grupo escolar de San Sebasti¨¢n de los Reyes se sit¨²a, por su parte, sobre el cordel de Matapi?onera.
As¨ª las cosas, en estos momentos ya no quedan en Madrid pr¨¢cticamente v¨ªas pecuarias expeditas. La mayor parte de ellas est¨¢n ocupadas parcialmente y algunas han desaparecido por completo. Ahora, los ecologistas han decidido dar la batalla definitiva para su conservaci¨®n, con el objetivo de no ver destruidas con ellas las m¨²ltiples posibilidades alternativas que ofrecen.
Turismo de la naturaleza, senderos, ciclorrutas, zonas de acampada controlada, ¨¢reas recreativas periurbanas, comunicaciones agrarias, reforestaciones lineales, corredores faun¨ªstlcos... Las v¨ªas pecuarias suponen, efectivamente, una reserva de suelo p¨²blico que ser¨ªa insensato seguir destrozando como hasta la fecha viene ocurriendo.
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