La mafia evanescente
"Los marroqu¨ªes no formamos nunca grandes organizaciones delictivas. Marruecos no es Italia o Estados Unidos. Aqu¨ª, cada uno es un ma?osillo que trata de buscarse la vida: conoce a unos cuantos tan mafiosillos como ¨¦l y, gracias a ellos, gana un dinero. Como ellos ganan un dinero gracias a ¨¦l, afirma Ohtman Ben Al¨ª, un traficante de hach¨ªs.Buscar en la delincuencia de Marruecos una estructura no ya jer¨¢rquica y especializada, sino simplemente reproducible, es ir detr¨¢s de la piedra filosofal. Quienes se agitan en los c¨ªrculos semiclandestinos nunca dicen que no a nada. Da igual un cargamento de 400 kilos de hach¨ªs, 20 personas locas por ir a Espa?a, 100 cazadoras de recortes de cuero o un recorrido por los barrios t¨ªpicos.
Lo que un intermediario no tenga a mano lo buscar¨¢ en otro intermediario (que se llevar¨¢ su parte, siempre a costa del cliente, ya que Marruecos es un pa¨ªs ajeno a la idea de "precio fijo") hasta tejer una red cuyo fin no es tanto el enriquecimiento de algunos como el sustento de muchos.
La imagen de los marroqu¨ªes que hacen la calle incansablemente puede compararse con la de los norteamericanos con aquel juego de palabras del erudito y el experto: "Un erudito es el que sabe nada de todo y un experto, el que lo sabe todo de nada". El marroqu¨ª es erudito.
Desde que comenz¨® la guerra, los intermediarios se han convertido en gu¨ªas, y viceversa. Los caf¨¦s y las tiendas que antes estaban llenos de turistas est¨¢n ahora vac¨ªos, y es normal sentarse en un restaurante y estar solo. De todo ello se deriva un par¨®n econ¨®mico brutal. Si se a?ade que el Gobierno ha desplazado tropas destinadas en el S¨¢hara a las ciudades y ha reforzado la vigilancia policial para evitar que los ecos de la guerra se conviertan en los ruidos de la calle, el resultado es que casi todo, incluido el tr¨¢fico de drogas y de personas, se ha quedado a verlas venir.
Los marroqu¨ªes sue?an con que esta mala guerra acabe pronto con la derrota de los occidentales, y conf¨ªan en volver a recibir cuanto antes a los turistas .aliados. Para ellos no ser¨ªa la cuadratura del c¨ªrculo. Simplemente, Al¨¢ habr¨ªa vencido y sus bolsillos volver¨ªan a soportar la dulce carga de los dirhams.
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