Con cara de porro
JOAQU?N VIDAL Los toros ten¨ªan cara de porro. No se dice con intenci¨®n de se?alar, menos a¨²n por ganas de ofender; pero ten¨ªan cara de porro. Son cosas que pasan: unos toros tienen cara de porro y otros no la tienen. Sin ir m¨¢s lejos, ayer, los toros de la ganadeir¨ªa titular ten¨ªan cara de porro, mientras el sobrero, hierro Guadalest, no la ten¨ªa. Bastaba con mirarles a los ojitos. Sal¨ªan todos tan pimpantes, corretoncillos y coloraditos, e iba la gente y dec¨ªa: "Tiene cara de porro". En cambio sali¨® el sobrero, dijo la gente que no ten¨ªa cara de porro, y, ese fue el que embisti¨® como normalmente un toro debe embestir.?An¨¢lisis de v¨ªsceras!", gritaba alguien por detr¨¢s.
No quiere esto significar que los toros que ten¨ªan cara de porro fumaran porros. Los toros no fuman. Quien haya visto fumar a un toro, que levante el dedo. Ahora bien, un toro puede no fumar y tener cara de porro. A las pruebas me remito. Por ejemplo -y sin ir m¨¢s lejos- los toros de Valencia ayer.
Sayalero / Ortega, Camino, Ponce
Cinco toros de Sayalero y Bandr¨¦s, terciados excepto 6?, atacados de sospechosa invalidez; 2?, sobrero de (Guiadalest (en sustituci¨®n de otro inv¨¢lido del hierro titular), bien presentado y encastado. Ortega Cano: bajonazo y descabello barrenando (escasa petici¨®n y vuelta); estocada trasera (oreja abroncada y vuelta protestada). Rafi Camino: pinchazo y estocada (vuelta); estocada y descabello (aplausos y saludos). Enrique Ponce: dos pinchazos, media y rueda de peones (silencio); estocada corta baja (silencio). El p¨²blico arroj¨® almohadillas al ruedo al terminar la corrida, en protesta por la invalidez del ganado. Plaza de Valencia, 18 de marzo. 21 corrida fallera. Lleno.
-?An¨¢lisisde v¨ªsceras!", segu¨ªa gritando el de atr¨¢s, ya bastante acalorado.Sal¨ªan los toros de Valencia -ayer- bien bonitos y terciadetes, coloraos la mayor¨ªa de ellos, pimpantes y retozones todos, y uno cualquiera del tendido comentaba: "Ese tiene cara de porro y se le va a notar dentro de dos minutos".
"?An¨¢lisis de v¨ªsceras!", insist¨ªa el de atr¨¢s, desga?it¨¢ndose.
O¨ªr el comentario premonitorio y los dem¨¢s del tendido, ya se estaban apostando algo. Los espa?oles, eso de apostar, es que les priva. Replicaba alguien de por all¨ª: "Va a ser a los tres minutos, y me juego el chaleco"; y otro: "Yo que a los dos y medio y me juego un cortijo que tengo en Linares".?An¨¢lisis de v¨ªsceraaas!". Al de atr¨¢s le iba a dar una congesti¨®n.
Unas veces a los dos minutos, otras a los dos y medio, otras a los tres, al toro se le acababa notando, en efecto, y empezaba a pegar tumbos, meneaba ora el collar¨ªn, ora la rabera, o tomaba asiento y se pon¨ªa a so?ar vacas con liguero, o se tiraba patas arriba, muerto de risa."?An¨¢lisis de v¨ªsceras"', exclamaba el de atr¨¢s, ya af¨®nico perdido.
La risa deb¨ªa ser porque los toreros se pon¨ªan a pegarles pases con los andares tr¨¢gicos del Guerra en trance de inmolarse con un Miura. Rafi Camino los dio serio, un tanto crispado, a¨²n m¨¢s encorvado, al Guadalest que no ten¨ªa cara de porro, y eso estuvo bien. Y luego se los quiso dar con parecidas ¨ªnfulas al cara de porro corrido en quinto lugar, pero, claro, ya no era lo mismo y a la gente le hizo bastante gracia.
i ... de v¨ªsceraaas!", Al de atr¨¢s le quedaba un hilito de voz.
M¨¢s penosos resultaron los prop¨®sitos toricidas de Enrique Ponce, cuyos toros se desplomaban con s¨®lo mirarlos. O los de Ortega Cano, que tras torear con pulcritud un primer toro algo consistente y noble, se puso ceremonioso en el cuarto, que adem¨¢s de tener cara de porro la hab¨ªa cogido de an¨ªs. Luego lo mat¨®. Y, por matarlo, fue el presidente y le concedi¨® una oreja. Y el p¨²blico les peg¨® un abucheo a los tres, al presidente, al torero y al toro borrach¨ªn con cara de porro. Y el de atr¨¢s, al comprobar que el presidente ni loco ordenar¨ªa analizar v¨ªsceras pues lo que le gustaba era dar orejas, se quer¨ªa suicidar a lo bonzo.
Una corrida de toros, bien se ve, puede acabar como el Rosario de la Aurora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.