El valor cambiante de un cuadro con gato
Los visitantes de una exposici¨®n ofrecen viajes, ropa o una cabra por una pintura
Cien kilos de legumbres, una cabra o un perfume de creaci¨®n exclusiva, pasando por servicios m¨¦dicos, ropa o viajes, son algunas de las ofertas que el pintor Xano Armenter ha recibido por su cuadro Escenas de la vida de un gato, expuesto en la Sala Vin?on de Barcelona. El pintor ofrec¨ªa el ¨®leo a cambio de la oferta m¨¢s interesante que le hicieran los interesados en su obra. La exposici¨®n x mutuo acuerdo, clausurada el pasado 16 de marzo, presentaba una serie de cuadros de Xano Armenter que el pintor hab¨ªa intercambiado por objetos o servicios.
El prop¨®sito de Xano Armenter al presentar la exposici¨®n x Mutuo Acuerdo era el de invitar a una meditaci¨®n acerca del valor de las obras de arte y de la subjetividad de los espectadores al apreciarlo. M¨¢s de un centenar de mensajes dejados por los visitantes de la exposici¨®n ofrecen material en abundancia para constatar que el mismo cuadro que para unos vale tanto como la prestaci¨®n de servicios m¨¦dicos vitalicios o como un reloj de oro, para otras personas no tiene m¨¢s valor material que el de la invitaci¨®n a una copa o el de un garabato apresurado en papel de fotocopia.Uno de los visitantes de la muestra, de inclinaciones indudablemente pr¨¢cticas, ofrece al pintor 50 kilos de jud¨ªas y 50 de otras legumbres. Otros ofertantes, dentro de la misma l¨ªnea de raigambre firmemente asentada en la tierra, dicen que "pagaremos el cuadro con una ternera de cuatro meses de vida".
Un perfumista brinda "un perfume especialmente creado para el pintor", y especifica que, junto con una cantidad del mismo, suministrar¨¢ la f¨®rmula y una "breve explicaci¨®n" de c¨®mo se ha llegado a tal olor.
Otra propuesta que combina la imaginaci¨®n con el pragmatismo es una que ofrece dos alternativas a elegir: un cristal pintado, con marco de acero, en el que aparece el famoso mu?eco de los neum¨¢ticos Michel¨ªn, o un ordenador Philips 2000, que, seg¨²n el ofertante, es "in¨²til, pero con posible valor arqueol¨®gico". Otro cristal pintado, esta vez con un motivo felino titulado Las nueve vidas, lo propone un lector que escribe en ingl¨¦s, lo que explica probablemente el incremento de dos vidas gatunas respecto de las proverbiales siete que reconoce la sabidur¨ªa hisp¨¢nica.
Vega Sicilia del 62
Algunos visitantes de la exposici¨®n se decantan por placeres que, no por m¨¢s fugaces, son menos sensuales. Tal es el caso de una propuesta de cena en un restaurante a elegir, pero que incluye una sugerencia de vino tan concreta como considerable: Vega Sicilla 1962. Otra oferta tambi¨¦n destacable es la de un afamado joyero barcelon¨¦s, que brinda un reloj de oro de una marca coronada como uno de los emblemas del lujo convencional, aunque aclara que, a cambio de tan valioso objeto, se reserva el derecho de elegir cuadro.Una de las palmas de la generosidad se la lleva, sin embargo, un m¨¦dico madrile?o, que cambia las Escenas de la vida de un gato por sus servicios profesionales gratuitos "de por vida". Otra oferta generosa es la de un abogado que propone asesoramiento legal vitalicio". Un consejero jur¨ªdico-fiscal es m¨¢s parco a la hora de brindar su trabajo a cambio del cuadro: ofrece sus servicios s¨®lo por un a?o. Es especialmente sencilla y sincera, por el contrario, la nota d., un alba?il que no sabe qu¨¦ ofrecer "m¨¢s que la fuerza de mi brazo y mi amistad".
Un profesor de cocina propone una cena para dos una vez al a?o, por un n¨²mero indefinido de a?os, pero siempre para los mismos comensales. Una barcelonesa, por su parte.. invita al pintor y su familia a buscar setas en el Bergued¨¤, y ali?a su ofrecimiento con una comida con porc sanglar como plato principal. Otro ofertante, tan cicatero como inspirado en el Antiguo Testamento, se limita a proponer un plato de lentejas.
Desde la inferencia de la afici¨®n de Armenter por los gatos, una pareja de arquitectos plantea la simp¨¢tica idea de "proyectar una casa para gatos, en la Costa Brava, por supuesto". Hay varias ofertas de gatos a cambio del cuadro con gato, es destacable una que propone "un gato siam¨¦s (de marca)", aunque desea saber si "tu gato [el del cuadro] es de marca o salvaje".
Algunas propuestas son muy c¨®modas, como la del que ofrece "una hamaca venezolana hecha por los indios guarao, en la que caben dos personas". Otras ofertas, en cambio, parecen extraordinariamente arduas, como la que plantea "un viaje en el mes de agosto, atravesando todo el desierto del Sahara hasta llegar al r¨ªo N¨ªger, en una caravana".
Babelia
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