?Qu¨¦ sabemos del ahorro?
El autor defiende en este art¨ªculo la pol¨ªtica de reducci¨®n del d¨¦ficit presupuestario como la v¨ªa m¨¢s adecuada para aumentar el ahorro global de la naci¨®n, y sostiene que, a pesar del concomitante aumento de la presi¨®n Fiscal, este mayor ahorro p¨²blico no se ha conseguido a expensas del ahorro privado. El ahorro familiar podr¨ªa haberse visto afectado. Pero este efecto, m¨¢s que un deterioro genuino, podr¨ªa estar reflejando simplemente un trasvase de renta disponible desde las familias a las empresas. Esto, adem¨¢s, no habr¨ªa tenido repercusi¨®n alguna sobre la propensi¨®n a ahorrar del sector privado.
Hay que agradecer a Rafael Termes y a Jos¨¦ Borrell sus contribuciones en estas p¨¢ginas sobre la cuesti¨®n del ahorro en Espa?a y sobre la posible incidencia de la fiscalidad en el mismo. Esta es una de las cuestiones importantes que afectan al pa¨ªs y es bueno que las cuestiones importantes se discutan.Es tambi¨¦n una cuesti¨®n sobre la que probablemente existe un grado de acuerdo entre los economistas profesionales mucho mayor que el que en ocasiones se les atribuye. Vale, pues, la pena hacer un recuento de qu¨¦ cosas sabemos del ahorro en Espa?a, y, en particular, de qu¨¦ factores pueden estar detr¨¢s de la fuerte ca¨ªda que el mismo experiment¨® en la d¨¦cada de los setenta y de su posterior recuperaci¨®n.
Un punto meramente descriptivo para empezar. ?Cu¨¢nto ha ca¨ªdo el ahorro en nuestro pa¨ªs? Como puede apreciarse en el gr¨¢fico adjunto, en 1964 Espa?a ahorraba el 25,5% de su renta bruta disponible y en 1989 se estima que habr¨¢ ahorrado el 22,7%; una ca¨ªda, pues, de 2,8 puntos. M¨¢s representativamente, para no dar tanto peso en la comparaci¨®n a dos a?os particulares, la tasa media de ahorro del periodo 1964-1968 fue del 24,9%, mientras que la del periodo 1984-1989 lo ha sido del 21,6%; una ca¨ªda de 3,3 puntos. ?Qu¨¦ explicaci¨®n tenemos para este descenso?
Trasvase de renta
El ahorro total de un pa¨ªs puede caer bien porque la propensi¨®n a ahorrar de los sectores p¨²blico y privado caiga (es decir, porque caiga la parte que estos sectores ahorran de su respectiva renta disponible), bien porque, a trav¨¦s del sistema de impuestos y transferencias, se haya producido un trasvase de renta disponible desde el sector que m¨¢s ahorra al que menos ahorra.
En un reciente estudio (1) se concluye que, con mucho, el factor explicativo m¨¢s importante de la ca¨ªda del ahorro en Espa?a es el ahorro p¨²blico. Concretamente, y como puede comprobarse en el cuadro, aun si la presi¨®n fiscal neta y el ahorro privado se hubieran mantenido constantes en los ¨²ltimos 25 a?os, el fuerte descenso del ahorro p¨²blico hubiera motivado por s¨ª s¨®lo una ca¨ªda de la tasa de ahorro global de la naci¨®n de 3,9 puntos. Frente a este efecto, la presi¨®n fiscal neta explica un descenso de la tasa de ahorro de s¨®lo 0,2 puntos y el ahorro privado un aumento de 0,6 puntos.
De estos resultados pueden extraerse tres implicaciones, de las cuales hay una en particular que me interesa destacar. Si hist¨®ricamente el comportamiento del sector p¨²blico ha jugado un papel tan importante en la ca¨ªda de la tasa de ahorro global, cabe esperar que tambi¨¦n lo juegue en la recuperaci¨®n de la misma.
De ah¨ª el ¨¦nfasis que de un tiempo a esta parte los responsables del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda estamos poniendo en el ahorro p¨²blico y en la necesidad de fomentarlo a trav¨¦s de una reducci¨®n del d¨¦ficit presupuestario No hay en ello ninguna intenci¨®n de justificar pol¨ªticas fiscales previamente decididas; se trata simplemente de constatar y explotar una regularidad emp¨ªrica que probablemente seguir¨¢ manteni¨¦ndose en el futuro.
Una segunda Implicaci¨®n es que, a pesar del significativo efecto del ahorro p¨²blico, el ahorro privado no parece haber tenido mucha influencia en la reducci¨®n de la tasa de ahorro global. Esto sugiere que no existe demasiada relaci¨®n entre la conducta ahorradora de los sectores p¨²blico y privado. De la misma manera que la fuerte ca¨ªda del ahorro p¨²blico entre 1973 y 1985 no provoc¨® un aumento del ahorro privado, tampoco la posterior recuperaci¨®n de aqu¨¦l est¨¢ motivando un descenso de ¨¦ste.
De hecho, el estudio pone de manifiesto que, en la ¨²ltima fase de recuperaci¨®n del ahorro global, la contribuci¨®n positiva del ahorro p¨²blico ha coexistido con una fuerte contribuci¨®n tambi¨¦n positiva del ahorro privado. En otras palabras, no existe ninguna evidencia de que el reciente aumento del ahorro p¨²blico se est¨¦ logrando a expensas del ahorro privado.
La tercera implicaci¨®n es que tampoco el aumento de la presi¨®n fiscal neta (es decir, despu¨¦s de restar las transferencias) parece haber tenido ning¨²n efecto directo de relevancia en la ca¨ªda de la tasa de ahorro global. El trasvase de renta disponible. desde el sector privado al sector p¨²blico, per se, s¨®lo explica 0,2 puntos de los 3,3 que ha ca¨ªdo la tasa de ahorro total.
Naturalmente, la ausencia de un efecto directo de la presi¨®n fiscal, v¨ªa trasvases de renta disponible entre los sectores p¨²blico y privado, no excluye la existencia de un efecto indirecto, a trav¨¦s del comportamiento ahorrador del sector privado. De hecho, ¨¦ste es el efecto que parece preocupar al Termes cuando postula la posibilidad de una fuerte relaci¨®n negativa entre la presi¨®n fiscal y la propensi¨®n a ahorrar de las familias. ?Qu¨¦ sabemos acerca de esta relaci¨®n?
Los primeros resultados que para Espa?a suger¨ªan la existencia de un efecto negativo de los impuestos sobre el ahorro los adelant¨® Raymond (2). De acuerdo con estos resultados, los impuestos afectan negativa y permanentemente al ahorro familiar por encima de la influencia que normalmente cabr¨ªa esperar de los mismos a trav¨¦s de la renta disponible.
Es m¨¢s, el efecto es cuantitativamente elevado: un aumento de un punto en la presi¨®n fiscal se traduce, seg¨²n este resultado, en un descenso de dos tercios de punto en la propensi¨®n a ahorrar de las familias.
Este es un resultado ciertamente contundente. Los economistas est¨¢n acostumbrados a detectar efectos transitorios de los impuestos sobre la tasa de ahorro (?qui¨¦n no ha echado mano de su cuenta de ahorro para financiar una inesperadamente alta cuota diferencial?), pero esperan que a el largo plazo los agentes econ¨®micos vuelvan a recuperar, en relaci¨®n a su renta disponible, los niveles de ahorro considerados como normales.
Un efecto permanente y de esta magnitud, si no se viera compensado por ninguna otra influencia, dar¨ªa a la pol¨ªtica econ¨®mica un poder insospechado para controlar al nivel deseado la tasa de ahorro de un pa¨ªs.
Actitudes culturales
La realidad, sin embargo, no acostumbra a ser tan sol¨ªcita y la tasa de ahorro ha acabado convirti¨¦ndose en un par¨¢metro econ¨®mico particularmente huidizo. Es probable que actitudes culturales y condiciones demogr¨¢ficas tengan algo que ver con ella, pero no creo que sepamos todav¨ªa a ciencia cierta cu¨¢les son los determinantes estructurales de la tasa de ahorro y cuales son las razones concretas por la que ¨¦sta var¨ªa de pa¨ªs a pa¨ªs.
Lo poco que sabemos es que estos determinantes probablemente cambian de forma muy lentamente y son dif¨ªciles de controlar. De ah¨ª el inter¨¦s que los resultados de Raymond han suscitado y de ah¨ª la conveniencia de examinarlos con atenci¨®n.
Un examen de este tipo es el que se realiza en el primer estudio citado. Seg¨²n este trabajo, hay pocas dudas acerca de la existencia de un efecto transitorio de los impuestos sobre el ahorro familiar, aunque los resultados no son tan claros en lo que respecta a su influencia permanente.
A largo plazo, el aumento impositivo podr¨ªa haber tenido un efecto negativo sobre el ahorro familiar, pero ¨¦sta no es la ¨²nica explicaci¨®n posible. El aumento de la riqueza familiar tambi¨¦n podr¨ªa haber motivado una menor necesidad de ahorrar. Es decir, existen explicaciones alternativas del descenso del ahorro familiar entre las que es estad¨ªsticamente dif¨ªcil discriminar.
Con todo, no es posible rechazar la hip¨®tesis de que los impuestos afectan negativa y permanentemente a la tasa de ahorro familiar. En el estudio citado, el efecto es relativamente moderado (un aumento de un punto en la presi¨®n fiscal provocar¨ªa un descenso de alrededor de un tercio de punto en la tasa de ahorro familiar), pero indudablemente aparece como una posible y significativa explicaci¨®n del descenso de la tasa de ahorro de las familiar, incluso con alguna venta
ja sobre la aportada por la evoluci¨®n de la riqueza.
?Quiere ello decir que, despu¨¦s de todo, la pol¨ªtica econ¨®mica, y m¨¢s concretamente la tributarla, sigue siendo un instrumento poderoso para controlar el ahorro del pa¨ªs? Lamentablemente, no. La fiscalidad puede que tenga un efecto, pero este efecto parece incidir m¨¢s en la localizaci¨®n del ahorro entre familias y empresas, que en la tasa de ahorro del sector privado globalmente considerado. Esta es la conclusi¨®n a la que se llega despu¨¦s de comprobar que, a pesar del efecto significativo que los impuestos parecen tener sobre el ahorro familiar, esta influencia desaparece cuando se considera al sector privado como un todo.
?C¨®mo puede reconciliarse la presencia de un efecto negativo de los impuestos sobre el ahorro familiar con la ausencia de cualquier efecto sobre la totalidad del ahorro privado? Una posible explicaci¨®n es la siguiente.
El sector privado podr¨ªa estar respondiendo a incrementos de la presi¨®n fiscal trasladando renta disponible desde el sector familiar al sector empresarial, o, lo que es equivalente, incrementando los beneficios no distribuidos. Para un determinado consumo de las familias, este comportamiento disminuir¨ªa el ahorro familiar, pero, a la vez, aumentar¨ªa el ahorro empresarial.
En estas circunstancias, una relaci¨®n negativa entre la tasa del ahorro familiar y la presi¨®n fiscal, aun a largo plazo, podr¨ªa ser perfectamente consistente con la ausencia de cualquier relaci¨®n entre el ahorro privado y la presi¨®n fiscal.
De hecho, esto es lo que parece estar ocurriendo cuando se examina m¨¢s a fondo la influencia del ahorro privado en la evoluci¨®n de la tasa de ahorro total. La relativamente peque?a influencia del ahorro privado en la evoluci¨®n de la tasa de ahorro global que se?alaba al comienzo de este art¨ªculo es consistente, como puede verse en el cuadro, con una importante influencia negativa de 2,2 puntos del ahorro familiar y otra positiva de 2,8 puntos, que m¨¢s que compensa la anterior, de los beneficios no distribuidos.
Ahorro privado
Este resultado sugiere, por una parte que existe un movimiento importante en la asignaci¨®n de la renta disponible del sector privado entre familias y empresas, y, por la otra, que esta asignaci¨®n podr¨ªa estar relacionada con la fiscalidad.
Volvemos as¨ª, por otra v¨ªa, a la preocupaci¨®n que subyace en el art¨ªculo de Termes. El aumento del ahorro p¨²blico, a pesar de que en parte se ha conseguido a trav¨¦s de una mayor presi¨®n fiscal, no parece haber afectado al ahorro generado por el sector privado. Puede haber afectado a la tasa de ahorro familiar; es posible.
Ahora bien, si los resultados aqu¨ª comentados tienen alguna virtualidad, este efecto, m¨¢s que un deterioro genuino, podr¨ªa simplemente estar reflejando un trasvase de renta disponible desde las familias a las empresas, con una repercusi¨®n nula en la propensi¨®n a ahorrar del sector privado como un todo.
(1) A. Zabalza y J. Andr¨¦s, '?Afecta la fiscalidad al ahorro?, Documentos de Trabajo de la Direcci¨®n General de Planificaci¨®n. Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, D-91002, enero 1991. Pr¨®xima publicaci¨®n en Moneda y Cr¨¦dito.
(2) J. L. Raymond, 'La ca¨ªda del ahorro en los pa¨ªses de la OCDF, Papeles de Econom¨ªa Espa?ola, volumen 41, 1987.
es secretario de Estado de Hacienda.
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