Tiradores de ETA disparan contra un millar de personas en una jura de bandera en San Sebasti¨¢n
AURORA INTXAUSTI / VICTORINO R. DE AZ?ATres personas resultaron heridas de bala ayer en San Sebasti¨¢n en un ataque perpetrado presumiblemente por la organizaci¨®n terrorista ETA contra un millar de personas que celebraban una jura de bandera junto a las instalaciones militares de Loyola. Dos francotiradores, apostados en la ladera de un monte cercano al acuartelamiento, realizaron cuatro disparos con un fusil provisto de mira telesc¨®pica.
El objetivo era el gobernador militar de Guip¨²zcoa en funciones, el coronel Jos¨¦ Luis Garc¨ªa de Fr¨ªas, de 54 a?os, quien result¨® alcanzado por un balazo en la pierna izquierda.. "Al ver la sangre record¨¦ la guerra civil", declar¨® un oficial retirado poco despu¨¦s de la evacuaci¨®n de los heridos.Los disparos se produjeron a las 12.20, cuando 400 soldados del Regimiento de Cazadores de Monta?a Sicilia 67 celebraban la ceremonia de jura de bandera. El desfile bajo la ense?a constitucional acababa de finalizar en una carretera paralela a la fachada del acuartelamiento y el coronel Garc¨ªa de Fr¨ªas se dispon¨ªa a dirigir desde un podio una arenga a la tropa. Varios centenares de familiar es de los reclutas se agolpaban en la acera junto al cuartel de Loyola, situado en un barrio perif¨¦rico de San Sebasti¨¢n.
El primer disparo fue dirigido contra el coronel, quien se encontraba de espaldas a la posici¨®n del francotirador. Garc¨ªa de Fr¨ªas presid¨ªa la jura en funciones de gobernador militar por ausencia del general Juan Elgueta Sequera.
La detonaci¨®n caus¨® un gran desconcierto entre los presentes. Pr¨¢cticamente todas las personas se tiraron al suelo sin comprender lo que suced¨ªa. El coronel se llev¨® las manos a la herida, seg¨²n algunos testigos; de los hechos, aunque se mantuvo en pie. Inmediatamente se escucharon tres disparos m¨¢s.
Fuera de peligro
Dos balazos alcanzaron a Josefa Manuela Ferreira, de 60 a?os, y a su yerno, Jos¨¦ Eduardo Cereijo, de 48 a?os, padre de uno de los reclutas que juraban bandera. Ambos son vecinos de La Coru?a. La mujer sufre una herida en el abdomen y el hombre fue alcanzado en el gl¨²teo izquierdo con orificio de salida por el abdomen. Por la tarde, fue intervenido quir¨²rgicamente.
El coronel Garc¨ªa de Fr¨ªas se encontraba bajo el efecto de sedantes, seg¨²n inform¨® un militar desde la habitaci¨®n en que se halla ingresado en el policl¨ªnico de San Sebasti¨¢n. Los tres heridos est¨¢n fuera de peligro y su. estado es menos grave. El coronel presenta una "herida incisa a nivel del tercio superior del muslo izquierdo con orificio de entrada en cara posterior y de salida en cara anterior del mismo", seg¨²n el parte m¨¦dico facilitado a Europa Press a ¨²ltima hora de la tarde por la Policl¨ªnica de San Sebasti¨¢n, donde permanece internado.
El tiroteo sobre el acuartelamiento caus¨® sorpresa y desconcierto entre los soldados, los oficiales y los familiares, pero no escenas de p¨¢nico. Ni siquiera se produjeron gritos, seg¨²n los presentes. Los heridos fueron evacuados con gran r¨¢pidez por una ambulancia que casualmente pasaba cerca del cuartel.
Los dos terroristas se situaron en la ladera de un monte conocido como Mendigain, desde donde se domina el patio del acuartelamiento, situado a unos 300 metros. La polic¨ªa cree que esperaron a que el coronel Garc¨ªa de Fr¨ªas subiera al podio para tener un blanco m¨¢s f¨¢cil. En el lugar desde donde dispararon fueron encontrados cuatro casquillos de bala de rifle marca Winchester. A pocos metros del lugar termina una peque?a carretera, por donde huyeron en autom¨®vil.
Los francotiradores, dos hombres j¨®venes, fueron vistos por algunos vecinos de la zona. Una mujer les observ¨® cerca de la tapia de una huerta, poco antes de que comenzaran a. disparar, sin notar nada sospechoso. Tras escuchar los disparos, la mujer volvi¨® a la ventana y pudo ver c¨®mo uno de ellos se echaba al hombro el rifle. El otro llevaba una bolsa de deportes. Los terroristas, vestidos con ropa deportiva, abandonaron el lugar con aparente tranquilidad, seg¨²n dijo la mujer, hasta perderse de vista.
Un oficial retirado participante en la jura de bandera relat¨® que todos los presentes se echaron al suelo al o¨ªrse el primer disparo. "Me palp¨¦ la ropa para saber si estaba herido y despu¨¦s mir¨¦ a mi alrededor. Vi la sangre que le ca¨ªa al coronel. Entonces record¨¦ la guerra civil", declar¨® el militar, de 67 a?os, quien pidi¨® reserva sobre su nombre.
Detonaciones r¨¢pidas
Las detonaciones se sucedieron con gran rapidez y a alg¨²n militar le parecieron una r¨¢faga. Los asistentes al acto no se atrev¨ªan a levantar la mirada del suelo.
"Estaba aterrorizada. Pensaba en mi hijo al que hab¨ªa visto cruzar poco antes delante de m¨ª y al que ahora no ve¨ªa. Fueron unos segundos llenos de terror", explicaba poco despu¨¦s la madre de un joven uniformado con el petate en los hombros y lleno de alegr¨ªa por poder abandonar el lugar. El recluta piensa que el atentado "es una pasada; ya no es que no les importe matar, ahora lo que desean es cuantos m¨¢s muertos y m¨¢s 1.error a su alrededor, mejor para ellos".
El gobernador civil de Guip¨²zcoa, Jos¨¦ Maria Gurrutxaga, subray¨® que ETA pretend¨ªa con este atentado una matanza. "Espero poder detener pronto a este grupo", a?adi¨®. El alcalde de la ciudad, Xabier Albistur, dijo que el ataque fue dirigido contra civiles, sabiendo que estaban all¨ª y sin que a los terroristas les importara. "Eran m¨¢s los que ni eran militares ni estudiaban para guardia civil o polic¨ªa", agreg¨® Albistur, en referencia al ¨²ltimo comunicado de ETA donde se trataba de justificar el asesinato de la joven Koro Villamudria por su intenci¨®n de ingresar en la polic¨ªa.
[Por otra parte, unas 1.500 personas se manifestaron en silencio en la tarde de ayer en la localidad navarra de Los Arcos para expresar su repulsa por el atentado terrorista que el pasado jueves destroz¨® la casa-cuartel de la Guardia Civil en esa poblaci¨®n, informa Europa Press].
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