Gonz¨¢lez acoge con cautela la peticion de Yeltsin de que Rusia tenga relaci¨®n directa con Espa?a
Felipe Gonz¨¢lez fue ayer el primer jefe de Gobierno de un pa¨ªs de la Comunidad Europea en entrevistarse con el reci¨¦n elegido presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, que le pidi¨® que estableciese una relaci¨®n directa con su rep¨²blica, ante lo que el presidente espa?ol reaccion¨® con cautela, aunque se mostr¨® receptivo a explorar algunos campos de cooperaci¨®n. La prudencia de Gonz¨¢lez se manifest¨®, asimismo, al no invitar a Yeltsin a visitar Espa?a.
A pesar de la prudencia, el segundo viaje a la URSS de Gonz¨¢lez, que ayer lleg¨® a las 22.40 al aeropuerto de Madrid-Barajas, es el primero que, aunque de forma t¨ªmida, se inserta en la realidad plurinacional y multipartidista de este pa¨ªs con una reuni¨®n con el ruso Yeltsin y otra, por la tarde, con el ex ministro de Asuntos Exteriores Edward Shevardnadze, fundador del Movimiento para las Reformas Democr¨¢ticas."Bienvenido a la Casa Blanca", dijo Yeltsin a Gonz¨¢lez mientras le daba un apret¨®n de manos a las nueve de la ma?ana. El hu¨¦sped espa?ol se sorprendi¨® de la analog¨ªa del nombre del edificio con la residencia del jefe de Estado norteamericano, y el presidente ruso le explic¨® que, en realidad, se llamaba Casa de los S¨®viets, pero su color hab¨ªa incitado a la gente a cambiarlo para darle una denominaci¨®n acorde con los tiempos que corren.
"Nos hemos puesto de acuerdo en mantener una colaboraci¨®n directa" entre ambos pa¨ªses, explic¨® Yeltsin a la prensa al t¨¦rmino de la entrevista. "( ... ) los espa?oles enviar¨¢n aqu¨ª a un grupo de ministros, dirigentes y comerciantes", y junto con los rusos "arializar¨¢n los ¨¢mbitos de actividad que pueden desarrollar en com¨²n", empezando por la cooperaci¨®n agroalimentaria.
Ante su interlocutor, Yeltsin se esforz¨® en poner de relieve la importancia de su rep¨²blica record¨¢ndole que cuenta con 150 millones de habitantes y produce el 60% del PNB de la URSS. Como la futura Uni¨®n que prepara Gorbachov, explic¨®, "no estar¨¢ formada por las 15 actuales rep¨²blicas, sino por nueve, esto aumentar¨¢ a¨²n m¨¢s el peso espec¨ªfico de Rusia".
Gonz¨¢lez matiz¨® el entusiasmo de Yeltsin sobre el futuro de la relaci¨®n hispano-rusa y dio incluso la impresi¨®n de que el carism¨¢tico l¨ªder ruso se hab¨ªa precipitado un poco en su interpretaci¨®n de la entrevista que celebraron. El jefe del Ejecutivo hizo esta puntualizaci¨®n en la conferencia de prensa que dio con Mija¨ªl Gorbachov justo despu¨¦s de firmar el tratado de amistad y cooperaci¨®n hispano-sovi¨¦tico, el cuarto de estas caracter¨ªsticas que la URSS concluye con un pa¨ªs occidental (v¨¦ase EL PA?S del 5 de julio de 1991).
"Le respond¨ª [a Yeltsin] que tenemos un marco jur¨ªdico que es el tratado", explic¨® Gonz¨¢lez, "y dentro de ese marco estamos dispuestos a que haya equipos de trabajo que detecten las ¨¢reas posibles de cooperaci¨®n". En definitiva, Espa?a no infringir¨¢ el tratado para estrechar lazos con Rusia. El primer paso concreto para explorar las posibilidades de cooperaci¨®n ser¨¢, sin embargo, dado en septiembre. El ministro de Industria, Claudio Aranzadi, ampliar¨¢ el abanico de sus encuentros en Mosc¨² para ver, adem¨¢s de a los sovi¨¦ticos, a los representantes rusos.La prudencia de Gonz¨¢lez qued¨® tambi¨¦n puesta de manifiesto al no haber invitado a Yeltsin a visitar Espa?a. En el s¨¦quito diplom¨¢tico se explica que, desde un punto de vista protocolario, no corresponde al jefe del Ejecutivo formular este ofrecimiento, pero el presidente luso, Mario Soares, no dud¨® en hacerlo cuando, antes incluso de las elecciones presidenciales rusas, pas¨® por Mosc¨². "Me ha dicho que nos volveremos a ver", contest¨® Yeltsin a una pregunta sobre por qu¨¦ Gonz¨¢lez no sugiri¨® que fuese a Madrid.Las explosiones nacionalistasLas reticencias de Gonz¨¢lez ante las explosiones nacionalistas en Europa oriental quedaron tambi¨¦n puestas de manifiesto en la rueda de prensa salpicada de preguntas de periodistas sovi¨¦ticos sobre la transici¨®n espa?ola. El presidente espa?ol no habl¨® de Yugoslavia, pero Gorbachov se encarg¨® de hacerlo en nombre suyo. "Coincido [con Gonz¨¢lez] que esos problemas [el separatismo esloveno y croata] deben ser resueltos en el marco de la Constituci¨®n y de la legalidad". "Apoyamos la integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras", a?adi¨® antes de recordar que la Carta de Par¨ªs tambi¨¦n reconoc¨ªa "los derechos de las minor¨ªas".
Gonz¨¢lez rest¨®, por su parte, importancia a las acciones de fuerza de las tropas de la URSS en algunas rep¨²blicas que aspiran a la independencia, como las b¨¢lticas y Armenia. "El proceso de reforma", dijo dando un nuevo espaldarazo a su anfitri¨®n, "se desarrolla globalmente en un clima de car¨¢cter sustancialmente pac¨ªfico".
A su "amigo" Gonz¨¢lez, Gorbachov le desvel¨® parte de las ideas que someter¨¢ a los l¨ªderes del llamado Grupo de los Siete (G-7), integrado por las siete principales potencias econ¨®micas occidentales, que, por primera vez, concluir¨¢n su reuni¨®n anual recibiendo en Londres a mediados de mes al jefe de Estado de una Uni¨®n Sovi¨¦tica necesitada de ayuda.
A juzgar por la comprensi¨®n que le manifest¨®, Mija¨ªl Gorbachov debe lamentar que el presidente espa?ol no sea miembro del G-7.
En materia bilateral, ambos interlocutores lamentaron que, como dijo Gorbachov, "la cooperaci¨®n no se corresponda con el di¨¢logo pol¨ªtico" entre Madrid y Mosc¨² que calific¨® de "cordial y solidario". "El nivel de di¨¢logo pol¨ªtico", enlaz¨® Gonz¨¢lez, "es muy intenso" y lo ser¨¢ a¨²n m¨¢s tras la firma del tratado de amistad.
El documento rubricado ayer institucionaliza, entre otras cosas, la celebraci¨®n de cumbres anuales entre el jefe de Estado sovi¨¦tico y el del Ejecutivo espa?ol as¨ª como la de dos entrevistas al a?o entre los titulares de Asuntos Exteriores. Entre el complejo del Kremlim y el de la Moncloa se instalar¨¢ adem¨¢s un tel¨¦fono rojo o l¨ªnea de punto a punto que, en la pr¨¢ctica, suele consistir en dos t¨¦lex.
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