En 1990 se crearon 400 editoriales en la URSS
A pesar de la libertad de expresi¨®n algunos editores todav¨ªa se autocensuran
La perestroika ha provocado un boom editorial en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En el territorio en el que en 1990 no hab¨ªa ni una sola editorial privada, ¨¦stas han proliferado hasta superar en pocos meses las 400 empresas. Este crecimiento ha hecho que la editorial Progreso, la m¨¢s importante de la URSS, se haya inscrito en el libro Guinness de los r¨¦cords, por haber sido en 1990 la empresa del mundo que mayor n¨²mero de t¨ªtulos ha publicado, y lo ha hecho en 51 idiomas. Su director, Alexandr Avelichev, ha visitado Espa?a invitado por la Universidad Complutense de Madrid.
"En 1920 fueron prohibidas las editoriales privadas y el sector qued¨® monopolizado por el Estado, que lo ha utilizado como una m¨¢quina de propaganda ideol¨®gica durante 73 a?os", comenta Avelichev. El desmantelamiento de este monopolio con la aprobaci¨®n de la ley de prensa ha hecho que en menos de un a?o m¨¢s de 400 sovi¨¦ticos hayan decidido dedicarse a este sector empresarial. "El lector sovi¨¦tico empieza a conocer obras que fueron prohibidas por los censores; las tiradas han experimentado un enorme crecimiento, y el n¨²mero de cabeceras de diarios se ha multiplicado por cuatro", a?ade. Pero Avelichev se queja de que hayan sido retiradas las ayudas pol¨ªticas a los libros, "esto ha hecho que el coste se dispare y se ponga al mismo precio que en Occidente".Durante estos a?os, en la Uni¨®n Sovi¨¦tica han estado prohibidos centenares de escritores: entre ellos se encuentran George Orwell, autor de La granja (cuento que traslada lo personajes de la revoluci¨®n bolchevique a una granja y los convierte en animales); el padre del psicoan¨¢lisis, Sigmund Freud, o el pensador espa?ol Jos¨¦ Ortega y Gasset. Avelichev dice que esto ha provocado una cultura "muy empobrecida y mutilada". "Pero lo m¨¢s terrible ha sido la p¨¦rdida de la cultura y la deformaci¨®n del mundo que nos rodea", a?ade.
Avelichev recuerda los a?os prohibidos, los movimientos clandestinos y un medio de expresi¨®n: Metr¨®polis. Esta publicaci¨®n, que naci¨® en 1974, se editaba fuera de la URSS y era introducida clandestinamente en el pa¨ªs. En ella colaboraron muchos disidentes que pertenec¨ªan al movimiento Sanizdat, al que perteneci¨® el novelista Vasil Akfionov antes de refugiarse en Estados Unidos. Pero las autoridades sovi¨¦ticas fueron contundentes con los miembros de este movimiento: "Los que trabajaban eran expulsados de sus trabajos, otros perd¨ªan la posibilidad de publicar en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y al resto no le quedaba m¨¢s remedio que emigrar", explica.
Autocensores
El editor sovi¨¦tico sostiene que, aunque la censura previa fue abolida hace unos meses con la aprobaci¨®n de la ley de prensa, ¨¦sta "todav¨ªa existe en el pa¨ªs". "Esto se refleja en las publicaciones en donde los mismos redactores jefes se autocensuran", confiesa Avelichev. Tambi¨¦n reconoce que lo peor ha pasado. Antes los encargados de este control estaban dentro de la Uni¨®n de Escritores Sovi¨¦ticos, una organizaci¨®n que depend¨ªa de un comit¨¦ especial para los secretos de Estado. A trav¨¦s de estos servicios secretos "se controlaban tendencias y escuelas, y se ocupaban de la infiltraci¨®n de sospechosos o extra?os considerados como muy peligrosos para el r¨¦gimen", a?ade.Paralelamente a la aparici¨®n de estas editoriales han nacido distintas asociaciones que re¨²nen a los nuevos editores sovi¨¦ticos. Uno de los pioneros ha sido Avelichev, que preside el Club Nacional de Editores (CNE-URSS) y es vicepresiIdente de la Asociaci¨®n de Editores de la URSS (AE-URSS).
Con la aparici¨®n de estas editoriales se ha contribuido a cambiar la atm¨®sfera del mundo editorial. Se ha roto con el monopolio del Estado y con la organizaci¨®n que ten¨ªa el partido para "controlar y llevar la gesti¨®n". "Hemos asistido al nacimiento de la competencia, de la competitividad entre las editoriales, entre los intelectuales y entre las empresas financieras", comenta. Uno de los primeros objetivos de los editores sovi¨¦ticos es dar a conocer los textos que han sido prohibidos durante todos estos a?os para formar "un nuevo hombre" distinto al formado por los intereses del r¨¦gimen.
Mutilados
Seg¨²n Avelichev, para que la cultura sin controles pol¨ªticos llegue a los sovi¨¦ticos ser¨ªa necesaria una ayuda que haga po-. sible que los lectores puedan acceder con su econom¨ªa a los precios que han alcanzado los libros en el ¨²ltimo a?o. Hasta que se aprob¨® la ley de prensa, los libros pr¨¢cticamente no estaban nada. Ahora estos precios se han igualado a los de los pa¨ªses occidentales y se ha terminado con los precios pol¨ªticos que subvencionaban la lectura de la ideolog¨ªa oficial. Conocer a los autores hasta ahora prohibidos supone un esfuerzo econ¨®mico que muy pocos sovi¨¦ticos pueden soportar.Avelichev dice que los editores reprochan al Gobierno la p¨¦rdida de estas subvenciones. "Antes se publicaban solamente libros propagand¨ªsticos, y ahora que la sociedad ha decidido renovar su forma de pensar y anipliar su cultura, el libro ha dejado de ser subvencionado por el Estado. Se han invertido millones y millones de rublos para crear un hombre con una mentalidad mutilada, pero ahora, para salvar esa situaci¨®n, ya no se da dinero".
Babelia
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