"Guerra les fue bien para ganar; les molestaba para gobernar
Pregunta. Este ha sido un curso pol¨ªtico muy satisfactorio para Converg¨¨ncia i Uni¨®. Los nacionalistas catalanes vuelven a tener un peso en Madrid.Respuesta. Reconozco que es un momento especialmente positivo para nosotros, aunque la situaci¨®n general no la contemplo con especial satisfacci¨®n ya que el pa¨ªs no va bien. Hay una paralizaci¨®n de la labor de? Gobierno desde las elecciones legislativas y, por otra parte, se han producido toda una serie de hechos en la vida pol¨ªtica de los partidos, fundamentalmente en el PSOE, que definen un cierto cuadro de inestabilidad sobre lo que pueda pasar. A nosotros, a los nacionalistas catalanes, se nos reconoce ahora un cierto hacer pol¨ªtico basado en una continuidad. No hemos ido a impulsos, sino que hemos seguido siempre la misma t¨®nica.
P. Este a?o ha sido en Espa?a el de las dimisiones m¨¢s importantes de toda la transici¨®n. Se han ido Alfonso Guerra, Adolfo Su¨¢rez. ?Estamos en el inicio de un relevo de los principales dirigentes del pa¨ªs?
R. Hay una cosa inevitable: entre los grandes l¨ªderes de la transici¨®n es l¨®gico que, en algunos casos, se produzca una renovaci¨®n, ya sea por edad o por puro desgaste por el paso del tiempo. Todos estamos ya un poco amenazados por esa situaci¨®n. En el caso de Su¨¢rez, al que tengo una especial fidelidad personal, creo que no tuvo suerte en alg¨²n momento posterior a la transici¨®n y el mundo pol¨ªtico le ha tratado mal.
Alfonso Guerra es un caso distinto, Yo le tengo una consideraci¨®n, sobre todo porque cuando veo un personaje muy atacado se me despierta inmediatamente el deseo de defenderlo. En lo que a m¨ª concierne, Alfonso siempre ha cumplido, y no puedo decir lo mismo de los dem¨¢s. Cuando dec¨ªa s¨ª o daba una palabra, se cumpl¨ªa; a m¨ª me ha tocado negociar mucho y he aprendido a valorar much¨ªsimo el cumplimiento de la palabra. Por otra parte, me da la impresi¨®n de aquel t¨ªpico personaje al que, de hecho, se le acusa de haber sido protagonista de un proyecto que ha querido servir con su estilo personal y al que, mientras ese estilo ha sido rentable, nadie criticaba y cuando ha dejado de serlo se le -han echado encima como lobos. Alfonso les fue bien a muchos para ganar, pero les molestaba para gobernar.
P. ?No es sintom¨¢tico el hecho de que las relaciones pol¨ªticas y personales con parte del anterior Gobierno fueran muy buenas y que ahora, cuando hay un catal¨¢n en La Moncloa, eso sea m¨¢s dif¨ªcil?
R. Lo que nos falta es el rodaje en com¨²n que ten¨ªamos con el anterior Gobierno. Con el actual vicepresidente mantengo una buena relaci¨®n de amistad, y desde la discrepancia quiero que mis relaciones no olviden ni perjudiquen a la amistad. Contrariamente a lo que, muchos dicen, la amistad entre discrepancias es muy buena para la pol¨ªtica. Me gusta cultivar la amistad con el adversario porque me obliga a elevar la categor¨ªa de la discrepancia y a ser m¨¢s honesto y no detenerme en el insulto m¨¢s inmediato.
P. S¨ª, pero con Serra de vicepresidente va menos a La Moncloa.
R. Es cierto, pero el periodo de Guerra es mucho m¨¢s largo. De todas maneras, con Serra puede que no nos veamos necesariamente en La Moncloa.
P. Uno de los temas que ha ocupado una parte del curso ha sido el de los l¨ªmites de la informaci¨®n. Incluso usted se sinti¨® maltratado cuando se public¨® que quer¨ªa abandonar la pol¨ªtica.
R. Estoy muy en contra del planteamiento de muchos pol¨ªticos que a trav¨¦s de la prensa quieren matar al mensajero. Muy a menudo las informaciones no te gustan, pero responden a informaciones que se han dado. Lo que yo digo es que hemos de alcanzar un acuerdo de comportamiento, de h¨¢bitos y actitudes con relaci¨®n al funcionamiento de la prensa en la Espa?a democr¨¢tica. La prensa jug¨® un papel fundamental en la etapa del r¨¦gimen franquista y en la construcci¨®n democr¨¢tica. El saber que pod¨ªamos contar con la caja de resonancia de los medios de comunicaci¨®n para cualquier peque?a noticia que pudiera generar erosi¨®n del r¨¦gimen anterior fue fundamental para alcanzar la libertad en Espa?a. Pero esto tuvo un precio: se estableci¨® una corriente de complicidad entre pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n. Con el asentamiento democr¨¢tico la complicidad desaparece. Los pol¨ªticos son los responsable de la acci¨®n de gobierno y parlamentaria, y los periodistas la han de evaluar. ?Qu¨¦ ocurre? Que este nuevo encaje no est¨¢ del todo resuelto y se han generado zonas de conflictividad.
P. ?ste ha sido tambi¨¦n el a?o de la consolidaci¨®n de una alternativa?
R. Siempre hemos dicho que es bueno que en Espa?a exista un partido fuerte de oposici¨®n capaz de definir una alternativa; en este sentido, los esfuerzos de Aznar, e incluso lo que ha conseguido de respeto para su propia imagen personal, los evaluamos positivamente. A veces me preocupa que el PP quiera representar el mismo papel que el PSOE represent¨® frente a la UCD. El hecho de criticar todo y de liderar cualquier contestaci¨®n podr¨ªa ser bueno para el PSOE, pero dudo que sea tan eficaz para el PP. Cuando el PP aplaude que se rompan las negociaciones de competitividad, quedo sorprendido porque la acusaci¨®n que yo formulo al Gobierno es la de no haber sabido hacer bien este pacto. El PP deber¨ªa perder el miedo a pactar cuando se pueda.
P. Los sucesos de Yugoslavia han vuelto a poner sobre la mesa si los nacionalistas catalanes pueden hacer un d¨ªa como los eslovenos.
R. No se nos puede estar pidiendo cada tres meses un certificado de buena conducta. Nosotros ya somos lo que somos despu¨¦s de 14 a?os de participaci¨®n en la vida pol¨ªtica espa?ola y tenemos el derecho de esperar que la gente sepa d¨®nde estamos no por lo que digan nuestros papeles, sino por lo que hemos hecho y estamos haciendo en la vida pol¨ªtica espa?ola. Eslovenia y Croacia no tienen nada en com¨²n con Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco.
El Poulidor catal¨¢n
P. Ha habido en los ¨²ltimos meses un reconocimiento del hecho diferencia] catal¨¢n.
R. Hay en Catalu?a unos grados de insatisfacci¨®n por lo que puede ser no tanto un problema competencial, sino un problema de aceptaci¨®n de lo que el hecho diferencial representa. Catalu?a precisa un tratamiento espec¨ªfico, y cuando se dice esto siempre hay alguien que se enfada.
P. Hace unas semanas, comiendo con un ministro, ¨¦ste dec¨ªa: "De acuerdo, pero que nos concreten los catalanes qu¨¦ es el hecho diferencial".
R. A m¨ª tambi¨¦n me han hecho esta pregunta varios ministros y me surge una duda: cuando Felipe Gonz¨¢lez ha hablado del hecho diferencial, ?no sab¨ªa lo que quer¨ªa decir? Es un problema de lengua, de cultura, de las instituciones; es lo que llamamos el rango de las instituciones y la posibilidad de cumplimentar y ejecutar nuestros a acuerdos y decisiones parlamentarias, es la financiaci¨®n y el encaje de este autogobierno en la formaci¨®n de voluntad del Estado potenciando el papel del Senado. Esto es lo que ahora pedimos.
P. En varias ocasiones se ha dicho que usted est¨¢ cansado de ser el eterno viajante de Catalu?a en Madrid. Hay quien, ir¨®nicamente, dice que lleva camino de convertirse en el eterno Poulidor de CDC m¨¢s que en el Indur¨¢in triunfador.
R. Puede ser. Yo creo que el bueno era Poulidor. Bueno, no es verdad; el querido fue Poulidor. La afici¨®n francesa ten¨ªa una gran estima hacia Poulidor, pero me da igual. En ciclismo se sabe que la diferencia entre un gregario y un jefe de filas consiste en que un d¨ªa uno tuvo suerte y el otro no. Pura y simplemente eso. Los gregarios que han hecho posible que Indur¨¢in gane han hecho su papel. Y Delgado ha hecho un relevo que le honra; que un Delgado, con todo lo que tiene de m¨ªtico, se haya convertido en un gregario de lujo de Indur¨¢in es fant¨¢stico. La pol¨ªtica, como cualquier actividad en equipo sin poulidores, es impensable. Si no hay segundos que acepten ser segundos, no puede haber un proyecto ganador. El PSOE ha sido un proyecto ganador mientras Guerra acept¨® ser el n¨²mero dos.
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