?Libertad e independencia!
Euforia en la comunidad lituana de Chicago por el reconocimiento de la rep¨²blica b¨¢ltica
Los vientos de libertad que soplan en las rep¨²blicas b¨¢lticas han llegado hasta Chicago con una fuerza inusitada y no precisamente por el hecho de que la capital de Illinois sea the windy city (la ciudad del viento). Aqu¨ª, a orillas del lago Michigan, la mayor comunidad lituana de EE UU vive momentos de felicidad y euforia. Las palabras del presidente George Bush al otorgar su pleno reconocimiento de la independencia de las tres rep¨²blicas han cambiado la vida de esta comunidad de exiliados.
Por primera vez en 51 a?os, los redactores del diario Draugas (Amigo), el peri¨®dico en lengua lituana de Chicago, pueden escribir las palabras "Laisv¨¦" y "Nepreiklausomyb¨¦" (libertad e independencia), que simbolizan el inicio de una nueva vida para esta comunidad de 100.000 lituanos y lituano-americanos.La alegr¨ªa del momento, sin embargo, no hace olvidar los serios problemas pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos con los que se enfrenta su pa¨ªs de origen. "Ha sido muy importante para nosotros contar con el reconocimiento oficial de Bush, pero el presidente se ha cuidado mucho de anunciar ayudas econ¨®micas especiales para el B¨¢ltico, un Plan Marshall que permita superar los problemas inmediatos que van a surgir este invierno", explica Aldona Zailskas, directora de Draugas.
El futuro de Lituania se ha convertido en la obsesi¨®n de toda una vida para Bruno Joudelis, secretario de la Comunidad Lituano-Americana, una organizaci¨®n creada para mantener viva la llama del nacionalismo lituano. Joudelis tiene 66 a?os, y recuerda que cuando abandon¨® su pa¨ªs durante la ocupaci¨®n sovi¨¦tica estuvo internado en un campo de concentraci¨®n alem¨¢n durante cinco a?os. "Mis padres y hermanos murieron en Siberia, pero yo pude escapar y, en 1949, llegar a EE UU". Joudel¨ªs, un convencido de que los lituanos se han mantenido unidos gracias a la lengua y al hecho de haber conservado sus tradiciones, opina que "Lituan¨ªa no ser¨¢ plenamente libre hasta que se vayan el ¨²ltimo tanque, soldado y agente del KBG".La oficina de la Comunidad Lituano-Americana se halla ubicada en pleno Marquette Park, un suburbio situado a unos quince kil¨®metros del centro de Chicago. Se trata de un barrio pobre al que han llegado oleadas de hispanos y ¨¢rabes. Estos d¨ªas m¨¢s que nunca, Marquette Park est¨¢ repleto de banderas tricolores amarillas, rojas y verdes.
El 'lobby'
Sobre el futuro econ¨®mico de Lituanla, Joudelis afirma que su organizaci¨®n va a movilizar su lobby para convencer al Congreso de que EE UU no puede negar ahora su ayuda econ¨®mica, "porque fue el presidente Franklin D. Roosevelt quien accedi¨® en Yalta a que Lituania fuera anexionada y ocupada por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sabiendo que eso significaba miseria y degradaci¨®n para nuestro pueblo".
Ausra Liuleviciane, de 52 a?os, naci¨® en Koulnas, la segunda ciudad de Lituania, y asegura sentirse "americana". Es asesora cultural de los centros lituanos de Chicago, y se lamenta de los que murieron sin haber visto este d¨ªa. "Para nosotros, la libertad era un sue?o, viv¨ªamos para ello, pero la realidad estaba muy distante de lo que sent¨ªamos. Para Lluleviciane, la existencia de los lituanos de Chicago comenz¨® a cambiar en 1988, cuando se organizaron los primeros frentes populares en el B¨¢ltico. "Nuestra proclamaci¨®n de independencia en marzo de 1990 fue seguida desde aqu¨ª con esperanza. El golpe de Estado y el fracaso de la intentona fueron dos nuevos cap¨ªtulos de esta experiencia extraordinaria, que ha significado para nosotros la b¨²squeda de la libertad".
Esposa de un matem¨¢tico que desea viajar a Lituanla lo antes posible para colaborar en la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, Lluleviciane explica que lo mejor de este proceso ha sido comprobar que los lituanos, despu¨¦s de 50 a?os de opresi¨®n, "han sabido luchar juntos por su independencia".
Una cuesti¨®n de n¨²meros
El senador Donald W. Reigle, un dem¨®crata por Michigan, es uno de los legisladores que m¨¢s han luchado por el reconocimiento oficial de la plena independencia de las tres rep¨²blias b¨¢lticas. Reigle, uno de los defensores m¨¢s feroces de la comunidad b¨¢ltico-americana, ha sido tambi¨¦n el primero en declarar que el proyecto de ley de ayuda econ¨®mica a Estonia, Letonia y Lituania debe revisarse antes de ser discutido por el Congreso.Reigle considera que la ayuda prevista, 7,5 millones de d¨®lares (unos 800 millones de pesetas), es "insuficiente", y ha recordado reiteradamente que la Comunidad Europea ha cifrado entre 2.000 y 3.000 millones de d¨®lares anuales la suma de dinero necesaria para transformar la obsoleta econom¨ªa de las tres rep¨²blicas en una econom¨ªa de mercado."Sabemos que lo dif¨ªcil viene ahora, pero reconozco que es un problema ayudar a las econom¨ªas de otros pa¨ªses cuando los ¨ªndices de desempleo crecen y crecen en tu propla casa", coment¨® Riegle.
El congresista Lee H. Hamilton, un dem¨®crata de Indiana, presidente del subcomit¨¦ de Asuntos Exteriores para Europa y Oriente Pr¨®ximo, ha sido m¨¢s optimista sobre la proyectada ayuda a las rep¨²blicas b¨¢lticas, al asegurar que "el Congreso ser¨¢ receptivo a la hora de discutir el apoyo financiero a esos pa¨ªses. El problema, como es usual, consiste en de d¨®nde sacar el dinero, pero creo que lo encontraremos". El proyecto de ley que debe discutir el Congreso sobre la ayuda a las rep¨²blicas b¨¢lticas fue elaborado mucho antes del aceler¨®n de la indepenciencia.
Otro congresista dem¨®crata, Richard Durbin, de lilinols, anunci¨® ayer sus planes de introducir la pr¨®xima semana un nuevo proyecto de ley en el Congreso, en el que recomienda la concesi¨®n a las rep¨²blicas b¨¢lticas de la cl¨¢usula de naciones m¨¢s favorecidas comercialmente.
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