Prudencia palestina
MIENTRAS ESTADOS Unidos hace lo posible, casi en solitario, por asegurar que llegue a celebrarse la Conferencia de Paz para Oriente Pr¨®ximo, los dem¨¢s protagonistas prosiguen sus esfuerzos por aclarar sus posiciones ante el reto hist¨®rico que representa esta convocatoria. En el centro se encuentra una cuesti¨®n fundamental: la decisi¨®n del Consejo Nacional Palestino (CNP) reunido en T¨²nez sobre qui¨¦n ha de representar a su pueblo en la mesa de negociaciones.En T¨²nez se ha impuesto el pragmatismo. El Parlamento palestino en el exilio ha dado luz verde a la participaci¨®n de la OLI` en la conferencia, pero ha dejado en la penumbra si su delegaci¨®n se integrar¨¢ en la jordana, como parece la opci¨®n m¨¢s probable. Durante siete a?os, la direcci¨®n palestina mantuvo r¨ªgidamente que no se sentar¨ªa a negociar con Israel si su delegaci¨®n no estaba ¨ªntegramente compuesta por miembros de la OLP, ya fueran de la di¨¢spora, ya residentes en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordaijia. Al fin y al cabo, la OLP se proclama representante leg¨ªtimo del pueblo palestino.
La respuesta a esta pretensi¨®n por parte de Israel ha sido siempre la misma: no se negocia con los terroristas de Arafat. Es m¨¢s, aun cuando Israel acepte como ¨²nica delegaci¨®n viable la compuesta por palestinos residentes en los territorios ocupados -elegida por procedimientos que quiere imponer el Gobierno de Tel Aviv-, nunca admitir¨¢ que haya en ella residentes en Jerusal¨¦n este, puesto que esta zona de la ciudad es para los jud¨ªos s¨®lo una parte de su capital, que para nada est¨¢ sometida a discusi¨®n.
La respuesta del Parlamento palestino ha sido t¨ªpica de la imprecisi¨®n ¨¢rabe. Adoptada no sin gran des discusiones entre viejos antagonistas, y sin citar el plan del secretario de Estado norteamericano, expresa un an¨¢lisis positivo de "los actuales esfuerzos de paz". Tambi¨¦n indica que no pone "condiciones previas" a la idea de una conferencia de paz, aunque su objetivo es que se reconozca "el derecho del pueblo palestino a la autodeterminaci¨®n". Al final, lo que eso quiere decir es que se cumplan las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad, que exigen la retirada de Israel de los territorios ocupados bajo el principio de intercambiar paz por territorio. No ha habido contactos ostensibles entre la direcci¨®n de la OLP y el Gobierno de Washington; sin embargo, dos palestinos notables que viven en los territorios ocupados, Hanan Ashiraui y Faisal Huseini, han actuado como representantes oficiosos de la Poblaci¨®n palestina en los siete viajes de Baker a la regi¨®n. Como es razonable, y aun cuando ha sido desmentido, parece que ambos han estado en T¨²nez para convencer a los integrantes del Parlamento palestino de que es necesario un esfuerzo de moderaci¨®n en esta hora hist¨®rica. La reacci¨®n de Tel Aviv ha sido dura: si Asliraui y Huseini han estado en T¨²nez, Israel tomar¨¢ medidas contra ellos -sin excluir la c¨¢rcel- por su supuesta pertenencia a una organizaci¨®n terrorista. No puede decirse que el Estado israel¨ª aporte moderaci¨®n a la causa de la paz.
Mientras tanto, en Washington, el presidente Bush ha expresado al rey Hassan II de Marruecos (que se encuentra de visita de relaciones p¨²blicas en Estados Unidos) que admite que los palestinos tienen "derechos pol¨ªticos", frase que ha sido recibida por los palestinos m¨¢s moderados como un progreso espectacular en las formulaciones norteamericanas y como un espaldarazo prev1o a la conferencia. No hay tal, dicen los m¨¢s extrem1stas; Bush deber¨ªa reconocer los "derechos nacionales" del pueblo palestino.
La diplomacia norteamericana (apoyada incondicionalmente por la URSS, el otro padrino de la conferencia) prosigue su lenta labor de b¨²squeda de soluciones. El presidente Bush se ha mostrado dispuesto a reanudar la ayuda a Jordania. Olvidando las posiciones adoptadas por el rey Hussein durante la crisis del Golfo, ha iniciado un acercamiento al reino hachem¨ª porque intuye, sin duda, que al final la ¨²nica f¨®rmula de representaci¨®n palestina pasa por su' integraci¨®n en una delegaci¨®n jordana. La OLP habr¨¢ de hacer un abandono m¨¢s para estar en la conferencia: renunciar a su propia bandera en la mesa de negociaciones. A pesar de todas las ambig¨¹edades, el pragmatismo parece imponerse del lado palestino. S¨®lo falta ahora que lo haga del israel¨ª.
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