"Me van a odiar mis compa?eros"
C¨¦sar Rinc¨®n, una vez m¨¢s triunfador en Las Ventas, estaba muy emocionado al t¨¦rmino del festejo, aunque con ganas de bromear, como demostr¨® al preguntarle que si se sent¨ªa el n¨²mero uno: "No, qu¨¦ va, eso de los n¨²meros es para las camisetas de los futbolistas, porque en mi traje de luces no he puesto a¨²n ninguno, pese a estos ¨¦xitos. Aunque, eso s¨ª, como siga saliendo a hombros en Madrid mis compa?eros me van a odiar, ja, ja. Bueno, esto es broma".El colombiano promet¨ªa guardar ese ya hist¨®rico traje de luces, que cambi¨® con rapidez por el de calle para marcharse a cenar con la condesa de Barcelona, madre del Rey. "Es todo un honor para m¨ª", comentaba el diestro ya en el coche de su apoderado, "y espero vencer esta emoci¨®n para dar tambi¨¦n la talla".
Siempre en el tono amable, simp¨¢tico y modesto que le caracteriza, dec¨ªa que su ¨¦xito, que brindaba a partes iguales a la afici¨®n espa?ola y a su pa¨ªs, "tan necesitado de alegr¨ªas grandes", afirmaba, se deb¨ªa a la suerte: "Me salen las cosas bien, mucho mejor de lo que jam¨¢s so?¨¦".
Explicaba que sac¨® faena a su primer toro porque supo darle la distancia adecuada y rematar los pases impidiendo que se fuese a la querencia de tablas, y admit¨ªa que el segundo lo brind¨® al p¨²blico para comprometerse. "Era un toro muy dif¨ªcil, que se trag¨® tres puyazos sin inmutarse", comentaba, "y con el que la clave estuvo en no dudarle nunca, aguantarle los arreones iniciales sin moverme y marcarle mucho el muletazo, llev¨¢ndolo muy largo para que aprendiendiese a seguir el trapo y no al hombre".
Desment¨ªa haber demostrado que a todos los toros se les puede hacer faena: "No se debe exagerar. Hoy me sali¨® bien, pero esta temporada lidi¨¦ algunos que fueron imposibles, al menos para m¨ª".
Figura de ¨¦poca
No escond¨ªa que su aspiraci¨®n es ser un torero de ¨¦poca, para lo cual piensa que a¨²n le falta mucho: "Aunque soy un poco tonto por ponerme el list¨®n tan alto para el a?o que viene, pero ocurrir¨¢ como con el brindis, as¨ª me obligo a m¨¢s". Conclu¨ªa nuevamente en tono humor¨ªstico: "Lo que si he demostrado de verdad es que no es un t¨®pico la frase 'de Madrid al cielo'. Ah¨ª me siento yo ahora".La alegr¨ªa tambi¨¦n embargaba a Luguillano, pese a que sus fallos con la espada le impidieron cortar orejas, lo que no le enfad¨® demasjado: "Aparte de que suele ser la costumbre, y que no le atiz¨¦ bajonazos, sino que pinch¨¦ arriba, era mucho m¨¢s importante poder cuajar a mi manera un toro en Madrid, donde nunca fui capaz de lucirme".
Felicitaba a Rinc¨®n y anad¨ªa que tras superar la prueba de la plaza m¨¢s exigente, todo ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil en su carrera.
Babelia
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