Un etarra muerto y otro herido al estallarles la bomba que manipulaban en un piso de Bilbao
Francisco Javier Goitia Elorza, de 29 a?os, activista de ETA Militar, muri¨® a primera hora de la madrugada de ayer en Bilbao, al estallarle la bomba que manipulaba en el interior de una vivienda de alquiler, situada en un edificio que alberga a 48 familias. La bomba, supuestamente destinada a miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, hiri¨® de gravedad a ¨®scar Abad Palacios, de 20 a?os,otro presunto miembro del comando Txalaparta, al que la polic¨ªa atribuye un asesinato y una decena de atentados con explosivos. La tercera integrante del grupo, Nagore M¨²gica, de 25 a?os, huy¨® tras la explosi¨®n.Fuentes policiales barajaban ayer la posibilidad de que Francisco Javier Goitia y Nagore M¨²gica fueran la pareja de activistas que abandon¨® el pasado mi¨¦rcoles en Zaragoza, a 500 metros de la comisarla de polic¨ªa del bario de Las Delicias, un coche bomba cargado con 35 kilos de amosal y abundante tornilleria para que actuara a modo de metralla. El comando, formado por miembros legales -no fichados-, dispon¨ªa de abundante informaci¨®n sobre mandos milita: tres residentes en Madrid y Burgos, y sobre miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado de Bilbao, Castro Urdiales y Haro. Estos datos permiten suponer que actuaban en un ¨¢rea geogr¨¢fica m¨¢s amplia.Pese a sus efectos, la explosi¨®n, producida a las 0.40 de ayer en el s¨¦ptimo piso del n¨²mero 7 de la calle del Mediterr¨¢neo, en el barrio de San Ignacio, tuvo un alcance limitado, ya que lo que explot¨® fue ¨²nicamente el detonante de ignici¨®n de la bomba y no la carga, 2 o 3 kilos de amosal, que conten¨ªa el artefacto.En la misma vivienda, la polic¨ªa encontr¨® un total de 70 kilogramos de explosivos, amosal, amonal, Goma 2 y pentrita, que en el caso de que hubieran estallado por "simpat¨ªa" con la carga del artefacto, hubiera provocado el desplome del edificio.Seg¨²n los t¨¦cnicos policiales el explosivo se encontraba en mal estado, factor que incremen ta los riesgos de una explosi¨®n fortuita. Durante la conferencia de prensa en el que se dio cuenta del abundante material incautado -cuatro pistolas, un subfusil, cuatro lanzagranadas, un pro yectil de fabricaci¨®n artesanal, imanes, detonadores, temporizadores y diverso material para la fabricaci¨®n de bombas-, el go
bernador civil de Vizcaya, Daniel Vega, advirti¨® a los informa dores gr¨¢ficos que, para evitar el riesgo de un calentamiento excesivo, evitaran enfocar mucho tiempo con los flashes el explosi vo expuesto en el acuartelamiento de la polic¨ªa en Basauri.
Un "estruendo seco" despert¨® a los vecinos del inmueble e instantes despu¨¦s, seg¨²n informa Aitor Guenaga, una voz desconocida aporre¨® las puertas del vecindario piendo auxilio y una ambulancia. La tercera integrante del comando, Nagore M¨²gica, no consigui¨® despejar las dudas ni el sue?o de sus vecinos. "Ten¨ªa mucho miedo y ni siquiera la vi", comenta una vecina. "Mi marido no estaba y me daba tanto miedo que no me atrev¨ª a abrir la puerta. Cuando me decid¨ª a hacerlo ya no hab¨ªa nadie".
Primeros auxilios
Cuando los primeros inquilinos decidieron descorrer los cerrojos, la etarra hab¨ªa desaparecido. De la letra D del s¨¦ptimo piso sal¨ªa 11 un humo tremendo", lo que no impidi¨® que varias personas se introdujeran en ¨¦l para intentarayudar. Una de las vecinas del citado piso relat¨® como "le hicieron los primeros auxilios ah¨ª mismo, pero el chaval ya estaba muerto. Ten¨ªa toda la cara desfigurada y un ojo fuera".
Sobre la una de la madrugada, media hora m¨¢s tarde de la explosi¨®n, la polic¨ªa comenz¨® a desalojar del inmueble a las 48 familias que los habitan, y que hasta ese momento cre¨ªan en la versi¨®n del estallido de una bombona de butano, facilitada inicialmente por la Guardia Municipal. En la calle les esperaba un fr¨ªo seco. S¨®lo los caf¨¦s y las galletas suministradas por los res?dentes de un centro de j¨®venes hicieron m¨¢s llevaderas las tres horas largas que tuvieron que aguantar fuera de sus domicilios.Los agentes policiales explicaron a los vecinos que en el interior de la casa donde se hab¨ªa producido la deflagraci¨®n hab¨ªa todav¨ªa m¨¢s explosivos. "Nos dijeron que hab¨ªa tanto material que pod¨ªa haber volado todo el edificio", afirma una testigo presencial. La vehemencia del polic¨ªa debi¨® convencer a todos, porque en poco tiempo la gente se ech¨® a la calle. ¨²nicamente Elvira, una enferma de 72 a?os, vecina del quinto se qued¨® en su domicilio. "No o¨ª ni la bomba, ni a la gente llamando a mi puerta. Estoy enferma y siempre me tomo unas pastilla para dormir bien; as¨ª que no me he enterado de nada hasta la ma?ana".
Ninguno de los convecinos de los integrantes del comando etarra hab¨ªa advertido nada extra?o en su comportamiento. No obstante, una vecina se?ala: "Yo he aconsejado a mis hijas que no cojan amistad con los chicos de los pisos alquilados".
Otro de los vecinos fue contundente: "Lo ¨²nico que puedo decir es esto: que les terminen de matar a todos de una vez".
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