Defensa autoriza a Israel a participar en un programa secreto de guerra electr¨®nica

El Ministerio de Defensa ha encargado a la firma israel¨ª Israel Aircraft Industries (IAI) que, junto con las empresas espa?olas Ceselsa e Inisel, presente una oferta para el programa Santiago, un proyecto secreto del Ej¨¦rcito del Aire destinado a equipar a un Boeing 707 con sistemas de guerra electr¨®nica. Esta decisi¨®n evidencia el grado de confianza al que han llegado las relaciones entre los dos pa¨ªses en uno de los campos m¨¢s sensibles de la Defensa.

La petici¨®n de oferta que se ha transmitido a la firma israel¨ª supone un dr¨¢stico cambio en la posici¨®n del Ministerio de Defensa, que el 8 de marzo de este a?o afirmaba en una nota oficial: "Dadas las especiales caracter¨ªsticas del programa, s¨®lo intervienen en el estudio en curso empresas espa?olas debidamente cualificadas". "Igualmente", agregaba la nota, "para su ejecuci¨®n ser¨¢n seleccionados contratistas espa?oles y, en caso necesario, suministradores europeos, aplic¨¢ndose los criterios previstos en la legislaci¨®n vigente".El objetivo del programa Santiago es dotar al Ej¨¦rcito del Aire con un avi¨®n de gran capacidad y autonom¨ªa, el B-707, equipado con sistemas de guerra electr¨®nica, tanto pasivos como activos, cuya funci¨®n consiste en detectar y perturbar las comunicaciones y los radares de un eventual adversario. Durante el conflicto del Golfo, Estados Unidos utiliz¨® profusamente la guerra electr¨®nica para cegar las defensas iraqu¨ªes. El presupuesto global del programa Santiago asciende a unos 10.000 millones de pesetas. La intenci¨®n del Ministerio de Defensa es que las empresas espa?olas se beneficien de la tecnol¨®g¨ªa israel¨ª en guerra electr¨®nica, ya que Israel es uno de los l¨ªderes mundiales en este campo, como demostr¨® con la invasi¨®n de L¨ªbano en 1982. Fuentes industriales admiten, no obstante, que depender¨¢ de la habilidad de Ceselsa e Inisel el que obtengan verdaderas contrapartidas tecnol¨®gicas o se limiten a actuar de intermediarias de su socio israel¨ª.

El programa Santiago era el tema central de las conversaciones que el secretario de Estado de Defensa, Rafael de la Cruz, pensaba mantener durante su visita a Israel en octubre pasado, que fue suspendido por la decisi¨®n del ministro Garc¨ªa Vargas de relevarle en v¨ªsperas del viaje.

Tras una larga disputa judicial por la modernizaci¨®n de los Mirage 3, Ceselsa e Israel Aircraft Industries (IAI) acordaron cooperar en proyectos espa?oles de guerra electr¨®nica, empezando por el programa Sigint de inteligencia de se?ales, en el que la compa?¨ªa israel¨ª se llevar¨ªa 3.200 millones de pesetas (ver EL PA?S del 25 de octubre).

El Ej¨¦rcito del Aire cuenta con una escuadrilla de guerra electr¨®nica, formada por dos aviones C-212, y est¨¢ equipando con dichos sistemas un Falcon Mystere del Grupo 45, lo que se considera insuficiente para garantizar el control del espacio electro-magn¨¦tico. La primera informaci¨®n, ciertamente confusa, sobre el programa Santiago se produjo el pasado 5 de marzo, cuando EL PA?S public¨® que un B-707 era transformado en Israel para adecuarlo como centro de mando a¨¦reo.

El Ministerio de Defensa, que se hab¨ªa negado a facilitar cualquier informaci¨®n a EL PA?S alegando el car¨¢cter secreto del programa, revel¨® tres d¨ªas despu¨¦s la compra de un cuarto B707, por nueve millones de d¨®lares (900 millones de pesetas), "a una empresa norteamericana", en el que estaba previsto instalar un sistema de guerra electr¨®nica.