Monjas con chicos de alterne
Por 2.500 pesetas, un madelman rubio de San Petersburgo con medio cuerpo embutido en una malla te puede servir una coca-cola con sonrisa de cemento y te incita luego a tocarle las nalgas, cuando empieza el espect¨¢culo y avanza vestido de deportista cachas modelo Rocky; un estudiante de prot¨¦sico dental de Oriente Pr¨®ximo que gana 170.000 pesetas al mes se convierte en exhibicionista y te cala de agua con un envite de su miembro de pl¨¢stico a los sones de La Pantera Rosa, y por si fuera poco, un brasile?o tatuado mover¨¢ obscenamente un espad¨®n gal¨¢ctico mientras se oye: "?Vaya aparato!".S¨®lo los negros -dos de ocho- se desnudan del todo en Boys, un topless de chicos de alterne que no alternan, y que lleva dos a?os despidiendo solteras con ambiente colegial, animando parejas e incluso formando familias. Como la de Paul, el encargado, un muchachote de trasero carnoso que es especialista de cine. Paul se cas¨¦ con una chica que le quit¨® el tanga en plena actuaci¨®n. ?l cuenta que a Boys, uno de los dos locales que hay en Madrid, llegaron una vez un par de autobuses de una parroquia de Toledo, llenos de monjas y catequistas. Y Paul se marc¨® una lambada con la superiora.
El colof¨®n del pase lo pone un negro yanqui, piloto de helic¨®pteros, que maneja su considerable aparato -de un lado a otro, de arriba a abajo- como si tuviera carn¨¦ de conducir. Fue el m¨¢s aclamado el jueves por la docena de chicas guapas, casi todas estudiantes pudientes, que desped¨ªan de su solter¨ªa a Cristina y a Marta. Hab¨ªa tambi¨¦n una pareja de Murcia y tres amigas celebrando que otra se va a trabajar a Santander.
Cristina -qu¨¦ cara pondr¨ªa su novio, militar, al verla sobar el paquete del negro- se llev¨® un par de golpes del miembro en la cara y'una amiga suya quer¨ªa quedar con el exhibicionista. Marta chillaba con horror cuando lo ten¨ªa delante -sus amigas se re¨ªan-, y la chica que se va a Santander pensaba que en fin, que la de su Jos¨¦ Luis es m¨¢s larga.
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