Una situacion peligrosamente inestable para Europa
Mientras la URSS se desintegra y sus dirigentes se muestran incapaces de evitar que la econom¨ªa de este gran pa¨ªs se precipite hacia el caos, China persevera en su camino hacia el mercado, experimentando un crecimiento tan espectacular que a fines de la d¨¦cada algunas de sus provincias podr¨ªan alcanzar niveles de renta europeos.
Creo que ser¨¢n pocos los europeos preocupados por su futuro que no vean con inquietud creciente lo que est¨¢ sucediendo a nuestro alrededor. El entusiasmo provocado por la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, por la vuelta de la democracia en algunos pa¨ªses del Este y su estreno en otros, particularmente en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, no puede ocultar el hecho cada vez m¨¢s patente de que Europa en particular, y el mundo en general, han entrado en una situaci¨®n peligrosamente inestable.La reunificaci¨®n alemana ha roto equilibrios internos muy importantes en la CE y ha resucitado los viejos (y tal vez fundados) temores de muchos europeos hacia un nuevo pangermanismo. La democratizaci¨®n de los pa¨ªses del Este est¨¢ generando tensiones, frustraciones y desesperanzas, que si acaban en procesos de desintegraci¨®n, antes o despu¨¦s conducir¨¢n a conflictos armados, como es el caso de Yugoslavia. Pero, con todo, la situaci¨®n m¨¢s dram¨¢tica y la potencialmente m¨¢s peligrosa, incluso en el corto plazo, es la de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica.
El colapso de un sistema
Lo que est¨¢ ocurriendo en este pa¨ªs (hoy ya pa¨ªses) raya lo inimaginable. Con los recursos naturales mayores del planeta, con una poblaci¨®n altamente cualificada (el 25% de los cient¨ªficos del mundo son sovi¨¦ticos) y una gigantesca estructura industrial, todo lo ineficiente que se quiera, pero que hace menos de dos a?os todav¨ªa funcionaba, la ineptitud con que sus dirigentes han abordado el proceso de transici¨®n hacia el mercado est¨¢ llevando a este giran pa¨ªs a la desintegraci¨®n, al caos y al hambre.
En el primer pa¨ªs productor de petr¨®leo del mundo, los aviones no pueden volar por falta de combustible, los automovilistas que consiguen llenar sus dep¨®sitos despu¨¦s de 10 horas de cola, pueden considerarse afortunados. Los transportes terrestres funcionan a menos del 60% por el mismo motivo, y esto es s¨®lo un ejemplo entre muchos. El caos econ¨®mico ha precipitado la desintegraci¨®n territorial, con lo cual los mecanismos del sistema de planificaci¨®n centralizada, que era el coraz¨®n organizativo de la econom¨ªa del pa¨ªs, han saltado por los aires.
Con ello los canales de control y mando de la econom¨ªa sovi¨¦tica funciona s¨®lo parcialmente, o simplemente han dejado de funcionar. Las f¨¢bricas no reciben las materias primas ni los componentes que necesitan, no s¨®lo porque los transportes funcionan deficientemente, sino porque los canales a trav¨¦s de los cuales se daban las ¨®rdenes para obtenerlos est¨¢n desapareciendo y nada medianamente eficaz ha venido a sustituirlos. En el ¨¢rea financiera donde el control era ejercido por el todopoderoso Gosbank, que no s¨®lo desarrollaba las funciones, habituales de un banco central occidental, sino que actuaba como instrumento esencial de financiaci¨®n y control de las empresas estatales, el grado de desorden no es menor que en otros sectores, aunque sus consecuencias son a¨²n m¨¢s graves. As¨ª, la emisi¨®n de billetes, desde hace ya muchos meses, s¨®lo ha quedado limitada por la capacidad f¨ªsica de las m¨¢quinas de impresi¨®n trabajando 24 horas al d¨ªa. Resultado: inflaci¨®n galopante, crecimiento de la econom¨ªa de trueque, con la quiebra de todo mecanismo eficaz de intercambio y, como final, el desabastecimiento de los productos m¨¢s imprescindibles y la bancarrota.
El ejemplo, de la NEP
Salvando las distancias, los dirigentes sovi¨¦ticos que est¨¢n permitiendo (o no han sabido evitar) que esto ocurra, podr¨ªan haber tomado ejemplo de sus propios padres. A principios de los a?os. veinte, la revoluci¨®n bolchevique, en una situaci¨®n a¨²n m¨¢s cr¨ªtica que la actual, llev¨® la econom¨ªa rusa al caos (el PIB de 1921 se hab¨ªa reducido al 40% del de 1913, la producci¨®n de acero era s¨®lo un 5% de la de preguerra y el rublo val¨ªa 1/200.000 de su valor ocho a?os antes). Con la liberalizaci¨®n parcial de la econom¨ªa (pero manteniendo el control y la autoridad sobre el resto), la denominada New Economic Policy (NEP, 1921-1928) consigui¨® en muy pocos a?os (1925-1926) superar el nivel de producci¨®n de la preguerra. La NEP consigui¨® esta r¨¢pida recuperaci¨®n restaurando la econom¨ªa de mercado en la peque?a y mediana ernpresa, y permitiendo a los campesinos el disponer de su producci¨®n libremente, pero manteniendo nacionalizadas la gran industria, los transportes y el sistema financiero.
Liberalizaci¨®n por partes, pero manteniendo el control y el funcionamiento. del resto del sistema hubiera sido la respuestal¨®gica. Destruir (en la pr¨¢ctica) el sistema anterior de planificaci¨®n central, unido a una alarmante falta de autoridad (nadie sabe qui¨¦n manda en realidad en la econom¨ªa sovi¨¦tica), y a una desintegraci¨®n territorial masiva es un puro suicidio, que antes o despu¨¦s puede acabar en una tragedia.
Liberalizar por partes es precisamente el camino seguido por China a partir de 1979. Den Xiaoping introdujo a partir de ese a?o dos reformas principales, la primera en la agricultura privatizando la propiedad de la misma y permitiendo que los precios fueran determinados por el mercado. Esto ha multiplicado por cuatro la renta de la poblaci¨®n agr¨ªcola (un 80% de la total) en poco m¨¢s de 10 a?os, y creado condiciones muy favorables para ulteriores liberalizaciones y desarrollos.
La segunda fue una pol¨ªtica de "puertas abiertas" a la inversi¨®n extranjera, aunque en este caso al contrario que la agricultura, fue aplicada en forma selectiva, escogi¨¦ndose las provincias del sur de China como zonas econ¨®micas especiales. El libre acceso de la inversi¨®n extranjera, unido a la privatizaci¨®n de amplios sectores industriales y comerciales, ha producido un milagro econ¨®mico similar al de la agricultura: un crecimiento econ¨®mico sostenido en los ¨²ltimos 12 a?os del 12,5% anual en t¨¦rminos reales. Si este crecimiento se mantuviera durante los pr¨®ximos a?os, las provincias costeras del sur de China podr¨ªan alcanzar en el a?o 2000 un nivel de riqueza similar al de los pa¨ªses del sur de Europa.
Podr¨ªa objetarse que esto tambi¨¦n lo est¨¢n haciendo los dirigentes sovi¨¦ticos, pero aunque sea sin duda su deseo, existen diferencias esenciales. La primera, y tal vez la m¨¢s importante, es la falta de autoridad, o m¨¢s exactamente, la falta de interlocutores v¨¢lidos que puedan garantizar a los inversores extranjeros unas reglas de juego claras y un horizonte medianamente estable.
La segunda es la existencia de unas bases econ¨®micas m¨ªnimas, es decir, un sistema productivo que pueda facilitar determinados bienes y servicios, un sistema de transporte que funcione con fiabilidad, una pol¨ªtica econ¨®mica y monetaria medianamente seria. Ninguna de estas condiciones se da en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, y la desintegraci¨®n territorial de la misma no hace m¨¢s que agravar una situaci¨®n ya de por s¨ª desesperada. Lo m¨¢s lamentable de esta situaci¨®n es que todas estas condiciones s¨ª exist¨ªan hace s¨®lo dos a?os; hoy, simplemente, han desaparecido.
Los inversores extranjeros no hacen otra cosa que hablar con unos y con otros y hacer proyectos sobre el papel, pero nadie se atreve a emprender ninguna inversi¨®n realmente significativa. Casi sin excepci¨®n, a los inversores potenciales que han estado negociando proyectos con los sovi¨¦ticos en los ¨²ltimos dos a?os les han cambiado sus interlocutores dos, tres o incluso m¨¢s veces. Todo lo contrario es lo que est¨¢ ocurriendo en China, donde las inversiones extranjeras est¨¢n acudiendo masivamente, instalando f¨¢bricas, concediendo cr¨¦ditos o transfiriendo tecnolog¨ªa. Tienen interlocutores claros, reglas de juego claras y las decisiones se toman y se cumplen.
es catedr¨¢tico de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid.
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