"?No tenemos ministro!"

Tristeza y desconcierto en el equipo directivo, pasotismo entre los funcionarios: la de ayer fue una ma?ana at¨ªpica en el Ministerio de Sanidad. "?No tenemos ministro!", sustituy¨® como saludo al "buenos d¨ªas". El ya ex titular Juli¨¢n Garc¨ªa Valverde recib¨ªa despedidas en su despacho nuevo, que apenas ha podido estrenar, y preparaba su comparecencia de hoy ante la comisi¨®n parlamentaria que investiga la causa de su ca¨ªda: el esc¨¢ndalo Renfe.

A media ma?ana reinaba un ambiente de luto en la planta cuarta, la zona noble del antiguo edificio de Sindicatos. Idas y venidas de funcionarios y altos cargos silenciosos, peque?os grupos ante la puerta de la secretar¨ªa. El ministerio recordaba un velatorio: recogimiento junto al f¨¦retro, comentarios dicharacheros y quinielas de futuro en la sala contigua.Garc¨ªa Valverde hab¨ªa entrado en su despacho a la hora habitual, sobre las nueve de la ma?ana. Pero precisamente la hora era lo ¨²nico habitual.

Fue recibiendo individualmente a sus colaboradores, que hab¨ªan acudido a sus puestos. Con entereza, aplomo -y tambi¨¦n ojeras- les agradec¨ªa los servicios prestados. Lo mismo hab¨ªa hecho la noche anterior con algunos altos cargos que a¨²n estaban en el departamento. No les pod¨ªa hablar de futuro. El suyo empieza hoy con la comparecencia ante la comisi¨®n investigadora del Congreso.

?sto preocupaba a uno de sus asesores, quien tem¨ªa que con las despedidas y las "numerosas" muestras de solidaridad que iba recibiendo, Garc¨ªa Valverde no tuviera tiempo para preparar debidamente la comparecencia ante los parlamentarios.

La dimisi¨®n ha sido un jarro de agua fr¨ªa para un equipo sumido en la desolaci¨®n, el estupor y el sentido de la injusticia. Su desconsuelo contrastaba con la ligera satisfacci¨®n del comit¨¦ de empresa del ministerio. "No es por hacer le?a del ¨¢rbol ca¨ªdo, pero su gesti¨®n de personal ha sido nefasta", aseguraban los sindicalistas. Tampoco le perdonan los afanes privatizadores.

Despacho a estrenar

Los representantes laborales se quejaban tambi¨¦n de la opacidad de Garc¨ªa Valverde respecto a las obras de remodelaci¨®n de la planta noble.La solicitud p¨²blica de datos sobre el importe de los trabajos y la empresa adjudicataria sigue colgada y sin respuesta en el tabl¨®n de anuncios. Al ex ministro apenas le ha dado tiempo a estrenar el remodelado despacho, per¨® a otros no les ha faltado para celebrar su salida. En uno de los departamentos m¨¢s reacios a la gesti¨®n de Garc¨ªa Valverde hab¨ªa un peque?o guateque.

Sin embargo, exist¨ªa un halo protector. El gabinete de prensa evit¨® en lo que pudo la entrada de periodistas al recinto, pero se vivieron situaciones absurdas. Un conserje avis¨® alarmado de que un equipo de Antena 3 Televisi¨®n pretend¨ªa grabar el edificio y al ministro cuando saliera. Le tuvieron que explicar que la calle es de todos. En la cafeter¨ªa, los funcionarios se demoraban conversando sobre dimisi¨®n y relevo. Se encog¨ªan de hombros. Para ellos, el ministro es siempre un interino.