El metal de Alemania va a la huelga por primera vez en 13 a?os en demanda de aumentos salariales
El poderoso sector del metal alem¨¢n se ha declarado en huelga, por primera vez en los ¨²ltimos 13 a?os, para apoyar las pretensiones de su sindicato, la IG Metall, de una subida salarial por encima del 6,7%. La ¨²ltima oferta de la patronal se qued¨® en un 5,7%. La decisi¨®n, tomada tras una votaci¨®n muy por encima del 75% necesario para declarar la huelga y que ha tenido una gran participaci¨®n, representa una aut¨¦ntica declaraci¨®n de guerra al Gobierno de Bonn y a la pol¨ªtica financiera del Bundesbank, el banco central.
Pese a que no se han hecho p¨²blicas las cifras totales de la votaci¨®n, seg¨²n datos de la IG Metall de Dormund, en esta ciudad industrial de la cuenca del Ruhr casi un 90% de los 95.000 trabajadores afiliados votaron a favor de la huelga programada para el pr¨®ximo lunes. La patronal ya ha hecho saber que "la lucha puede ser larga y amarga". Seg¨²n su presidente, Peter-Ulrich Schmithals, la huelga puede durar mucho mas que la ¨²ltima que realiz¨® el sector del metal en los a?os 1978-79, que dur¨® 44 d¨ªas.Las posturas iniciales se situaban por parte del sindicato en una petici¨®n de aumentos graduados que, de promedio, representaba una subida de hasta un 10,5%, mientras que la patronal ofrec¨ªa un 4,5%. Fuentes sindicales indicaron que, cuando se rompieron las negociaciones con las antes mencionadas propuestas separadas tan solo por un punto, la IG Metall estaba incluso dispuesta a pactar un 6%, pero se neg¨® rotundamente a bajar de esta cifra. El hecho de que, a fin de cuentas, la diferencia entre las dos posturas sea solo de tres d¨¦cimas indica que la huelga est¨¢ planteada m¨¢s por cuestiones de principio.
Se trata pues de una lucha de poder entre sindicatos y patronal, apoyados estos ¨²ltimos por el Gobierno de Bonn y el Bundesbank, que atribuyen la alta inflaci¨®n alcanzada el a?o pasado -un 4,2%- al alza salarial, cuyo promedio en 1991 fue de un 7,6%, m¨¢s del doble de la inflaci¨®n de 1990. Las negociaciones del sector del metal son, t¨¦cnicamente, las ¨²ltimas de 1991, pero se han convertido en las que marcar¨¢n la tendencia para las del a?o en curso.
El Gobierno y el banco central se han dedicado a lanzar llamadas a la moderaci¨®n salarial desde despu¨¦s del verano, cuando se empezaron a notar en el ¨ªndice de precios y en las negociaciones salariales los resultados de la brutal subida de impuestos decretada por el canciller Kohl para financiar la unificaci¨®n. Este actitud, casi machacona, combinada con la dur¨ªsima pol¨ªtica financiera del Bundesbank, parece haber puesto en guardia a los sindicatos que se niegan a ser intimidados de esta forma. Tampoco hay que descartar la intervenci¨®n de la oposici¨®n socialdem¨®crata, que tiene uno de sus bastiones en el Ruhr.
La IG Metall es, sin duda, el sindicato m¨¢s poderoso de Alemania y dispone de fondos acumulados durante 13 a?os sin tener que financiar ning¨²n conflicto laboral. Fuentes del sindicato indicaron que el paro de 100.000 trabajadores costar¨¢ a la IG Metall 2.700 millones de pesetas a la semana.
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