Misioneros
Me interes¨® mucho leer el reportaje de Miguel Bay¨®n (4 de febrero de 1992) acerca de la pel¨ªcula Jugando en los campos del Se?or, de H¨¦ctor Babenco. No he le¨ªdo el libro y la pel¨ªcula a¨²n espera verse, pero quiero comentar algunas de las declaraciones del se?or Babenco.?Tenemos, que creer que todos los males que les pasan a los pueblos ind¨ªgenas de la Amazonia se atribuyen exclusivamente al proselitismo de los protestantes norteamericanos, hasta las dentaduras podridas? Por cierto, eso es lo que el reportaje del se?or Bay¨®n parece implicar. Me basta comentar que la explotaci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas americanos empez¨® antes que la Reforma aqu¨ª en Europa, menos a¨²n en Estados Unidos. Los Reyes Cat¨®licos no mandaron ning¨²n misionero protestante al Nuevo Mundo para conseguirles oro.
Ser¨¢ interesante comparar Jugando en los campos del Se?or con otra pel¨ªcula: La misi¨®n. En aqu¨¦lla, algunos misioneros llevan un mensaje de amor y reconciliaci¨®n que, inevitablemente, cambia la vida del pueblo por lo mejor, tomando luego las armas para proteger el pueblo de los explotadores, quienes, tambi¨¦n inevitablemente, vienen despu¨¦s. (Quiz¨¢ es por eso que algunos misioneros protestantes llevan armas).
Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre los misioneros en las dos pel¨ªculas. En La misi¨®n creen en la autoridad absoluta del obispo de Roma, incluso cuando ¨¦l contradice al Se?or Jesucristo; en la otra, no. Pero tampoco hoy en d¨ªa lo cree la mayor¨ªa de sus estimados lectores.-
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