Werner Herzog embellece la guerra del Golfo en un filme para la televisi¨®n
Poco despu¨¦s de que las tropas iraqu¨ªes se retiraran de Kuwait incendiando todos los pozos de petr¨®leo del emirato, el director alem¨¢n Werner Herzog y el camar¨®grafo y tambi¨¦n director brit¨¢nico Paul Berriff se metieron en el infierno para filmar "un planeta diferente, un mundo entero en llamas". El resultado es Lecciones en oscuridad, una sorprendente pel¨ªcula para televisi¨®n que present¨® el viernes en Berl¨ªn. "El colapso de las estrellas lo veremos como una creaci¨®n de grandioso esplendor", es la cita con que comienza el filme.
"Las suelas de nuestras botas se fund¨ªan en segundos; las protecciones de los micr¨®fonos, lo mismo. A veces rod¨¢bamos en ¨¢reas minadas. Fue un rodaje muy f¨ªsico. En ocasiones, con un ojo detr¨¢s del objetivo, Barriff ten¨ªa media cara protegida y yo intentaba taparle la otra mitad hasta que me daba cuenta de que mis guantes hab¨ªan empezado a arder. Nos acerc¨¢bamos 30 segundos y ten¨ªamos que salir corriendo para volver otra vez a por otro plano", cuenta Herzog.Dir¨ªase que el hombre cuyos rodajes adquirieron en el pasado dimensiones ¨¦picas, como cuando durante la realizaci¨®n de Fitzcarraldo, en la selva amaz¨®nica, se empe?¨® en trasladar un barco de un valle a otro a trav¨¦s de la monta?a enfrent¨¢ndose a las tribus locales, o cuando amenazaba pistola en mano a Klaus Kirtski, el actor con el que trabaj¨® -casi en exclusiva- durante muchos a?os, sigue fiel a sus h¨¢bitos aventureros. Pero Herzog no quiere o¨ªr hablar de esto e incluso niega que as¨ª fuera en el pasado. "No", dice, "ustedes [los periodistas] convirtieron estos rodajes en una cosa as¨ª, fue simplemente un trabajo muy duro. No estoy en la l¨ªnea de crear una mitolog¨ªa de mi propio trabajo, esto ser¨ªa rid¨ªculo. He hecho todo tipo de proyectos, y algunos han sido trabajos muy f¨¢ciles".
Sobre Kinski, recientemente fallecido, tambi¨¦n toma sus distancias. "Desde el punto de vista de mi trabajo no lo echar¨¦ de menos", asegura, "ya hab¨ªa dejado de trabajar con ¨¦l antes de que muriera. Ten¨ªa claro que no iba a hacer ninguna otra pel¨ªcula con Kinski"
Planeta diferente
Esta actitud distante, m¨¢s de artista que de activista, define perfectamente Lecciones de oscuridad. "No nos planteamos hacer una pel¨ªcula antib¨¦lica, aunque, visto el resultado, creo que cada una de estas im¨¢genes es una consigna antib¨¦lica. Lo que hemos hecho ha sido rodar una pel¨ªcula en un planeta diferente, en realidad no se menciona que sea Kuwait. Es como una pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n, y no es cin¨¦ma verit¨¦. Pero lo terrible es que una cosa as¨ª puede ser creada en horas, sea con armas nucleares, sea con armas convencionales, en cualquier parte del mundo".
Lo que m¨¢s parece horrorizarle es caer en lo did¨¢ctico, en lo obvio. "Ser¨ªa rid¨ªculo que yo s¨®lo hubiera ido all¨ª como director de cine para decir algo as¨ª como que la guerra es mala o que la guerra es buena. En cierto modo, lo que sucedi¨® all¨ª se parece a un desastre natural, un volc¨¢n o un terremoto, pero lo m¨¢s importante es que no fue un accidente, sino que fue causado por el hombre. Hab¨ªa una preparaci¨®n t¨¦cnica, y todo fue efectuado con precisi¨®n. Si pensamos que no se salv¨® ni uno de los m¨¢s de 700 pozos de petr¨®leo, debemos admitir que hubo una enorme precisi¨®n met¨®dica. Pero todos nosotros tenemos toda la informaci¨®n. Cada uno tiene que formarse su opini¨®n, y yo no quiero iluminar a la gente".
Admite, sin embargo, la inquietante belleza del horror que destila la pel¨ªcula, que supera la imaginaci¨®n m¨¢s delirante. "No es un ensayo sobre la guerra, se parece m¨¢s al infierno de Dante o a un cuadro del Bosco. La belleza de la destrucci¨®n es la misma belleza que la de las explosiones at¨®micas. Stanley Kubrick, en Doctor Strangelove, ya anticipaba esta est¨¦tica, lo mostr¨® muy claro utilizando las im¨¢genes de las explosiones at¨®micas. Hay algo muy extra?o en este tipo de destrucci¨®n que tiene un enorme impacto est¨¦tico, una fascinaci¨®n diab¨®lica, una belleza maligna, y, sin embargo, sabemos que puede ser el fin del mundo".
Para subrayarlo y multiplicarlo est¨¢ la m¨²sica. Grieg, Mahler, P¨¦rt, Prok¨®fiev, Schubert, Verdi y, especialmente, Wagner se alternan con los profundos sonidos de los pozos en llamas, de los chorros de agua de los bomberos y el gorgoteo del petr¨®leo en ebullici¨®n.
Herzog cuenta que la idea de filmar la devastaci¨®n que sigui¨® a la guerra del Golfo se le ocurri¨® tras una breve conversaci¨®n con Berriff, uno de los m¨¢s conocidos documentalistas de la BBC, al coincidir ambos en que "las im¨¢genes que ve¨ªamos por televisi¨®n no consegu¨ªan contar realmente la historia. Un mes despu¨¦s de este encuentro, Herzog, Berriff y Reiner Klaussmann, uno de los camar¨®grafos habituales del director alem¨¢n, se encontraban ya en Kuwait. Los canales de pago Premi¨¦re, Canal Plus Francia y Canal Plus Espa?a aportaron la financiaci¨®n, al tiempo que la BBC prestaba su colaboraci¨®n.
Herzog, que vive en Viena, cuando no se encuentra viajando por todo el mundo, ve la situaci¨®n de su pa¨ªs, Alemania, con cierto distanciamiento. "Cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn yo estaba en la Patagonia y el tel¨¦fono m¨¢s cercano se encontraba a 480 kil¨®metros, aunque me enter¨¦ a trav¨¦s de la radio de onda corta. Alemania, por supuesto, est¨¢ cambiando, ya que este ha sido uno de los mayores acontecimiento hist¨®ricos de la posguerra. La unificaci¨®n ocupar¨¢ las energ¨ªas de las fuerzas pol¨ªticas y econ¨®micas durante los pr¨®ximos diez a?os o m¨¢s. En el Este hay descontento, y a causa de ello hay una relativa emergencia de la extrema derecha; se trata de una reacci¨®n a esto, y los peligros son obvios. Hay que estar muy atentos a lo que pasa".
Ecologismo
"Por favor, no me cuelgue el sanbenito de director ecol¨®gico", se lamenta cuando se le menciona uno de sus temas favoritos, "me gusta ir a la fuente de los problemas. La madre de todos los problemas es la explosi¨®n demogr¨¢fica en el planeta. Los problemas ecol¨®gicos son s¨®lo una consecuencia de esto. El principal asunto es como detener la superpoblaci¨®n o incluso invertirla. En segundo lugar hay que buscar una nueva actitud respecto a los recursos de este planeta. Esto depende de cada uno de nosotros, y no se trata de soluciones pol¨ªticas. Podemos reducir muchas cosas y cambiar nuestra actitud como consumidores".
De la misma manera, este hombre, que ha desarrollado una gran parte de su trabajo en Am¨¦rica Latina y que ha trabajado entre numerosas tribus indias, considera que los lamentos sobre la historia tienen poco sentido. "Hay que admitir que los acontecimientos hist¨®ricos son irreversibles, y no debemos mirarlos con actitudes moralistas".
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