Que den la cara los responsables

Con motivo de las huelgas en las empresas p¨²blicas de transportes (Metro y EMT) que se est¨¢n desarrollando durante estos d¨ªas, multitud de personajes salpican las p¨¢ginas y las emisiones de los principales medios de comunicaci¨®n con radicales condenas hacia las mismas. Su declarado objetivo es el de influir en la opini¨®n p¨²blica para que se enfrente a los trabajadores en huelga. Su objetivo encubierto es el de tergiversar los hechos y confundir a esa misma opini¨®n, con el fin de que queden ocultos los veraderos responsables de la situaci¨®n.Es evidente que las huelgas de los medios de transporte tienen una repercusi¨®n general diferente que las motivaciones que puedan llevar adelante otros sectores, pero esto no implica que se considere la indefensi¨®n y la desprotecci¨®n m¨¢s absoluta para este colectivo de trabajadores. Es m¨¢s, frente a las acusaciones de "salvajismo" e "ilegalidad", los trabajadores han demostrado sobradamente su talante dialogante y su buena fe, con la disposici¨®n voluntaria de los trabajadores de la EMT a realizar unos servicios m¨ªnimos que no han sido aceptados por la direcci¨®n de la empresa en su momento, o con la negativa de la direcci¨®n de Metro a rubricar unos servicios m¨ªnimos acordados por las dos partes en una situaci¨®n anterior y similar (1990, coincidencia de huelgas en Metro y EMT). ?Qu¨¦ esconde esta cerraz¨®n por parte de las direcciones de las empresas y el Consorcio de Transportes en impedir que se llegue a un acuerdo de servicios m¨ªnimos que beneficie al pueblo de Madrid y lesione lo menos posible el derecho a la huelga que todo trabajador tiene y que el cumplimiento de unos servicios m¨ªnimos recorta inevitablemente?

F¨¢cilmente se advierte el inter¨¦s de las altas instancias guberamentales, de los responsables en ¨²ltima instancia de los transportes p¨²blicos de Madrid, de los diversos aparatos del Estado en suma, en que estas huelgas constituyan un serio fracaso para los trabajadores y las organizaciones convocantes. Se persigue la derrota y el escarmiento de aqu¨¦llos que no han ca¨ªdo en la pol¨ªtica de compadreo y pactismo contranatura en que se desenvuelve el sindicalismo oficial, cada vez m¨¢s y m¨¢s desacreditado. He aqu¨ª el porqu¨¦ de la negativa a la readmisi¨®n de los responsables de la Plataforma Sindical de la EMT, o incluso a la negociaci¨®n seria del convenio colectivo de Metro (que incluye puntos tan capitales como el mantenimiento y ampliaci¨®n de la plantilla y tan indigeribles para quienes son responsables de la destrucci¨®n de cientos y cientos de puestos de trabajo en estas empresas).

Falta de escr¨²pulos

La pugna entre los responsables del PSOE y el PP para ver "qui¨¦n manda en el transporte de Madrid", sus mutuos ataques, acompa?ados de mutuas descargas de responsabilidades, han colocado al pueblo de Madrid en la dificil situaci¨®n de reh¨¦n de la falta de escr¨²pulos de estos responsables pol¨ªticos. Quienes acusan hoy a los trabajadores de colaborar en la privatizaci¨®n del transporte p¨²blico son los mismos que, cuando controlaban la direcci¨®n de Metro, dieron los pasos precisos para una hipot¨¦tica entrega de la empresa a manos privadas (cambio de marco jur¨ªdico de la compa?¨ªa, recorte brutal de las plantillas, parcelaci¨®n de la red en compartimentos autosuficientes, modificaci¨®n de las relaciones con los viajeros que pasaban de usuarios a clientes ... ).

La verdad, aunque pueda ser moment¨¢neamente ocultada, termina por resplandecer. Hay una decisi¨®n pol¨ªtica clara de no negociar con los trabajadores en huelga, persiguiendo su desgaste en un conflicto largo y su derrota total, utilizando adem¨¢s estas huelgas y al pueblo de Madrid como armas arrojadizas contra adversarios pol¨ªticos y sindicalistas no domesticados.

Pero no son, desde luego, las ¨²nicas responsables las direcciones de estas empresas. Como bien declaraba a EL PA?S el nuevo presidente de Metro, L¨®pez Mancisidor, en entrevista publicada el 8 de febrero: "Yo soy un t¨¦cnico, no un pol¨ªtico. Me han nombrado para que me preocupe de cumplir de la forma m¨¢s econ¨®mica y eficiente los objetivos que los diversos pol¨ªticos me fijen...". Efectivamente, los que de forma hip¨®crita se abanderan ahora de las clases sociales m¨¢s desfavorecidas, casi culpando a los trabajadores del transporte de que coger un taxi sea prohibitivo para muchos madrile?os o que despu¨¦s de la especulaci¨®n inmobiliaria salvaje del casco urbano gran parte de esos madrile?os tenga que invertir una o dos horas en llegar a su centro de trabajo, son los verdaderos responsables, los se?ores ?lvarez del Manzano y Garc¨ªa Alarilla (Ayuntamiento), el se?or Revenga (Consorcio Regional de Transportes), el se?or Leguina (Comunidad de Madrid)...

Son ellos quienes tienen en su mano la decisi¨®n de sentar a las direcciones de estas empresas a negociar las reivindicaciones de los trabajadores e impedir la realizaci¨®n de las huelgas. El buscar otras responsabilidades es contribuir a seguir sembrando la confusi¨®n.