El sueldo para pobres no llega a los vagabundos
M¨¢s de cinco personas han dormido esta semana con pl¨¢sticos en la Gran V¨ªa, a varios grados bajo cero; otros tantos, en la plaza de la Villa de Par¨ªs; m¨¢s de 40, en la estaci¨®n de metro de Tirso de Molina, y m¨¢s de 500, en albergues de la ciudad. La mayor¨ªa, ignora que existe algo que se llama salario para pobres -el ingreso madrile?o de integraci¨®n (IMI), creado en octubre de 1990- y que a cambio de un leve trabajo pueden cobrar unas 37.000 pesetas al mes. Un informe encargado por el Gobierno regional resalta, entre otros errores de peso, el fallo de las autoridades de no hacer llegar el IMI a este grupo.
Los que no tienen casa -"transe¨²ntes", les llaman los soci¨®logos- viven donde siempre; tan s¨®lo hay que ir a buscarlos, y eso es f¨¢cil. En la estaci¨®n de Tirso de Molina, por ejemplo, a partir de la una de la madrugada, desde hace tres meses se cobija lo m¨¢s granado de la marginaci¨®n madrile?a. En la plaza de la Villa de Par¨ªs, frente al Tribunal Supremo, varias personas han dormido esta semana cubiertas con pl¨¢sticos sobre bancos de piedra. Adem¨¢s, los albergues, a ra¨ªz de la gran nevada de la semana anterior, tuvieron que incorporar camas port¨¢tiles. Pues bien, la gran mayor¨ªa de esta gente no sabe que el Gobierno regional maneja casi 3.000 millones de pesetas para que ellos y otras familias pobres vivan dignamente.No bastar¨ªa con que los t¨¦cnicos fueran a Tirso de Molina y les explicaran entre el humo de la hero¨ªna y las cajas de cart¨®n que les sirven de cama en qu¨¦ consiste el salario. "Tendr¨ªan que ense?arles a pescar, no darles el pez", dice Francisco P¨¦rez, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Puente de Vallecas. Esa cr¨ªtica la comparten con ¨¦l los sindicatos.
El presidente de la asociaci¨®n vallecana es uno de los principales agraviados por el Gobierno de Joaqu¨ªn Leguina. P¨¦rez present¨® un proyecto para rehabilitar un colegio de su barrio. En el programa participar¨ªan 60 personas que aprender¨ªan un oficio, ya sea de alba?iler¨ªa, carpinter¨ªa o cualquiera de las actividades necesarias en la rehabilitaci¨®n. Pues nada: el proyecto que ped¨ªa fue a la basura junto con 123 m¨¢s. La Consejer¨ªa de Integ aci¨®n Social, que preside Elena V¨¢zquez, s¨®lo salv¨® siete de los 130 programas de grupos.
Asumir las cr¨ªticas
?sa es otra de las cr¨ªticas que se?ala el equipo de soci¨®logos que redact¨® el informe sobreel salario social: muchas pagas a personas aisladas y pocos proyectos de grupo. Y los responsables regionales la asumen. "De los 130 que se presentaron s¨®lo hab¨ªa unos 13 aceptables, pero es cierto que se pod¨ªan invertir m¨¢s de 100 millones, que es lo que hicimos", se?ala un t¨¦cnico de la consejer¨ªa de Integraci¨®n Social.Entre los programas subvencionados se encuentra el que present¨® un grupo de reclusos para trabajar como mensajeros, el de una veintena de mujeres vallecanas para cuidar ancianos en sus domicilios y el de un grupo de reclusas sidosas que montaron una fotocopiadora frente a la Universidad Carlos III. Proyectos todos ellos tan bonitos como escasos. "Deber¨ªa haber muchos m¨¢s programas de ¨¦sos en vez de limitarse a darle una paga que viene a ser como una limosna", dice Francisco P¨¦rez.
"Mucho caldo y poco garbanzo", a?ade un portavoz de CC OO refiri¨¦ndose al salario. "Las actividades que hacen los pobres muchas veces no calan entre ellos". Cr¨ªtica, esta ¨²ltima, que reflejan los redactores del informe, claro que con otras palabras: "Los programas que se ofrecen a los indigentes no son los m¨¢s id¨®neos".
Significa eso que no hay por qu¨¦ asignar cursos de inform¨¢tica a todos los solicitantes en paro, porque en muchas ocasiones no se han sentado m¨¢s de media hora para leer. "Con esto no se quiere decir", aclara el citado t¨¦cnico de Elena V¨¢zquez, "que las 500 personas que trabajan con los pobres no se hallen capacitadas, sino que necesitan tiempo para adquirir experiencia".
As¨ª que los cerca de 600 vagabundos que, seg¨²n c¨¢lculos de la Comunidad, se pasean por la regi¨®n son uno de los grupos que hay que atender a partir de ahora. Los minusv¨¢lidos y enfermos mentales representan los otros olvidados. "Hacia esa gente, que ni ve la tele ni escucha la radio, nos hemos propuesto llegar", dice un responsable de la Consejer¨ªa de Integraci¨®n Social.
Otra cr¨ªtica m¨¢s del informe: es preciso que la consejer¨ªa de Elena V¨¢zquez se coordine mejor con otras administraciones, como la Direcci¨®n General de la Mujer, el Ivima o el Instituto Nacional de Empleo. Pero eso, seg¨²n los sindicatos, ser¨ªa s¨®lo un mal menor. Lo m¨¢s grave es que en realidad no los integra.
La ¨²ltima cr¨ªtica: en el proyecto inicial del IMI se ten¨ªa en cuenta algo que se llamaba "ayudas de urgente necesidad", destinadas a las familias que necesitaran de forma imperiosa rehabilitar un tejado, pagar una hipoteca o conseguir la entrada de un autom¨®vil que pudiera ser vital para su trabajo. De esa partida no se ha dado ni un duro el ¨²ltimo a?o. Y necesidades imperiosas, igual que vagabundos, tambi¨¦n existen.
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