La aportaci¨®n de las cajas a su obra social cay¨® del 35% al 21% de sus beneficios
Las cajas de ahorro han reducido dr¨¢sticamente en los ¨²ltimos a?os el dinero destinado a su obra ben¨¦fico-social -el dividendo social de estas entidades-. Las cajas destinaron en 1980 el 35,6% de sus beneficios a su obra social, frente al 20,7% en 1990, mientras la banca ha mantenido estable la parte del beneficio destinada a dar dividendos. Las cajas tienen libertad desde 1985 para dotar como mejor les convenga su obra social, aunque con el tope del 50% de sus beneficios.
Esto, siempre que atiendan la obligaci¨®n de aumentar sus reservas para reforzar su solvencia. Aunque en t¨¦rminos globales la aportaci¨®n de las cajas a su obra ben¨¦fico-social ha pasado de 20.623 millones en 1983 a 46.914 millones en 1990, en porcentaje sobre sus beneficios las aportaciones han sufrido una ca¨ªda de 14 puntos en los ¨²ltimos 10 a?os, seg¨²n datos del Banco de Espa?a y la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas de Ahorro (CECA).Las prioridades han cambiado. El dinero destinado a la cultura, el arte y el deporte aumenta ahora a ritmo vertiginoso -27.791 millones en 1990, con un crecimiento del 51% sobre el a?o anterior-, mientras se estancan los fondos empleados en escuelas, formaci¨®n, guarder¨ªas y centros m¨¦dicos, que hab¨ªan sido tradicionalmente los m¨¢s cuantiosos.
La reducci¨®n de fondos a la obra social ha ido pareja a un incremento del beneficio destinado a impuestos y a reservas. El aumento de las reservas alcanz¨® su m¨¢xima cota a mediados de la d¨¦cada pasada y ahora se ha estabilizado en tomo al 50%.
Frente a la reducci¨®n de la obra social de las cajas, el conjunto de la banca ha mantenido estable el dividendo a sus accionistas (ver gr¨¢fico). En 1980 los bancos destinaron 26.950 millones de pesetas a pagar dividendos (el 35,6% de sus beneficios). En 1990 los accionistas recibieron 205.033 millones, equivalentes al 32,7% de sus beneficios, seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Espa?ola de la Banca (AEB) y del Banco de Espa?a.
Efecto altavoz
En fuentes directivas de algunas cajas de ahorro se admite en privado que la obra social se ha convertido, en ocasiones, en una especie de altavoz que sirve, a modo de publicidad, para dar a conocer la labor de las propias entidades.El cambio de prioridades a la hora de destinar el dinero de la obra social preocupa al Ministerio de Econom¨ªa. No obstante, Econom¨ªa descarta exigir un incremento de las aportaciones y prefiere que las cajas sigan destinando a reservas la mayor parte de sus beneficios, pero cree que las funciones de la obra se han desfigurado en algunas entidades. Sin embargo, la adaptaci¨®nde medidas a nivel nacional se presenta complicada, ya que las comunidades aut¨®nomas tienen competencias sobre la materia.
De momento, la Secretar¨ªa de Estado de Econom¨ªa estudia la f¨®rmula de que algunos activos de la obra social de las cajas puedan ser utilizados para cubrir el coeficiente de garant¨ªa, que mide la solvencia de cada entidad comparando su inversi¨®n crediticia y sus recursos propios.
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