El otro riesgo nuclear
EL DESTINO de las armas nucleares almacenadas en la antigua URSS ha sido uno de los motivos de preocupaci¨®n en Occidente desde el derrumbamiento mismo del poder central que, al menos te¨®ricamente, las controlaba. El accidente ocurrido en la madrugada del pasado martes en la central nuclear de Sosnovi Bar, cerca de San Petersburgo, ha provocado una nueva alarma, esta vez en relaci¨®n con la seguridad de las 61 centrales nucleares dispersas en la Europa del Este, sensibilizados a¨²n por el recuerdo del terrible accidente de la central de Chern¨®bil.Al parecer, el accidente no ha sido grave, pero ha servido para llamar la atenci¨®n acerca de los escasos niveles de seguridad con que las centrales en cuesti¨®n han sido dise?adas y construidas, lo que, por otra parte, era conocido de antiguo por los expertos. La poca importancia concedida en los antiguos pa¨ªses comunistas a las medidas de seguridad en las centrales nucleares, mezcla de confianza irresponsable y de ahorro econ¨®mico, contrasta con la progresiva importancia que se ha venido concediendo a este aspecto en los pa¨ªses occidentales.El caso es que la propia seguridad de la poblaci¨®n local est¨¢ en peligro, y, m¨¢s all¨¢ de las fronteras, que sirven para separar unos pa¨ªses de otros, pero no para impedir la propagaci¨®n de agentes nocivos y contaminantes, tambi¨¦n la de los pa¨ªses pr¨®ximos, amenazados por la posibilidad de nuevos accidentes. El asunto se presenta con perfiles especialmente sombr¨ªos, dadas las dificultades econ¨®micas que est¨¢n sufriendo los pa¨ªses de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), causa de insuficiencias en el mantenimiento, reparaci¨®n o reforzamiento de los dispositivos de seguridad existentes, a lo que se a?ade el desorden organizativo en que se encuentra inmersa la sociedad entera. La prueba de que el panorama descrito no es ¨²nicamente un improbable ejercicio te¨®rico es el pat¨¦tico episodio del cosmonauta al que no se pudo rescatar del espacio en el momento oportuno por esas mismas razones.
En el mismo sentido incide la di¨¢spora, la desmoralizaci¨®n o el abandono de una comunidad de cient¨ªficos y t¨¦cnicos que se encuentran entre los m¨¢s capaces del mundo, pero que, por las causas antes apuntadas, est¨¢n dejando sus pa¨ªses de origen o trabajando en ellos en condiciones lamentables. La falta de experiencia y conocimientos t¨¦cnicos disponibles para casos de posibles emergencias nucleares es un nuevo factor que podr¨ªa multiplicar los efectos indeseables de un nuevo accidente.
Urge, pues, a?adir a los programas de ayuda para el desmantelamiento de los misiles, ya en aplicaci¨®n o en estudio por los pa¨ªses occidentales, la consideraci¨®n espec¨ªfica del problema que plantean las centrales nucleares en funcionamiento, en muchos casos imprescindibles para el suministro energ¨¦tico de territorios considerables, pero que no cumplen los requisitos m¨ªnimos de seguridad hoy en vigor en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. Ese tipo de programas debe incluir necesariamente el cierre de las instalaciones m¨¢s irrecuperables, con la consiguiente sustituci¨®n por otras fuentes de energ¨ªa, junto con reformas de gran envergadura en aquellas otras que pudieran ser reformadas. Las estimaciones realizadas por la Comunidad Europea cifran su coste econ¨®mico en cantidades muy superiores a las necesarias para llevar a cabo el programa de desmantelamiento del arsenal nuclear.
Caro, pero necesario, pues se trata de intentar conjurar situaciones peligrosas que pueden presentarse a lo largo de prolongados periodos de tiempo y que afectar¨ªan a gran cantidad de personas. Sin olvidar que es necesario contribuir a que permanezcan en sus pa¨ªses de origen los cient¨ªficos e ingenieros necesarios para vertebrar todo el complejo industrial, energ¨¦tico y sanitario, hoy en peligro de disoluci¨®n. Es ciertamente hip¨®crita el af¨¢n por conseguir que los cient¨ªficos relacionados con el armamento nuclear permanezcan en el territorio de la CEI para evitar que pa¨ªses supuestamente peligrosos contraten sus servicios, mientras se est¨¢ produciendo un drenaje de todo tipo de profesionales y expertos hacia los pa¨ªses occidentales en una loca competencia por ver qui¨¦n consigue m¨¢s y mejores cient¨ªficos ex sovi¨¦ticos.
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