El taxista asesinado fue despedido por miles de compa?eros que colapsaron la Castellana

Hasta la una de la tarde de ayer no hubo taxis libres en las calles de Madrid. Casi todos -hay 15.000 licencias- estaban en el Cementerio Sur despidiendo a ?ngel Bueno Manso, el ¨²ltimo compa?ero asesinado. Como ocurri¨® hace dos a?os en circunstancias similares, los taxistas s¨®lo hablaban de c¨®mo aumentar su seguridad, pero sus representantes no consiguieron arrancar ning¨²n compromiso al Ayuntamiento. En la procesi¨®n hacia el cementerio, miles de veh¨ªculos colapsaron el paseo de la Castellana.

?ngel Bueno Manso, de 61 a?os, casado y con dos hijos, muri¨® apu?alado a primera hora de la ma?ana del lunes. Su ¨²ltimo servicio lo realiz¨® para una discoteca de la carretera de Castilla, donde muchos taxistas no quieren ir. "Cuando trabajas por la noche hay que olerlas antes. Por ejemplo, yo cojo a las se?oritas de los clubes, pero no a sus clientes", comentaba un conductor a sus compa?eros en el cementerio. El hermano de Bueno Manso, tambi¨¦n taxista, dijo que ?ngel recogi¨® a cuatro ¨¢rabes en su ¨²ltima carrera, seg¨²n le confirm¨® el portero de la discoteca. Con el cuerpo del taxista asesinado a¨²n en el velatorio, los representantes gremiales y el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, se reunieron en una sala del tanatorio. Eladio N¨²?ez, en nombre de los taxistas, afirm¨® despu¨¦s que hab¨ªa conseguido un compromiso municipal para subvencionar la instalaci¨®n de mamparas (cuestan unas 175.000 pesetas). Pero el, Ayuntamiento no se comprometi¨® a nada. Seg¨²n el primer teniente de alcalde, Luis Mar¨ªa Huete, antes de conceder cualquier ayuda "hay que estudiar el sistema de seguridad m¨¢s id¨®neo". "Vamos a hacer un estudio de protecci¨®n integral", coment¨®. Las subvenciones, de aprobarse, no se aplicar¨ªan hasta el pr¨®ximo a?o. Mientras se produc¨ªa esta reuni¨®n, miles de taxis se dirig¨ªan al Cementerio Sur, en Carabanchel, por el paseo de la Castellana, que qued¨® colapsado entre las 9.45 y las 11.30. Antes, de madrugada, los profesionales se concentraron en la Gran V¨ªa y aleda?os e hicieron una estruendosa pitada. "Si alguien no me gusta, no le cojo. ?No va el alcalde con escolta? Pues si ¨¦l tiene miedo, yo tambi¨¦n", relat¨® un taxista que exhib¨ªa un cartel en el que ped¨ªa solidaridad y terminaba con un viva "a los esclavos del taxi". Las conversaciones de los corrillos ten¨ªan dos partes. En la primera se relataban los malos ratos que les hacen pasar los navajeros. Lo siguiente era sugerir soluciones: m¨¢s polic¨ªa nocturna, mamparas de seguridad, coger a clientes s¨®lo por tel¨¦fono, elevar las tarifas para seleccionar a los usuarios, etc¨¦tera. Todas ten¨ªan partidarios y detractores. "La mampara no evita que atraquen y te obliga a conducir con la espalda recta", dec¨ªa un veterano. Y al final, resignaci¨®n. "Hoy le ha tocado a ¨¦l ...", dec¨ªan.