Gobierno y los sindicatos alemanes inician el di¨¢logo en medio de fuertes descalificaciones
El Gobierno alem¨¢n y los sindicatos del sector p¨²blico hincharon el pecho y se lanzaron bravatas durante todo el d¨ªa de ayer antes de sentarse a negociar la soluci¨®n de un conflicto que cumple ya diez d¨ªas y tiene semiparalizado el pa¨ªs. El aeropuerto de Francfort, tras un d¨ªa de paro en el que se colaps¨® el tr¨¢fico a¨¦reo en toda Europa, reabri¨® sus puertas, pero no as¨ª los de Berl¨ªn Occidental, D¨¹sseldorf, Hamburgo y Stuttgart. Seg¨²n los sindicatos, ayer participaron en la huelga casi 400.000 trabajadores.
A las seis de la tarde se reun¨ªan en Stuttgart los l¨ªderes sindicales, encabezados por la presidenta de la OTV Monika Wulf Mathies, con los representantes de la patronal, con Rudolf Seiters, el ministro del Interior, al frente. Unos y otros, a lo largo de la jornada, se hab¨ªan encargado de calentar el ambiente con demostraciones de fuerza por parte de los sindicatos y descalificaciones a cargo del Gobierno, por lo que nadie esperaba ayer que pudiera obtenerse un acuerdo a lo largo de esta primera ronda de negociaciones.Peter Hintze, el nuevo secretario general de la CDU, entr¨® en el terreno de las descalifica ciones personales al sugerir que las causas de la huelga hab¨ªa que buscarlas en las ambiciones personales de WuIf-Mathies, que quiere conservar su cargo cuando en junio tengan lugar elecciones sindicales. Por su parte, la OTV hizo una demostraci¨®n de fuerza aumentando el n¨²mero de trabajadores que ayer abandonaron sus puestos de trabajo hasta 300.000, que sumados a los de los otros sindicatos del sector supone una cifra record de 400.000.
El contenido de la oferta de la patronal segu¨ªa sin conocerse incluso despu¨¦s de que se hubieran iniciado las negociaciones en Stuttgart. Las distintas filtraciones, todas negadas o corregidas, apuntaban a una subida de un 5,6% para los salarios m¨¢s bajos, que se reducir¨ªa a un 4,8% para los m¨¢s altos. En cualquier caso, este paquete, aseguran fuentes gubernamentales, supone en total un aumento salarial global de un 5,1%, lejos a¨²n del 5,4% propuesto por la comisi¨®n de arbitraje y a¨²n m¨¢s del 9,5% pedido por.los sindicatos.
Por su parte, la IG Metall, el poderoso sindicato del sector del metal con m¨¢s de cuatro millones de afiliados, anunci¨¦ ayer, conforme a la legislaci¨®nalemana, que pon¨ªa la huelga a votaci¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 12. Para poder ir a la huelga es necesario que sea apoyada por m¨¢s del 75% de los afiliados. La IG Metall, sin embargo, ya ha efectuado algunos paros parciales en estos ¨²ltimos d¨ªas reclamando un alza salarial de un 9,5%, mientras la patronal no ofrece m¨¢s de un 3,3%. Tambi¨¦n artes gr¨¢ficas y el sector de la construcci¨®n han anunciado votaciones de huelga.
Retraso de vuelos
El aeropuerto de Francfort volvi¨® ayer a abrir sus puertas, aunque a causa del paro del d¨ªa anterior se produjeron numerosos retrasos. Seg¨²n la compa?¨ªa Lufthansa, que ayer tambi¨¦n tuvo que anular la pr¨¢ctica, totalidad de sus vuelos, las p¨¦rdidas por el cierre durante 24 horas del mayor aeropuerto de la Europa continental ascienden a unos 30 millones de marcos (unos 1.870 millones de pesetas).El deterioro de los servicios p¨²blicos empieza ya a ser notorio. Las basuras amontonadas por las calles de las grandes ciudades es lo que m¨¢s parece molestar a los alemanes que, sin embargo, hacen honor a su sentido del orden y laboriosidad. La huelga est¨¢ forzando un tipo de vida mucho m¨¢s ecologista. La gente evita comprar productos con envases abultados, la venta de bicicletas ha su bido en m¨¢s de un 30%, las pilas de desperdicios, aunque malolientes, se amontonan ordenadamente y bien cerradas en las calles.
Ayer, en el aeropuerto de Colonia, donde m¨¢s de un 70% de los vuelos estaban cancelados, quienes ten¨ªan la suerte de poder salir de vacaciones pese a los retrasos, esperaban pacientemente, cargando su propio equipaje, para embarcar. El ambiente no era de irritaci¨®n. La mayor¨ªa de los viajeros, casi todos ellos trabajadores, apoyaban a los huelguistas. Quienes no lo hac¨ªan tampoco los descalificaban totalmente. En general, los huelguistas todav¨ªa cuentan con un cierto apoyo de la opini¨®n p¨²blica.
Por otra parte, los planes del ministro de Hacienda alem¨¢n, Theo Waigel, de recortar el gasto p¨²blico, impidiendo que crezca m¨¢s que un 2,5% en los pr¨®ximo tres a?os, han sido objetos de cr¨ªticas provinientes de todo el espectro pol¨ªtico del pa¨ªs, incluido su propio partido, la CSU b¨¢vara.
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