Ruiz Miguel no quiso torear con lluvia

La negativa de Francisco Ruiz Miguel a torear, "porque el ruedo no est¨¢ en condiciones y adem¨¢s tenemos al p¨²blico en contra", seg¨²n comentaba en el callej¨®n, fue la principal causa de que se suspendiese la corrida de ayer una vez que sali¨® el primer toro y fue devuelto a los corrales. Ruiz Miguel insisti¨® a sus compa?eros de terna, Morenito de Maracay y Pepe Luis Mart¨ªn, pr¨¢cticamente mudos, y al delegado del presidente, hasta que cogi¨® su capote de paseo y abandon¨® el ruedo, seguido del resto de los toreros. El festejo fue suspendido de forma oficial a las 20.45.

En ese momento y pese a que Francisco Valderas, presidente del festejo, 150 de feria, dijo que se suspend¨ªa "debido a las inclemencias del tiempo", hac¨ªa m¨¢s de media hora que no llov¨ªa.Esta comunicaci¨®n oficial la realiz¨® Valderas al abandonar la reuni¨®n que manten¨ªa desde las ocho de la tarde en la sala de actas con matadores y cuadrillas. Fuera de la sala le esperaban los periodistas y alrededor de 100 personas casi amotinadas en la puerta, muchas de las cuales aprovecharon para insultarle con fuertes gritos de gofflo y ladr¨®n, entre otros.

Expresiones similares dirigidas a la autoridad y a los empresarios se oyeron en los tendidos en medio del enorme esc¨¢ndalo que provoc¨® la suspensi¨®n. Tambi¨¦n algunos espectadores lanzaron multitud de almohadillas al ruedo cuando sali¨® el toro.

Valderas lleg¨® a la cita con los toreros se?alando que quer¨ªa dejar muy claro que ¨¦l no hab¨ªa suspendido el festejo todav¨ªa y que la culpa era de los matadores, que se hab¨ªa negado a torear, tal y como se comunic¨® por la megafon¨ªa del coso a las 19.45 horas, cuando los toreros abandonaron el ruedo, lo que provoc¨® nuevos lanzamientos de almohadillas. Sin embargo, cuando comunic¨® la suspensi¨®n, a?adi¨® que era de acuerdo con los matadores.

Poco despu¨¦s, y tras firmar el acta, salieron los toreros, de los que Ruiz Miguel volvi¨® a ser el portavoz y repiti¨® los mismos argumentos del callej¨®n, aunque en este caso se olvid¨®, en principio, del p¨²blico: "El ruedo estaba impracticable, era un peligro tremendo toreear con una corrida dura y mucho m¨¢s banderillear, por lo que lo mejor era aplazarla o suspenderla".

Cuando un periodista le expuso que el ruedo no parec¨ªa estar tan mal, dado que dej¨® de llover, y le record¨® que en otras ocasiones se tore¨® con peores condiciones climatol¨®gicas, le espet¨®: "Pues sale usted y toreC.

Tambi¨¦n se le cuestion¨® por la actitud del p¨²blico lanzando almohadillas y el diestro respondi¨® con evasivas: "Esa es otra raz¨®n de la que m¨¢s vale que me calle". Su apoderado, Jos¨¦ Luis Segura, agreg¨® que lo imporiante es que no se perjudic¨® a nadie, porque el festejo no se lleg¨® a dar, pese a que sali¨® el primer toro y gracias a Ruiz Miguel.

"SI mi torero le pega unos capotazos, ya se ha lidiado el toro", arguy¨®, "y los espectadores no tendr¨ªan derecho a la devoluci¨®n del importe de las localidades. Los toreros no han toreado y no cobran, salvo los gastos de desplazamiento y hotel, el p¨²blico no ha visto el espect¨¢culo y se le devuelve el dinero y la empresa se queda con los toros. Todos contentos".

Ruiz Miguel asinti¨® a?adiendo que ¨¦l no indic¨® al presidente que sacase el pa?uelo para que saliese el primer toro. Esta versi¨®n era contradicha por el puyero,Jos¨¦ Garc¨ªa, y otras personas que estaban en el callej¨®n, quien afirm¨® que el gaditano s¨ª le pidi¨® al presidente que diera orden de que saltase el toro a la arena.Tambi¨¦n hab¨ªa contradicci¨®n entre estas palabras de torero y apoderado y las que ambos dirigieron poco antes de abandonar el callej¨®n a los empresarios delcoso, Eduardo y Jos¨¦ Luis Lozano, tras volver el toro a los corrales. ?stos quer¨ªan mantenerse al margen de la pol¨¦mica y declaraban que era un problema de autoridad y toreros en el que no entraban. Lo ¨²nico que advirtieron es que si el festejo no se celebraba, no se iba a aplazar y s¨ª a suspender definitivamente. Entonces es cuando se le acercaron Ruiz Miguel y Segura, afirmando que, seg¨²n el reglamento, el festejo se hab¨ªa celebrado, al saltar el primer toro a la arena, aunque el torero no le hab¨ªa dado ni un capotazo por miedo a que alguna almohadilla le golpease.

La respuesta de Jos¨¦ Luis Lozano, esbozando una sonrisa ir¨®nica, fue: "Vamos, por favor, vaya verguenza. ?Qu¨¦ quer¨¦is, cobrar sin torear?. Su hermano Eduardo redonde¨®: "Esto es lo m¨¢s ins¨®lito que me ha ocurrido en mis 50 a?os en la fiesta".

Ruiz Miguel volvi¨® a intentar convencer a Morenito y Mart¨ªn para que le respaldasen su decisi¨®n de no torear, tanto por las dificultades del ruedo como por la acci¨®n del p¨²blico: "?No v¨¦is c¨®mo ha lanzado almohadillas, porque tampoco quieren mojarse ni que toreemos?.

Morenito y Mart¨ªn dijeron que s¨ª, sin convencimiento, mientras que el apoderado de este ¨²ltimo, ?ngel D¨ªaz, se?alaba: "Claro, Ruiz Miguel ya tiene la carrera hecha, y adem¨¢s a¨²n le queda otro festejo en la feria, pero a nosotros nos perjudica la suspensi¨®n". Pese a ello, Mart¨ªn y el venezolano se sometieron a lo que dijese el director de lidia.

En las colas que se formaron ante las taquillas donde se devolv¨ªa el dinero de las entradas a los espectadores segu¨ªan las fuertes cr¨ªticas por la suspensi¨®n, que ya inclu¨ªan a los toreros y, principalmente, a Ruiz Miguel.