La unidad europea abre grietas en el Gobierno brit¨¢nico

Los tratados para la uni¨®n pol¨ªtica y monetaria de la Comunidad Europea (CE) parecen estar abriendo las primeras grietas en el Gobierno brit¨¢nico, formado hace apenas dos meses. El ministro de Seg¨²ridad Social, Peter Lilley; el secretario del Tesoro, Michael Portillo, y en menor medida el ministro de Finanzas, Norman Lamont, no comparten el entusiasmo de sus compa?eros de Gabinete por salvar como sea los acuerdos de Maastricht.Los tres miden sus declaraciones p¨²blicas y evitan enfrentarse directamente al primer ministro, John Major, pero opinan, a diferencia de ¨¦ste, que los acuerdos deben renegociarse. El blanco de sus ataques es el ministro de Asuntos Exteriores, Douglas Hurd.

Downing Street desminti¨® ayer que existieran divisiones en el Gabinete. Pero la aspereza con que lo hizo -"esas especulaciones son basura", dijo un portavoz- puede interpretarse como un s¨ªntoma de nerviosismo. Durante la ausencia de John Major, en gira por Am¨¦rica, el ambiente pol¨ªtico se est¨¢ caldeando, y los euroesc¨¦pticos empiezan a pensar que, tras varias derrotas notables, se acerca la hora de la revancha.

El Partido Laborista fue ayer, parad¨®jicamente, el encargado de enfriar los ¨¢nimos de los conservadores rebeldes. Los parlamentarios del principal partido opositor se reunieron para debatir su actitud acerca de Maastricht, pero no consiguieron ponerse de acuerdo. El diputado Tony Benn encabez¨® el grupo partidario de oponerse a Maastricht y reclam¨® un refer¨¦ndum. Benn obtuvo aplausos, pero al l¨ªder en ciernes, John Smith, le pareci¨® que la maniobra era demasiado arriesgada y pidi¨® a sus compa?eros que se tomaran alg¨²n tiempo para reflexionar. Smith invoc¨® la necesidad de preservar la unidad y consigui¨® que no se votara.

La extra?a alianza de conservadores euroesc¨¦pticos (casi todos thatcheristas) y laboristas qued¨® as¨ª, de momento, abortada.