El "s¨ª" irland¨¦s hace renacer entre los Doce el optimismo sobre la ratificaci¨®n de Maastricht

Irlanda logr¨® ayer empatar con Dinamarca el partido de la ratificaci¨®n de la uni¨®n europea acordada por los Doce en la cumbre de Maastricht, en el mes de diciembre pasado. El refer¨¦ndum irland¨¦s permitir¨¢ a los ministros de Asuntos Exteriores de los Doce, en el c¨®nclave que se celebra hoy en Luxemburgo, dar un nuevo impulso a la cumbre que se celebrar¨¢ los pr¨®ximos viernes y s¨¢bado en Lisboa. Los objetivos son reafirmar el proyecto de la uni¨®n pol¨ªtica y monetaria y abrir la v¨ªa de las negociaciones, en el a?o que viene, para el futuro ingreso de nuevos socios en la CE. La ampliaci¨®n es la prioridad del Reino Unido, que tomar¨¢ el relevo de la presidencia de manos de Portugal el pr¨®ximo 1 de julio.

La Comisi¨®n se felicita del resultado del refer¨¦ndum y afirma en un comunicado que los irlandeses "han elegido la participaci¨®n activa en la construcci¨®n de Europa en lugar de un aislamiento sin perspectivas". El s¨ª irland¨¦s "borra, en la medida de lo posible, el aspecto negativo del voto dan¨¦s", asegur¨® ayer el ministro franc¨¦s de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, mientras el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, calificaba el escrutinio de Dubl¨ªn como "un paso importante en el camino hacia la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht".Aunque el resultado del refer¨¦ndum irland¨¦s permitir¨¢ a los jefes de Estado y de Gobierno reafirmar en Lisboa su voluntad pol¨ªtica de seguir adelante en la construcci¨®n europea, los resultados del Consejo Europeo ser¨¢n, en cambio, m¨¢s modestos en el plano financiero. La factura de los nuevos retos de la Europa unida, en especial la cohesi¨®n, ser¨¢ un tema de debate para el oto?o.

La presidencia portuguesa, ante las graves diferencias entre los Doce, se contentar¨¢ con una declaraci¨®n pol¨ªtica sin entrar en la guerra de las cifras. ?se parece ser el resultado de la gira de capitales emprendida por el primer ministro portugu¨¦s, An¨ªbal Cavaco Silva.

La presidencia portuguesa quiere tambi¨¦n eliminar un rasgo de incertidumbre a?adida con su propuesta de prorrogar el mandato del actual presidente de la Comisi¨®n, Jacques Delors, para otros dos a?os, justo el periodo transitorio que se abre hasta la plena entrada en vigor del Tratado de Maastricht.

Evitar una crisis

Su confirmaci¨®n en el cargo evitar¨ªa una nueva crisis, a la vista de la ausencia de un candidato capaz de sustituirle al frente de la CE. Hasta ahora, s¨®lo el ministro italiano Gianni de Michelis parec¨ªa postularse para el puesto.

Jacques Delors, por lo dem¨¢s, ha reconocido los errores pasados al admitir que el rechazo dan¨¦s demuestra que "la construcci¨®n europea es demasiado elitista y tecnocr¨¢tica", aunque afirma, a la vez, que "si Maastricht no es ratificado, se producir¨¢ el estancamiento y la crisis de la Comunidad". En su opini¨®n, los jefes de Estado y de Gobierno est¨¢n convencidos, pero "falta convencer tambi¨¦n a los pueblos".

La cumbre de Lisboa de la pr¨®xima semana es la primera cita de los Doce tras el acuerdo hist¨®rico de Maastricht. Se pens¨® primero que ser¨ªa la ocasi¨®n de desarrollar el. tratado y acordar los campos de acci¨®n de la futura pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n. Ahora, las aspiraciones son m¨¢s modestas. La tarea esencial es lograr la ratificaci¨®n del tratado en los restantes pa¨ªses de la CE, y, luego, dar tiempo a Dinamarca a rectificar su rechazo.

Un informe jur¨ªdico avala la tesis de que es posible llevar adelante la uni¨®n europea a once, pero para ello hace falta un protocolo que as¨ª lo disponga, con el acuerdo un¨¢nime de los Doce. En ese supuesto, Dinamarca podr¨ªa disfrutar del estatuto de observador hasta que decidiera subirse al carro tras la decisi¨®n afirmativa que resultar¨ªa de otro refer¨¦ndum.

Irlanda ha dado aliento a esta tesis, porque un nuevo rechazo habr¨ªa significado la muerte temporal o definitiva de la uni¨®n europea. El paquete Delors II, en el que se contempla aumentar un 31% el presupuesto de la CE y duplicar las ayudas a los pa¨ªses m¨¢s pobres, es el primer sacrificado por el par¨¦ntesis que vive la CE. Los Doce necesitan primero asegurar el gran paso adelante que significa Maastricht, antes de resolver la querella del coste financiero entre pa¨ªses pagadores y beneficiarios.

La ampliaci¨®n de la Comunidad se ver¨¢ tambi¨¦n afectada. La posici¨®n de la Comisi¨®n es que es necesaria una reforma institucional, tema tab¨² para el Reino Unido y Dinamarca. Por su parte, los pa¨ªses del Benelux han presentado un documento conjunto, que se discutir¨¢ hoy en el c¨®nclave, en el que se contempla la posibilidad de comenzar en 1993, pero por separado, las negociaciones para el ingreso de los pa¨ªses candidatos de la EFTA (Austria, Suecia, Finlandia y Suiza, a los que se puede a?adir a finales de este a?o Noruega). La entrada, seg¨²n la Comisi¨®n, no se producir¨ªa, como m¨ªnimo, hasta 1996, fecha en que est¨¢ convocada una nueva conferencia intergubernamental para revisar el Tratado de Uni¨®n Europea. Chipre, Malta y Turqu¨ªa tendr¨¢n que esperar "otro tren" y contentarse, mientras tanto, con "acuerdos de cooperaci¨®n reforzados".

La condici¨®n de Holanda, B¨¦lgica y Luxemburgo es que "los Estados m¨¢s grandes deben aceptar una cierta sobrerrepresentaci¨®n de los pa¨ªses miembros m¨¢s peque?os". No quieren que una Europa m¨¢s grande sirva de pretexto para romper el equilibrio de peso pol¨ªtico y protagonismo hoy vigente entre los Doce.