La bella y el monstruo
?l cumpli¨® 50 a?os el 29 de junio; ella, 25 el d¨ªa 1 de este mes. Ambos nacieron bajo el signo de C¨¢ncer, aunque ¨¦l en Bah¨ªa y ella en R¨ªo. Si el nombre de Gilberto Gil resulta imprescindible para la m¨²sica brasile?a del ¨²ltimo cuarto de siglo, el de Marisa Monte ha surgido con ¨ªmpetu en el panorama actual de Brasil.Era la primera vez que Marisa Monte actuaba en Espa?a, y dej¨® enamorado a m¨¢s de uno. Con una voz espl¨¦ndida, de tintes negroides y resonancias oper¨ªsticas, la chica canta lo que le echen: un vals de 1917 (Rosa), un homenaje a Carmen Miranda (South American way), una canci¨®n de Caetano Veloso (De noite na cama), un elegante samba (Dan?a da soldao), composiciones propias en clave de pop, o un aria de Bellini hermandada con un tema de Sly and the Familly Stone. Est¨¢ casi empezando, pero tiene tanto talento que asusta.
Marisa Monte y Gilberto Gil
Patio del Cuartel del Conde Duque. 3.500 personas. Precio: 2.000 pesetas. Madrid, 10 de julio.
Las conjunciones astrales del cielo del foro no parecen propicias a Gilberto Gil, porque tampoco esta vez pudo ofrecer su espect¨¢culo completo. Y es que con las consignas municipales sobre l¨ªmites horarios hemos topado. Ni siquiera su condici¨®n de concejal de Salvador sirvi¨® para ablandar el coraz¨®n de su inflexible hom¨®logo madrile?o. Fue s¨®lo una hora, pero ?qu¨¦ hora! Un derroche de energ¨ªa, tablas y creatividad. Gil dedic¨® su concierto a la memoria de Camar¨®n, y se lanz¨® a una sucesi¨®n de ritmos negros (reggae, funk, afox¨¦ ... ). Le sobraron minutos para certificar que tiene l¨ªnea directa con el Caribe, ?frica y Estados Unidos, sin necesidad de marcar el prefijo telef¨®nico internacional. Es un monstruo.
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