Elton John incendi¨® los ¨¢nimos de 15.000 personas en la plaza de Las Ventas
El recital fue un repertorio bailable y comercial con toques lacrim¨®genos
A las diez de la noche, la fiesta cambi¨® de lugar. Cuando en las calles de Pamplona los supervivientes de los sanfermines se aprestaban a entonar las ¨²ltimas versiones del Pobre de m¨ª, en la madrile?a plaza de toros de Las Ventas un pianista cuarent¨®n y miope incendiaba los ¨¢nimos de las 15.000 personas que abarrotaban el recinto taurino. Vestido como un espantap¨¢jaros de lujo, con los harapos dise?ados por el italiano Gianni Versace, Elton recorri¨® animoso su repertorio. Pop bailable, melod¨ªas comerciales y alguna que otra balada lacrim¨®gena.
Era el primer concierto de su gira por Espa?a, y le serv¨ªa para presentar en directo su nuevo disco, el elep¨¦ titulado The one.Esta noche actuar¨¢ en Sevilla (estadio Benito Villamar¨ªn), el pr¨®ximo d¨ªa 18 lo har¨¢ en Oviedo (estadio Carlos Tartiere), el 19 en La Coru?a (coliseum), y el 21 en Barcelona (mini estadio del F¨²tbol Club Barcelona).
Elton John (24 de marzo de 1947, Middlesex, Londres), no est¨¢ acostumbrado a pasar desapercibido. Empez¨® a tocar el piano a los tres a?os, se convirti¨® en millonario en los a?os setenta, y confes¨® su bisexualidad una d¨¦cada despu¨¦s. Su nombre, unido a la mejor musica pop y a los excesos m¨¢s rimbombantes, reuni¨® en Las Ventas a un p¨²blico de lo m¨¢s heterog¨¦neo.
Vestimenta
Se present¨® en Las Ventas vestido con unos pantalones amarillos y una chaqueta azul fluorescente. Luc¨ªa sus inevitables gafas exclusivas, y ejerc¨ªa una atracci¨®n irresistible para con los focos m¨¢s rutilantes.En el centro del escenario, sobre una enorme tarima, estaba colocado el trono del monarca. Entre teclados, el ambiguo rey comenz¨® a tocar sus primeros cl¨¢sicos acompa?ado ¨²nicamente por un piano. Bien de voz, sacud¨ªa su peluca sint¨¦tica al viento madrile?o una y otra vez en se?al de agradecimiento.
Las entradas, pese a costar 4.000 pesetas, se hab¨ªan agotado d¨ªas antes. El p¨²blico se mostr¨® especialmente agradecido ante el anuncio de un recital "largo e intenso, de m¨¢s de dos horas de duraci¨®n".
Con el sonido solidific¨¢ndose canci¨®n tras canci¨®n, los temas que le llevaron a la gloria se sucedieron ante el delirio de la gente. Sus colaboraciones con el poeta Bernie Taupin, que les valieron en su d¨ªa comparaciones con el d¨²o formado por Lenon y MacCartney, siguen siendo v¨¢lidas y actuales.
La banda que acompa?aba al pianista brit¨¢nico se adapt¨® sin problemas al car¨¢cter egoc¨¦ntrico del pianista. Repartidos por un escenario amplio y austero, respetaron en todo momento el protagonismo impuesto por su jefe. Disfrutaron con la entusiasta respuesta con que el p¨²blico recib¨ªa sus canciones, y se mostraron, en todo momento, muy seguros y brillantes.
El grupo estaba formado por el guitarrista Davey Johnson, el bajista Bob Birch, el bater¨ªa Charley Morgan y dos teclistas, Mark Tayler y Guy Babylon. Un tr¨ªo sirvi¨® de apoyo vocal al autor de Daniel.
Tomatito
Abriendo el concierto, Tomatito, guitarrista habitual del recientemente fallecido Camar¨®n de la Isla, tuvo que luchar contra las circunstancias desde su papel de artista invitado.Era la primera vez que sub¨ªa a un escenario desde la muerte del cantaor, y padeci¨® durante toda la actuaci¨®n graves problemas de sonido. Al no recibir respuesta en sus monitores tuvo que tocar tan fuerte que se rompi¨® la u?a del dedo pulgar. Tomatito, acompa?ado por los miembros de Quetama, Juan Carmona y Marcelo Fuentes, dedic¨® el concierto al pr¨ªncipe de la isla, y toc¨® tarantas, colombianas y rumbas de su disco en solitario, titulado La voz del tiempo.
[Elton John hab¨ªa llegado al aeropuerto de Barajas tres horas antes del concierto, informa Europa Press. Aterriz¨® en avi¨®n privado junto a la terminal de abastecimiento de combustible de Campsa, lejos de los admiradores. El autom¨®vil que le traslad¨® a Madrid fue escoltado por motoristas de la Polic¨ªa Municipal].
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