Domicanos y peruanos, a la cabeza
M¨¢s de 4.000 latinoamericanos fueron "rechazados" el a?o pasado por la polic¨ªa, alegando que no dispon¨ªan del dinero suficiente para subsistir durante su estancia en Espa?a. Varios embajadores y diplom¨¢ticos aseguran que muchas de estas expulsiones se basan en "criterios arbitrarios" y acusan a Espa?a de xenofobia, precisamente en el a?o del quinto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica y en v¨ªsperas de la cumbre iberoamericana en Madrid. El ¨²ltimo informe del Defensor del Pueblo confirma estas quejas y, adem¨¢s, las malas condiciones en que son retenidos en el aeropuerto de Barajas hasta ser repatriados.
Los dominicanos resultan ser los latinoamericanos m¨¢s indeseables, teniendo en cuenta que 1.904 ciudadanos de este pa¨ªs fueron rechazados en las fronteras durante el a?o pasado, seg¨²n datos facilitados por el Ministerio del Interior. En la lista negra figuran a continuaci¨®n 542 naturales de Per¨², pa¨ªs al que actualmente son devueltas, muchas menos personas, desde que entre ambas naciones se impuso hace unos meses la obligatoriedad del visado.Adem¨¢s de los anteriores, los hispanoamericanos a los que se prohibi¨® entrar en 1991 fueron: 464 brasile?os, 431 colombianos, 243 argentinos, 190 chilenos, 83 ecuatorianos, 71 uruguayos, 46 venezolanos, 43 salvadore?os, 33 mexicanos, 31 bolivianos, 29 paraguayos, 14 cubanos, nueve hondure?os y siete costarricenses.
Fuentes policiales dicen tener "sospechas" de que entre los dominicanos rechazados hay decenas de mujeres que en realidad pretend¨ªan entrar en Espa?a para ejercer la prostituci¨®n. Los mismos medios se refirieron a la red descubierta hace unos d¨ªas en Villalba (Madrid), donde un grupo de j¨®venes de ese pa¨ªs eran obligadas a prostituirse.
En ocasiones, la polic¨ªa pone a los consulados iberoamericanos en una posici¨®n delicada, al pretender que ¨¦stos se hagan garantes de la buena conducta de sus conciudadanos como condici¨®n previa para dejarles pisar suelo espa?ol. "Nosotros no podemos hacer eso", dice el embajador ecuatoriano Alfredo Valdivieso, "puesto que no conocemos a todas las personas que llegan a Madrid".
Embajadores latinoamericanos afirman que sus ciudadanos son expulsados arbitrariamente
La orden ministerial del 28 de febrero de 1989 establece que los extranjeros s¨®lo pueden entrar en Espa?a si portan 5.000 pesetas por cada d¨ªa que pretendan permanecer en nuestro pa¨ªs. Tambi¨¦n tienen que mostrar el billete de regreso a su pa¨ªs, "nominativo, intransferible y cerrado", seg¨²n las normas de Interior. ?stas estipulan que el visitante podr¨¢ ser rechazado si al polic¨ªa de turno le "resultara evidente de cualquier manera" que no cumple tales requisitos."Desde hace algunos meses", afirma un embajador que no quiere ser citado, "la situaci¨®n se ha endurecido mucho y las autoridades espa?olas, muestran una clara actitud de xenofobia. Parece que creen que todos los iberoamericanos somos sospechosos de ser delincuentes". Un portavoz de Interior niega las acusaciones y asegura que ¨²nicamente se aplica la ley para evitar la entrada de personas que no cumplen los requisitos.
Hay muchos que no traen consigo el dinero exigido por Interior porque su intenci¨®n es alojarse en casa de alg¨²n familiar o un amigo. "La polic¨ªa es inflexible: no matiza las normas y no cede ante las explicaciones del interesado, que inmediatamente es devuelto a su pa¨ªs si los familiares no se movilizan pronto y piden ayuda al consulado o a un abogado", afirma un diplom¨¢tico sin ocultar su enfado.
Los representantes diplom¨¢ticos consultados coinciden en que los agentes del control del aeropuerto de Madrid-Barajas act¨²an de forma "arbitraria", gui¨¢ndose en muchos casos por la simple apariencia f¨ªsica del iberoamericano. Las situaciones m¨¢s graves suelen sufrirlas los colombianos "porque llevan en cima el estigma de que todos son narcotraficantes", dicen.
Excesivo rigor
El informe presentado el pasado mes de abril por el Defensor del Pueblo, ?lvaro Gil-Robles, afirma: "La discrecionalidad y el excesivo rigor en la aplicaci¨®n de la normativa ocasiona que las negativas de entrada se adopten casi de forma autom¨¢tica, sin una investigaci¨®n m¨ªnima". Como consecuencia de eso, los afectados "permanecen en algunas ocasiones m¨¢s de 72 horas en el aeropuerto, en unas condiciones inadecuadas para, finalmente, ser devueltos a sus pa¨ªses de origen", a?ade Gil-Robles.
Juan Pablo Lohl¨¦, embajador de Argentina, que se siente "preocupado" por el asunto, declara dolorido: "El afecto y la cordialidad del pueblo espa?ol comienzan a partir de la salida de Barajas. Desgraciadamente, no antes. No entendemos por qu¨¦ se utilizan mecanismos arbitrarios de control, que generan malestar entre nuestros conciudadanos. Estamos esperando a saber qui¨¦n tiene la respuesta a este interrogante".
El embajador ecuatoriano Alfredo Valdivieso, decano del cuerpo diplom¨¢tico latinoamericano, recuerda que en otros tiempo Am¨¦rica dio fraternal acogida a miles de espa?oles que hu¨ªan del hambre o de la dictadura. Valdivieso ha pedido a su Ministerio de Asuntos Exteriores que informe a los ecuatorianos que pretenden viajar a Espa?a de las dificultades con que van a tropezar. "Ante esta situaci¨®n yo soy partidario de que Espa?a nos imponga la obligaci¨®n del visado. Aunque eso sea tan duro como si uno tuviera que pedir permiso para entrar en casa de tu propia madre, como dijo en una ocasi¨®n el escritor Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez".
Los dominicanos ya saben que, a fines del presente a?o, como consecuencia de los acuerdos de Schengen, tendr¨¢n que venir a nuestro pa¨ªs provistos de visado. Sus representantes consulares aceptan esta traba, convencidos de que eso redundar¨¢ en beneficio de sus ciudadanos: "El que venga, sabr¨¢ que no va tener problemas para entrar. Y no como ahora, que creen que llegan a la madre patria y... luego no es as¨ª", dicen.
Todos los diplom¨¢ticos consultados por EL PA?S son un¨¢nimes al opinar que el 90% de los iberoamericanos no son delincuentes, sino personas desinformadas, con escasos recursos, que pretenden alojarse en casas de familiares. "Los traficantes de droga burlan los controles fronterizos sin problemas, debido a que su organizaci¨®n les facilita la documentaci¨®n y el dinero necesario", comenta un c¨®nsul.
Los iberoamericanos se quejan de que tienen dificultades para contactar con sus consulados o para pedir la asistencia de un abogado. El Defensor del Pueblo pide que los agentes hagan "una investigaci¨®n concreta sobre cada persona que pretende entrar en territorio nacional ( ... ) sin que se adopten otros par¨¢metros generales, como pueden ser el lugar de procedencia de la persona o la nacionalidad".
Las quejas se hacen extensivas a la "sala de tr¨¢nsito", que carece de camas, duchas y tel¨¦fono, donde los rechazados permanecen varios d¨ªas antes de ser de vueltos a su lugar de origen. El
Defensor del Pueblo comprob¨¦ en Barajas que tienen que dormir en una cinta transportadora de equipajes".
Los afectados no dudan en atribuir a Espa?a una "actitud de xenofobia", que se manifiesta tambi¨¦n en las dificultades que se les imponen para poder convalidar sus t¨ªtulos de m¨¦dico, odont¨®logo, arquitecto, etc¨¦tera. Algunos profesionales ecuatorianos que han tenido que recurrir a los tribunales para conseguir el reconocimiento de la capacitaci¨®n acad¨¦mica obtenida en su pa¨ªs de origen.
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