El amigo franc¨¦s
La corrida se anunciaba como un homenaje a la afici¨®n francesa con motivo de la Exposici¨®n Universal y, m¨¢s que un homenaje, fue un insulto al amigo franc¨¦s. Y un drama que no acab¨® en tragedia porque una legi¨®n de ¨¢ngeles de la guarda, se pos¨® en los tendidos de La Maestranza. Alguien, se supone que el empresario, tiene la feliz idea de organizar el deb¨² de una divisa francesa en Sevilla.Macandro, un torero sevillano, se qued¨® fuera de la feria y ha esperado que se cumpliera la promesa del empresario. Carde?o naci¨® en Triana, pero su escasa carrera taurina la ha desarrollado en M¨¦xico, y Denis Lor¨¦ no ven¨ªa por Sevilla desde sus tiempos de novillero. Tres compromisos que. el responsable de la plaza se quitaba de encima en una sola tarde.
Yonnet / Macandro, Carde?o, Lor¨¦
Seis toros de Hubert Yonnet, muy bien presentados, mansos, astifinos y peligrosos. Antonio Rubio Macandro: vuelta; silencio tras aviso. Jes¨²s Carde?o: silencio tras aviso en los dos. Denis Lor¨¦: silencio; silencio tras aviso. Plaza de La Maestranza, 19 de julio. Menos de media entrada.
El drama lleg¨® despu¨¦s. Primero, lo que se anunciaba como un homenaje a la afici¨®n francesa no ten¨ªa entidad como tal con un cartel que carec¨ªa del m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s. Seg¨²ndo, la corrida fue la mejor presentada, astifina, manssa, dura y peligrosa de la temporada. Tercero, all¨ª estaba la terna m¨¢s inexperta del a?o a la b¨²squeda de una oportunidad y un ¨¦xito imposible.
Macandro ya no es un ni?o y sabe que las oportunidades no son eternas. No se afligi¨® ante sus dos toros, pero tampoco fue capaz de dar el paso necesario que le hubiera abierto camino en el futuro.
Jes¨²s Carde?o, que ha sido muy constante en su petici¨®n de torear en La Maestranza, ni tiene valor, ni t¨¦cnica, ni decisi¨®n, ni experiencia... Fue un milagro que no acabara en la enfermer¨ªa. Lo que ha acabado, sin duda, ha sido su sue?o.
A Denis Lor¨¦ le tocaron un toro soso y otro con peligro. Con el primero estuvo inseguro y sin saber qu¨¦ hacer. Al sexto' lo mat¨® con muchos apuros. En la plaza hubo un torero: el subalterno Miguelete, que salud¨® montera en mano tras una labor extraordinaria con capote y banderillas.
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