Chicas de l¨¢ser, fuegos de agua
El Campo de las Naciones estrena la mayor fuente cibern¨¦tica europea
El auditorio del parque de Juan Carlos I estrena este verano espect¨¢culos nocturnos que combinan actuaciones en directo con los juegos de lamayor fuente cibern¨¦tica de Europa y modernas im¨¢genes de l¨¢ser. En la oscuridad quedan el efecto sedante de la m¨²sica y los fuegos artificiales que crea el agua.
El l¨¢ser es el rey indiscutible de este ¨¦spect¨¢culo, que se puede ver todos los viernes y s¨¢bados hasta que termine agosto y que cuesta 800 pesetas. Sus im¨¢genes se comen los juegos del agua te?ida de colores y hacen invisibles a los que act¨²an, hu¨¦rfanos en el inmenso escenario. Es dif¨ªcil saber si el l¨¢ser y el agua son el tel¨®n de fondo de los cantantes o si ¨¦stos sirven de teloneros de la fuente cibern¨¦tica.El cerebro oculto de cada actuaci¨®n es un programa inform¨¢tico que asocia cada nota con un color y una proyecci¨®n de agua. Los 48 colores disponibles juegan con la Palmera, un g¨¦iser que puede alcanzar los 40 metros de altura, y con los chorros verticales que suben, se inclinan, saltan como delfines y explotan en el aire como fuegos artificiales.
El viernes pasado soplaba el viento en la oscuridad del parque de Juan Carlos I. En el auditorio, s¨®lo un tercio de los - 8.000 blancos asientos de cemento iban desapareciendo bajo los traseros del p¨²blico. A las once de la noche actuaban la cantante Paula Bass y el pianista Pedro Mart¨ª. A las 23.20, la ¨²nica m¨²sica que se o¨ªa en el hemiciclo eran palmadas de protesta y alg¨²n silbido aislado. Por fin, el l¨¢ser dibuj¨® un rostro verde que hizo la presentaci¨®n y surgieron titubeantes el pianista y la cantante. Al ritmo de Summertime la fuente empez¨® a funcionar.
El agua salt¨®, explot¨® en estrellas y desapareci¨® te?ida de rojo, naranja, azul, rosa y verde. La luz se reflejaba en el vestido plateado de Paula Bass y la desintegraba en el escenario. En la pantalla de agua el l¨¢ser dibujaba sin descanso maracas y timbales, el mundo girando, manos que tocaban el piano y el elemento humano por excelencia: Marilyn y sus faldas volantes, una mujer avanzando sinuosa al comp¨¢s de The girl from Ipanema, una patinadora y un r¨ªtmico top less de luz. Muchas chicas, pero no la Puerta de Alcal¨¢ que vende la publicidad. Y se echaron de menos apuestos hombres de l¨¢ser para las espectadoras.
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