La ampliaci¨®n de 160.000 millones de Torras traslad¨® la deuda desde la matriz a sus filiales
El Grupo Torras atraves¨® a finales de 1989 y durante el primer semestre de 1990 una grave crisis financiera que amenaz¨® incluso con desembocar en una suspensi¨®n de pagos, seg¨²n fuentes financieras conocedoras de los movimientos del grupo. Esta situaci¨®n se super¨® gracias a una aportaci¨®n de 160.000 millones de pesetas en cr¨¦ditos subordinados realizada por KIO, propietario del holding. En julio de 1991, estos cr¨¦ditos se transformaron en capital. Toda la operaci¨®n pretend¨ªa reducir la deuda del grupo, pero en realidad traslad¨® el endeudamiento desde la sociedad matriz a sus filiales.
Los anteriores responsables de Torras afirman que esta ampliaci¨®n represent¨® una importante "inyecci¨®n de liquidez" en el grupo. En la pr¨¢ctica, seg¨²n informan los analistas consultados, "es m¨¢s correcto decir que se destinaron a cubrir minusval¨ªas latentes de la cartera de inversiones del grupo".Con los recursos de KIO la cabecera del Grupo Torras cancel¨® una parte importante de sus deudas, lo que, sin embargo, no ha servido para sortear las dificultades que padece actualmente para devolver los cr¨¦ditos a la banca y que apuntan a la existencia de un endeudamiento todav¨ªa superior.
A pesar del alivio que supuso aquella aportaci¨®n, justificada como una medida para inspirar confianza tras la invasi¨®n de Kuwait, la falta de claridad de las cuentas de Torras impide responder a la mayor¨ªa de los interrogantes. Muchos se preguntan, por ejemplo, c¨®mo es posible que el Grupo Torras mantenga a¨²n a finales de 1991 un endeudamiento a corto plazo de 178.190 millones de pesetas si realmente recibi¨® 160.000 millones de su accionista principal.
A juicio de algunas fuentes, parte de la explicaci¨®n "se encuentra en el hecho de que antes de esa ampliaci¨®n el dinero invertido por KIO en Espa?a fue mucho menor de lo afirmado, pues su representante, Javier de la Rosa, se hab¨ªa dedicado a comprar muchas empresas recurriendo siempre al apalancamiento y con el aval impl¨ªcito de KIO. Lo sucedido ahora se explica porque el grupo ¨¢rabe ha tenido que ir pagando esas inversiones, que en muchos casos eran ruinosas". Colaboradores ¨ªntimos de De la Rosa han reconocido en varias ocasiones que su retribuci¨®n se fijaba en funci¨®n de las operaciones realizadas.
OPA de exclusi¨®n
En la sociedad matriz, el punto cr¨ªtico se alcanz¨® a finales de 1989 y el primer semestre de 1990: la deuda a corto plazo se hab¨ªa disparado y alcanzaba cotas muy peligrosas. Un cualificado analista asegura que la OPA de exclusi¨®n de Bolsa Ianzada en diciembre de 1989 pretend¨ªa ocultar esta situaci¨®n de pr¨¢ctica suspensi¨®n de pagos reforzando la opacidad informativa del grupo". La memoria de ese ejercicio se?alaba que Grupo Torras, SA, manten¨ªa unas deudas a corto plazo -es decir, con vencimiento igual o menor a un a?o- de 93.000 millones de pesetas, superior a los recursos propios, que eran de 8 1.000 millones. La mayor parte de esa cantidad, 85.000 millones, eran pr¨¦stamos concedidos por la banca 37 pagar¨¦s de empresas.
La mayor¨ªa de estos cr¨¦ditos estaba garantizada por los propios t¨ªtulos de las participadas de Torras. Este hecho, sumado al corto plazo de vida de la deuda, es interpretado por algunas fuentes financieras "como un s¨ªntoma de que la desconfianza de la banca siempre ha estado presente".
Las mismas fuentes agregan que para hacer frente a ese endeudamiento "Torras s¨®lo pod¨ªa realizar ventas de sus participaciones, contabilizadas por 176.000 millones, pues el resto de su activo era pr¨¢cticamente insignificante". Sin embargo, durante 1990 los efectos del cambio de coyuntura econ¨®mica ya se hab¨ªan dejado sentir y las posibilidades de realizar ventas a buen precio pr¨¢cticamente hab¨ªan desaparecido. Durante ese a?o, el equipo de Javier de la Rosa ensay¨® diversas posibilidades, como la venta de Ercros y, sobre todo, la de Torras Papel. En este ¨²ltimo caso, fuentes empresariales aseguraron que las negociaciones con la empresa norteamericana International Paper no fraguaron debido a una importante diferencia de valoraci¨®n de unos 50.000 millones.
Finalmente, esos antiguos pr¨¦stamos subordinados de KIO han quedado considerados en la auditor¨ªa de 1991 como aportaciones para cubrir las p¨¦rdidas registradas en la cartera de valores, cuantificada en unos 130.000 millones de pesetas y que han restado el volumen de recursos propios de la sociedad. Una vez m¨¢s, la voracidad financiera de Grupo Torras se pone de manifiesto al comprobar que en su balance consolidado su principal acreedor sigue siendo su accionista principal, KIO, por un importe de 74.585 millones de pesetas a largo plazo.
Crisis Ercros
El ministro de Industria, Claudio Aranzadi, se dirigi¨® ayer a los m¨¢ximos responsables del grupo KIO para que tomen decisiones "con la m¨¢xima rapidez" a fin de superar la crisis del grupo industrial FESA-Enfersa, informa . El ministro manifest¨® que KIO debe aprovechar "el plazo de tres meses para analizar la situaci¨®n global de sus empresas en Espa?a y tomar decisiones fundamentales".
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