Aleluyas en cal¨¦
Los gitanos de Madrid dejan el catolicismo por la Iglesia evang¨¦lica
Los gitanos que les ven acercarse les llaman los aleluya y luego, obligados por la ley de hospitalidad gitana, les escuchan hablar de Dios, del demonio y del pecado hasta que, aburridos o emocionados, se dejan bendecir como despedida. A la sombra de la Federaci¨®n de Entidades, Religiosas Evang¨¦licas, los gitanos han creado su propia rama, Filadelfia, y est¨¢n convirtiendo a la velocidad de la p¨®lvora a su pueblo. Con palmas y cantes alaban a Dios en sus cultos. Sus pastores aseguran que la iglesia ya cuenta con 4.000 creyentes y 1.500 simpatizantes. Y las conversiones contin¨²an.
"Al Se?or le pareci¨® tener ap¨®s toles del pueblo gitano para evitar la discriminaci¨®n", afirma Enrique Blanco, al que sus ovejas llaman pastor Yen. Los gitanos evangelistas crearon su propia iglesia y la bautizaron Filadelfia bajo la inspiraci¨®n de un pasaje del Apocalipsis. Se propusieron reunir en ella a todo su pueblo y parece que lo est¨¢n consiguien do. La conversi¨®n se ha extendi do r¨¢pida por Pan Bendito, El Pozo del T¨ªo Raimundo, Entre v¨ªas, La Jungla, Ca?o Roto, La Mica, Aluche, el Rastro, el ruedo de la M-30, Villaverde, San Blas y un largo etc¨¦tera. No hay ba rrio o asentamiento gitano que no tenga ya su iglesia evang¨¦lica.El cura de la parroquia de San Sim¨®n y San Judas, en Orcasur, ve todos los d¨ªas c¨®mo pasan de largo los gitanos en direcci¨®n a la casita de ladrillo rojo y tejado blanco donde celebran sus cul tos. "Los gitanos hemos sido ca t¨®licos de siempre, gente temero sa de Dios y muy supersticiosa. Pero cuando pastores de nuestro pueblo nos predicaron el Evan gelio con la Biblia en la mano sentimos una transformaci¨®n", asegura el pastor Yen, que remonta Filadelfia a los a?os se senta cuando siete gitanos espa?oles llegaron de Francia a evan gelizar a su pueblo. A su paso, las iglesias cat¨®licas se iban que dando vac¨ªas de gitanos y ellos dejaban de creer en la Virgen, se olvidaban de los santos y recha zaban a los sacerdotes para ha blar con Dios.
Te adoro, Dios
Los pastores han surgido de los propios barrios donde evangelizan. Poco importa lo que sepan o lo que no sepan: conocen los problemas y el lenguaje de sus ovejas y "sienten la presencia de Dios". "?Ten¨¦is cal¨®?", pregunta en el culto el pastor de La Celsa. "?S¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª!". "Pues m¨¢s cal¨® ten¨ªa Cristo, que pas¨® 40 a?os en el de sierto". "?Aleluya!", contestan las ovejas. Muchos leen a duras penas, pero citan de memoria textos b¨ªblicos y salpican su con versaci¨®n de bendiciones y expresiones religiosas. Vestidas de punta en blanco, los labios rojos y el largo pelo negro a la espalda, las gitanas se sientan en un lado y los hombres en el otro. "Decir gloria a Dios", grita el pastor. "Gloria", responden las ovejas. ?Qui¨¦n vive?". "?Cristo!". ?Qui¨¦n salva?". "?Cristo!". ?Qui¨¦n liberta?". "?Cristo!". ?Qui¨¦n llena?". "?Cristo!". Aleluya", grita el pastor. "Am¨¦n", gritan las ovejas. Empiezan las palmas y el canto."Nuestra forma de alabar a Dios es muy ruidosa porque so mos m¨¢s expresivos y emociona les que los payos. Hay tres gitanos hablando y parece que hay cien payos", cuenta Yen entre risas. Les sale de dentro el grito a los evangelistas de Filadelfia cuando predican en ceremonias religiosas, de extra?as resonancias yanquis, en las que no es extra?o escuchar el grito de alguna gitana: "Te adoro, Dios", mientras el predicador ruge: "iAl¨¦jate, Satan¨¢s!". Con las manos alzadas, los creyentes oran en alto y algunos lloran.
Imponen manos para curar a los enfermos de c¨¢ncer, a los deprimidos, a los alcoh¨®licos y a los toxic¨®manos. Creen en los milagros y es habitual que los supuestos beneficiados salgan a dar testimonio. "Yo era alcoh¨®lico. Empezaba en el bal a las ocho de la ma?ana con el co?¨¢ y enlazaba a las 12 con la cerveza. Mi casa era un infierno y si mi mujer me contradicia la golpeaba con una garrota, una navaja o lo que encontrara. Durante 14 a?os intent¨¦ dejarlo, hasta, que un d¨ªa me predicaron el Evangelio. Mi casa es ahora un pedazo de cielo y si tengo 1.000 pesetas intento darle a mi compa?era 1.200. Que Dios susbendiga". "?Aleluya!", gritan conmovidos los que le escuchan.
Los aleluya aseguran que los pastores evang¨¦licos no amenazan el poder de los t¨ªos (patriarcas). "Se les sigue manteniendo el respeto, aunque no en las cosas espirituales. Pero cuando hay un problema material les llamamos para consultarles. Los t¨ªos adem¨¢s no pretenden ser pastor res porque saben que para hablar en un p¨²lpito te tiene que llamar Dios".
Hay costumbres gitanas que el Evangelio s¨ª ha modificado. "El gitano siempre ha sido libre. Nunca le ha dominado nada ni nadie, pero el Evangelio ha conseguido que se hagan sedentarios y echen ra¨ªces", declara rotundo el pastor Yen. "?Imag¨ªnate si el pastor tuviera que seguir a cada familia!".
Evangelio contra el 'mono'
Los aleluya tienen sus propios m¨¦todos para desenganchar a los yonquis gitanos. Con buena voluntad, mucha oraci¨®n y mucho cante aseguran, con orgullo, que consiguen un 15% de curaciones.Han trabajado con los drogadictos en los r¨ªos y en granjas, de forma gratuita y con la misma terapia espiritual. Para prevenir el sida han editado un folleto "en lenguaje gitano": "el mozo que pretenda casarse con una moza, que se haga unos an¨¢lisis, no resulte que ma?ana sea tarde".
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