Los fantasmas de la guerra amenazan la visita del emperador japon¨¦s a China
La conmemoraci¨®n del lanzamiento por un avi¨®n norteamericano de la bomba at¨®mica sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, se produjo ayer en medio de una intensa pol¨¦mica que en vez de mostrar a Jap¨®n como v¨ªctima puso el ¨¦nfasis en su nefasto papel durante la Il Guerra Mundial. Cuarenta y siete a?os despu¨¦s de la tragedia, con la que EE UU logr¨® la rendici¨®n nipona, parlamentarios nipones se oponen a la visita del emperador Akihito a China por temor a revivir los fantasmas del pasado. Los diputados argumentan que los miembros de la familia imperial carecen de poder pol¨ªtico desde el final de la guerra y que, por lo tanto, la visita a China ir¨ªa en contra de la Constituci¨®n.El viaje, dicen algunos parlamentarios miembros del gobernante Partido Liberal Democr¨¢tico, ser¨ªa usado por la Rep¨²blica Popular de China para restaurar su legitimidad pol¨ªtica a pesar de los abusos contra la democracia y los derechos humanos que all¨ª ocurren. Sin embargo, seg¨²n analistas pol¨ªticos locales, se teme m¨¢s que el emperador sea obligado a pedir perd¨®n por las atrocidades del Ej¨¦rcito nip¨®n en China durante casi 15 a?os de ocupaci¨®n bajo el mando de su padre, el fallecido emperador Hirohito.
La memoria m¨¢s dolorosa que China conserva de la invasi¨®n japonesa es la llamada matanza de Nanking, en 1937, en la que unos 200.000 civiles fueron asesinados por el Ej¨¦rcito nip¨®n.
El primer ministro, Kfichi Miyazawa, aprueba el viaje imperial, y se espera que la visita del emperador Akihito y la emperatriz Michiko, se realice hacia finales de octubre para conmemorar los 20 a?os de la normalizaci¨®n de relaciones diplom¨¢ticas entre los dos pa¨ªses. Jap¨®n, que en el ¨²ltimo a?o ha incrementado en un 66% la inversi¨®n en China, tiene ya una fuerte infraestructura en la ciudad nororiental de Dali¨¢n, en lo que fuera el Estado de Manchukuo, t¨ªtere de Tokio.
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